En primer lugar, nos gustaría expresar nuestra disposición favorable a la posibilidad de que se pueda implantar en nuestra ciudad una actividad industrial que mejore el maltrecho tejido económico de Ceuta. Por otra parte, el miticultivo no produce contaminantes peligrosos ni es necesario alimentar a la especie objeto de su producción, a saber el lamelibranquio Mytilus galloprovincialis. Por lo tanto, bien ejecutado, este tipo de cultivo podría servir para dinamizar la economía local sin hipotecar el patrimonio natural marino de nuestro litoral. Podría ser un buen ejemplo de desarrollo económico sostenible, que ayudaría al sector pesquero local y a una buena parte de nuestra sociedad a elevar su calidad de vida. Por lo expuesto, se deduce claramente que nuestra posición es favorable a que se desarrolle este tipo de industria en nuestra ciudad.

Sin embargo, un miticultivo mal proyectado y sin previsión puede causar serios problemas al medio marino que lo soporte. Por ello, queremos ofrecer estos datos esperando que las autoridades estatales reaccionen antes de que un desarrollo mal entendido destruya gran parte de las comunidades bentónicas que se desarrollan en los fondos de influencia de las bateas mejilloneras.

Como ya hemos informado en otras ocasiones a la administración central del Estado, que es la que tiene la responsabilidad de la concesión, nos preocupa la improvisación con la que se ha llevado a cabo el proyecto piloto. En este sentido, tenemos que llamar la atención sobre los desplazamientos de algunas bateas piloto de sus zonas acotadas y la falta de reacción de la administración ante esta situación que se ha prolongado durante varios meses. Por este motivo, pensamos que un mayor número de bateas planteará mayores retos de gestión administrativa y no pensamos que con los medios actuales las administraciones competentes puedan hacer frente a la nueva situación.

Sirva este sucinto informe para poner de manifiesto los destrozos que han causado los desplazamientos de algunas bateas que se han salido fuera de su polígono acotado. En concreto, nuestros datos proceden de una de las bateas desplazadas, la que mayor tiempo paso navegando errática hasta que los servicios marítimos intervinieron para fondearla en un punto muy alejado del polígono de origen que debía acogerla.

Que quede muy clara nuestra intención, que no es la de dañar los intereses económicos de ninguna empresa ni de ningún particular. Sin embargo, debe de quedar claro para todos aquellos con intereses económicos en el medio marino local, que la salvaguarda del patrimonio natural marino y en concreto de los hábitats que albergan a las especies marinas, algunas de ellas muy protegidas por nuestra legislación, es una prioridad para Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta.

Los sustratos rocosos han sido los más castigados por la acción de garreo de los muertos y las cadenas durante la deriva de una de las bateas desplazadas. El impacto más negativo sucede cuando el muerto de gran tamaño y peso ejerce su acción sobre los arrecifes costeros sumergidos destrozando todo a su paso.

En el caso de las comunidades y biocenosis coralígenas estas acciones resultan especialmente graves puesto que la mayoría de los invertebrados que forman parte de esta comunidad son de crecimiento lento y poseen estructuras calcáreas que se destruyen fácilmente. Una de las especies estructurales que más daño puede sufrir es la gorgonia Paramuricea clavata que en estos fondos llega a formar facies muy significativas.

Los impactos más graves detectados han sido sobre las comunidades de algas fotófilas que tienen una mayor capacidad de regeneración, pero los ocasionados a las comunidades coralígenas y a las especies protegidas están todavía por evaluar.

Sin embargo, queremos llamar la atención sobre la magnitud del impacto (no solo actual sino venidero de no mediar un compromiso más firme por parte de las administraciones competentes en la materia) que puede provocar literalmente la destrucción de los hábitats rocosos.

La destrucción de hábitats es uno de los atentados más graves que se pueden producir contra el patrimonio natural siendo una de las mayores causas de pérdida de biodiversidad.