• El pasado mes de junio se conmemoró el XX aniversario de la entrada en vigor de la Ley 8/1998, de 15 de junio de vías pecuarias de la Comunidad de Madrid.
  • En un informe, elaborado por Ecologistas en Acción se muestra el alarmante estado en el que se encuentra la Red de Vías Pecuarias madrileña, a pesar de su valor natural y cultural.
  • De los 4.200 km de vías pecuarias que llegó a tener la Comunidad de Madrid se han perdido 1.600 km (el 38 % del sistema).

Ecologistas en Acción lleva décadas trabajando en favor de las vías pecuarias de la región. Se han recorrido cientos de kilómetros de estos caminos históricos detectando cierres, ocupaciones, usurpaciones, etc. Se han presentado denuncias ante la Comunidad de Madrid y se han organizado numerosos actos divulgativos, informativos y reivindicativos. El conocimiento adquirido sobre la situación de las vías pecuarias madrileñas, se ha plasmado en el informe XX aniversario de la Ley de vías pecuarias madrileña.

En 20 años de vigencia de la Ley 8/1998, de 15 de junio, de vías pecuarias de la Comunidad de Madrid, ésta norma no se ha aplicado con rigurosidad, por lo que los problemas de las vías pecuarias no sólo no se han solucionado, sino que se han incrementado hasta dar un duro golpe a la funcionalidad del sistema de vías pecuarias.

De los 4.200 km de vías pecuarias que llegó a tener la Comunidad de Madrid se han perdido 1.600 km (el 38 % del sistema). Por lo que quedan sin asfaltar, urbanizar, estar bajo el vaso de embalses, etc. entre 2.600 y 3.000 km de vías pecuarias. La funcionalidad que posee el resto del sistema es muy variada: cuanto más próximas a la metrópoli, la funcionalidad es menor y cuanto más alejadas es mayor. Hay que exceptuar las zonas afectadas por las concentraciones parcelarias (Alcarria baja, Campiñas del interfluvio Jarama Henares, zonas del valle del Tajo), donde esta funcionalidad se encuentra comprometida al haber usurpado buena parte de su anchura.

Entre los principales factores que han llevado a esta situación, hay que destacar los siguientes:

  1. Hay que tener claras las funciones de las vías pecuarias en el marco de una comunidad autónoma muy poblada y postindustrial, y entender las nuevas funciones de un sistema de caminos pastoriles en el contexto de: las necesidades de la ganadería, la permeabilidad del territorio y la mejora de su calidad; la contribución de las vías pecuarias a mitigar los efectos del cambio climático, sobre todo su función como estructuras para la migración altitudinal y latitudinal de las especies animales y vegetales. En la Comunidad de Madrid, nunca se ha hecho este ejercicio y las vías pecuarias se han convertido, en la mayoría de los casos, en un suelo público que entorpece los intereses privados (desarrollo urbanístico, construcción de infraestructuras, fincas privadas, etc)
  2. Las personas responsables de la gestión de las vías pecuarias, de varios colores políticos que han gobernado la Comunidad de Madrid, no han sido capaces de visualizar estos caminos como un sistema interconectado, no fragmentado ni troceado.
  3. Sin crisis, con crisis y saliendo de la crisis, nunca el sistema de vías pecuarias ha tenido una dotación presupuestaria que permita tener una red de vías pecuarias en un buen estado de conservación. A las vías pecuarias se les ha asignado migajas para ir saliendo al paso, lo que unido a una deficiente gestión política y técnica nos ha llevado a una situación de agonía del sistema.
  4. Ha habido un incumplimiento flagrante de la Ley, que establecía plazos para tener clasificadas todas las vías pecuarias (aún no se han clasificado las de Madrid y Rascafría) y tener elaborado el Reglamento de la Ley (el deficiente Proyecto de Reglamento, expuesto a información pública la pasada primavera, no ha sido aprobado).
  5. La administración responsables en materia de vías pecuarias (unas veces la Consejería de Medio Ambiente y otras la Consejería de Economía) ha sido incapaz de establecer los acuerdos pertinentes con la Administración central del Estado y los municipios de la Comunidad, para dotar al sistema de vías pecuarias de un sistema de vigilancia adecuado en colaboración con la Guardia Civil, Policía Nacional, policías locales, agentes ambientales y agentes forestales.
  6. Pese a que el Estatuto de Autonomía crea las herramientas apropiadas para ello, la Comunidad de Madrid no ha establecido acuerdos con las comunidades autónomas limítrofes (Castilla-La Mancha y Castilla y León), para: asegurar la continuidad física y jurídica de las vías pecuarias limítrofes; armonizar usos; procurar su buen estado de conservación; intensificar la colaboración en las vías pecuarias de la Red Nacional; y presentación de proyectos conjuntos de recuperación, mejora, etc., en las instancias donde existan instrumentos de financiamiento adicional al presupuesto propio de cada territorio (fondos estatales, europeos,etc).
  7. No se ha creado una estructura organizativa de la administración competente en materia de vías pecuarias, bien dotada de personal de la función pública en su vertiente técnica, jurídica, administrativa y de agentes forestales, que constituye una de las piezas claves de una buena gestión del sistema de vías pecuarias.

Todavía hay tiempo de revertir la crítica situación en la que se encuentra la Red de Vías Pecuarias de la Comunidad de Madrid si se ponen en marcha las medidas que se plantean en el informe realizado por Ecologistas en Acción y que se sintetizan en un resumen ejecutivo de fácil manejo.