Entre estas agresiones se encuentra la reciente construcción de una gran nave para una supuesta actividad agrícola en suelo no urbanizable junto a la laguna, así como el anunciado proyecto empresarial en los antiguos terrenos de Polanco por parte del Alcalde.

Hoy en día, con la legislación en materia de evaluación ambiental en vigor, dudamos seriamente que la Carretera Nacional hubiese partido en dos la laguna de La Paja, que se hubiese permitido la construcción de la Carretera de Las Lagunas y, por supuesto, la incomprensible instalación en sus contornos de una industria del sector de la madera como fue Polanco. Sin embargo, la ocupación ilegal de la cuenca de recepción de la laguna de La Paja continúa, pues a mediados de 2017 se permitió la construcción de «una nave agrícola» que, sospechamos, pudiera ser un fraude digno de seguimiento.

Toniza-Ecologistas en Acción de Chiclana entiende que para permitir la instalación de una nave de este tipo en suelo no urbanizable se tienen que cumplir una serie de requisitos que tanto la LOUA (Ley de Ordenación Urbana de Andalucía), el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) y la jurisprudencia del Tribunal Supremo han delimitado nítidamente. Para empezar, se desconoce la relación del promotor con la actividad agrícola, ni nos consta la existencia de una explotación agrícola, ni se puede apreciar relación alguna de la nave con el destino de la finca, y, menos aún, la necesidad de la nave con la explotación existente. Tras la lectura del proyecto presentado por el promotor, un conocido empresario del sector de la construcción, tampoco hemos encontrado respuesta a todos estos interrogantes. Ésta es la razón por la que hemos formulado una petición de información al Ayuntamiento para aclarar todos estos extremos. De obtener respuesta, vamos a elevar el caso a la asesoría jurídica de Ecologistas en Acción para que dictamine y nos proponga los pasos a dar.

Pero no paran ahí las amenazas y agresiones a la laguna de La Paja. A mediados de octubre de 2018, el Alcalde, José María Román, a bombo y platillo, daba por hecho la ubicación de cinco empresas en los antiguos terrenos de Polanco, denominado de manera aberrante y contra toda ética, “Polígono Industrial Laguna de La Paja”. Un proyecto que, al parecer, ya cuenta con un Plan Especial elaborado por la Delegación Municipal de Urbanismo y del que no se nos ha informado, ni a nosotros ni a ninguno de los Consejos Locales de los que formamos parte, es decir, el de Urbanismo y el de Medio Ambiente. Todo, al parecer, está tan avanzado que, como declaró el Alcalde en prensa, se pondría en marcha “dentro de un mes”, o sea, a mediados de noviembre. Algo que, afortunadamente, no ha sucedido.

Nosotros intuimos que el Alcalde no ha informado adecuadamente a los empresarios de los recursos que existen contra el PGOU por, entre otros motivos, no contar con la debida Evaluación Ambiental Estratégica y que, cualquier proyecto de esta envergadura “impuesto precipitadamente a las bravas” va a ser seguramente recurrido ante los tribunales por los grupos ecologistas. Y eso, además de quebraderos de cabeza, costes financieros, inversión inmovilizada… pudiera ser publicidad negativa para las empresas. El Alcalde debería haber informado a las empresas interesadas en instalarse en los antiguos terrenos de Polanco que van a tener que someterse a una evaluación ambiental severa que mida las posibles afecciones de cada una de esas industrias a la Laguna de La Paja y a las especies protegidas que alberga, especialmente, aves acuáticas protegidas como la cerceta pardilla o la malvasía cabeciblanca, al estar amenazadas de extinción. Y que esa evaluación ambiental no se va a referir exclusivamente al momento inicial de la concesión de la licencia sino a todo el tiempo que la actividad empresarial esté afectando al espacio protegido, ya que se trata de una Reserva Natural Concertada. Eso lleva una tramitación seria y rigurosa que va a ser seguida de cerca por científicos, naturalistas, ecologistas… para garantizar el cumplimiento de las normas protectoras del medio ambiente.

Todo este “Polígono Industrial Laguna de La Paja”, tal como se ha hecho su anuncio, nos parece fruto de la precipitación, de las prisas, de las exigencias electorales… Y esperamos que nadie se lleve a engaño, así que pedimos a la dirección de estas empresas que busquen otros suelos más aptos e idóneos y menos exigentes con el cumplimiento de la legislación en materia ambiental. Hay muchos otros suelos en Chiclana para éstas y para muchas otras empresas más.

No dudamos que la laguna de La Paja, por su alto valor ecológico, debería formar parte del Complejo Endorreico de las Lagunas de Cádiz, al igual que las de Jeli y Montellano, también en el término de Chiclana, algo que hemos comentado en repetidas ocasiones y que vamos a solicitar formalmente, a tenor de sus altos servicios ambientales y sociales. No hay razón medioambiental ni científica que justifique su exclusión. Y vamos a pedir en la próxima reunión del Consejo Local de Medio Ambiente que el Ayuntamiento vaya diseñando una estrategia ambiciosa y de futuro para ir desmontando esas instalaciones y devolverle ese sitio a la laguna de La Paja. La experiencia del Pinar de Hierro nos ha enseñado mucho al respecto de cómo conseguirlo sin costar un sólo euro a las arcas municipales.