• El Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea ha decidido los límites de pesca para 2019 y 2020 de varias especies de aguas profundas permitiendo la sobrepesca para algunas de ellas.
  • Se trataba de la última oportunidad para proteger numerosas especies vulnerables de ecosistemas marinos profundos y cumplir con la obligación de acabar con la sobrepesca en la UE para el 2020.

Han finalizado en Bruselas las negociaciones para fijar los límites de pesca de las especies de profundidad para los próximos dos años. Se trataba de la última oportunidad para alcanzar el compromiso adquirido en 2013 durante la reforma de la Política Pesquera Común que obliga a los Estados miembros a acabar con la sobrepesca en 2015, cuando fuera posible, y en 2020 como muy tarde. Sin embargo, el resultado de estas negociaciones debilita el objetivo de alcanzar la pesca sostenible en la UE.

Algunas de las especies de aguas profundas sobre las cuales se han decidido sus límites de pesca para los próximos dos años (entre ellas la brótola de fango, el granadero de roca, el besugo de pinta o los alfonsinos) están hoy aún más lejos de estar gestionadas bajo parámetros de sostenibilidad.

Lydia Chaparro, ecóloga marina de la Fundació ENT, alerta de que «el camino elegido por parte de los ministros europeos se aleja para algunas poblaciones de los compromisos legales de acabar con la sobrepesca y de su responsabilidad de gestionar los recursos pesqueros en base a las recomendaciones científicas». Por ejemplo, el consejo científico del granadero de roca, una especie clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como En Peligro de Extinción, recomendaba para esta especie unas capturas máximas de 1.289 toneladas. Sin embargo, los ministros han acabado legislando un tope de capturas 71 % superior. Chaparro considera que «esta es una mala decisión que afecta negativamente a esta especie, pero también al conjunto de los ecosistemas marinos profundos. Por otro lado, nos preocupa que el Ministerio no haya hecho público ningún informe socio-económico que avale tales decisiones».

Las especies de profundidad han sufrido una fuerte presión pesquera en las últimas décadas, lo que ha provocado que muchas poblaciones de peces de aguas profundas estén actualmente agotadas, al menos regionalmente. Este es el caso, por ejemplo, de varias especies de tiburones de aguas profundas, pero también del reloj anaranjado, una especie cuya captura está prohibida actualmente pero que continúa capturándose de manera accidental. Con el objetivo de llamar la atención sobre estos aspectos, Ecologistas en Acción ha vuelto a organizar un evento frente al edificio del Consejo. Una actividad que ha tenido lugar bajo el nombre de ‘Carrera para acabar con la sobrepesca’.

Carrera para acabar con la sobrepesca

Eneko Aierbe, responsable de pesca de Ecologistas en Acción, considera que «la actividad ha sido un éxito, a diferencia del resultado final del Consejo que se aleja de la meta de alcanzar la pesca sostenible para 2020. Unas decisiones con consecuencias peligrosas para el futuro de las especies de profundidad, pero también para las pesquerías asociadas».

Por otro lado, Alex Bartolí, consultor en pesquerías, hace hincapié en la gran vulnerabilidad de estas especies: «Los peces de aguas profundas tienen unos ciclos de vida más largos y maduran tardíamente, por lo que pueden colapsar con facilidad. Sin embargo, los ministros han vuelto a ignorar las características biológicas de estas especies». Pero hay un aspecto aún más preocupante en opinión de Bartolí: «En este Consejo se han eliminado algunos TAC y cuotas. Por ejemplo, España ha solicitado eliminar el tope de captura de la brótola de fango, es decir, dejar fuera del sistema de cuotas esta especie sin haber establecido previamente un plan de gestión o seguimiento alternativo para garantizar que no aumente su pesca».

La próxima prueba de fuego tendrá lugar en pocas semanas durante el Consejo de Ministros de Pesca de diciembre, momento en el que se establecerán los límites de pesca para la mayoría de las especies comerciales del Atlántico noreste. En opinión de Eneko Aierbe, se trata de «otra carrera de fondo en la que se decidirá el futuro de especies comerciales importantes tales como el lenguado o la merluza». «De nuevo», concluye Aierbe, «será el turno de los ministros de decidir si se acercan al consejo científico y al cumplimiento de la ley, o si deciden continuar ampliando peligrosamente la brecha de la sobrepesca como en esta ocasión».