• La Junta de Castilla y León, a través de la sociedad pública SOMACYL, proyecta la construcción de una depuradora para los cinco pueblos del Barranco de las Cinco Villas con más de 12 km de colectores para llevar el agua sucia desde los pueblos a la depuradora.
  • A Ecologistas en Acción de Ávila le preocupa que las gargantas de estos pueblos podrían quedar secas o sin caudal ecológico en verano.
  • La Junta aprueba este viernes 8 de marzo qué impactos serán analizados en la Evaluación de Impacto Ambiental, sin que de momento se contemplen aspectos como afección a las gargantas o el impacto social del proyecto.

La Comisión Territorial de Medio Ambiente y Urbanismo (CTMAyU) de Ávila (organismo colegiado de la Junta de Castilla y León) debe decir en su reunión del viernes 8 de marzo si evaluará todos los impactos de la depuradora y sus colectores o realizará un informe simplificado y a todas luces incompleto del mismo. Por el momento, todo apunta a que hará lo segundo.

El proyecto supone la construcción de una EDAR y más de 12 kilómetros de colectores y tuberías que llevarán el agua de los colectores de cada uno de los pueblos a la depuradora, atravesando y expropiando cerca de 400 fincas privadas. A pesar de ello, el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila considera que no tiene impacto ambiental significativo y se propone que se realice una evaluación simplificada, que no incluirá la evaluación de impactos muy importantes.

Ecologistas en Acción había realizado un informe pidiendo que se tuvieran en cuenta la afección que supondrá a las gargantas el hecho de que  el agua utilizada por los pueblos será conducida mediante tuberías hasta la depuradora en más de 12 km. Las gargantas perderán una importante cantidad de agua, que en verano, dada la irregularidad de estos cursos, podrían quedar secas o incumplir con los caudales ecológicos en los tramos previos a la depuradora, máxime teniendo en cuenta los escenarios de cambio climático.

También se incluyó en este informe la necesidad de estudiar otros aspectos como la afección al paisaje de las  Cinco Villas, que está declarado Bien de Interés Cultural desde 1975. La construcción de la depuradora y sus colectores supondrán la expropiación de 370 fincas, que quedarán en su mayor parte abandonadas. Estas fincas de bancales de piedra en seco son parte fundamental del paisaje declarado BIC.

Las expropiaciones suponen además  un fuerte impacto social, que ya ha levantado mucha oposición popular, que se ha mostrado con la entrega de más de 1500 firmas en contra del proyecto.

Por otro lado, la mayor parte del territorio del Baranco de las Cinco Villas está o dentro del Parque Regional de Gredos o dentro de la ZEPA y LIC Valle del Tiétar. No se ha tenido en cuenta la afección a estos espacios, a pesar de que el proyecto supone una modificación importante en el agua y la humedad ambiental disponible para mucha de las especies que llevaron a la declaración de estos espacios.

A pesar de su importancia, ninguno de estos impactos ha sido recogido en el informe que ha redactado el Servicio Territorial de Medio Ambiente y que probablemente se apruebe el viernes próximo.

De realizarse Evaluación de Impacto Ambiental será un mero trámite que no evitará las amenazas al medio ambiente y la población.

Se debería además estudiar una alternativa menos dañina, como es la de instalar depuradoras depuración de canales de heliófitas en flotación que sería no solo más económica (al menos tres veces más barata que la propuesta actual) sino que además permitiría devolver el agua limpia y depurada a los cauces a la salida de cada población, asegurando el cumplimiento de la Directiva Marco no solo en cuanto a calidad de agua sino a caudales ecológicos.

Para Nuria Blázquez, portavoz de Ecologistas en Acción de Ávila ,“este proyecto supone afecciones graves a la gargantas, al paisaje y a las zonas protegidas, además de expropiar innecesariamente 370 fincas”.

Este proyecto, propuesto por la Junta de Castilla y León a través de la sociedad pública SOMACYL, ya había sido puesto a licitación el pasado mes de enero, sin haberse sometido a Evaluación de Impacto Ambiental, a pesar de ser un procedimiento obligatorio para este tipo de proyecto. Gracias a la presión social de una población que se opone a este proyecto, y la denuncia de Ecologistas en Acción, el SOMACYL renunció a la licitación.