“Es desolador ver como nuestro vecino lo ha perdido todo, un hombre joven emprendedor que ha iniciado su proyecto de vida con plantaciones de aromáticas que se le han quemado y un rebaño de ganado al que ahora no tiene qué darle de comer” Juan, vecino de Juan Antón (aldea de El Madroño).

La Plataforma Fuegos Nunca Más considera que el incendio acaecido esta semana en El Madroño y sus aldeas no es casual y por ello, más que nunca insisten en que los causantes sean detenidos y juzgados, que no queden impunes, como viene ocurriendo hasta ahora. Esta plataforma ciudadana recuerda que en el mismo paraje de la aldea de Juan Antón donde se ha iniciado este siniestro, el lugar del Puente de Juan García, se inició en junio de 2017 otro incendio forestal, y cerca de allí, en la aldea de El Álamo, otro en agosto de 2016. Por tanto, son tres los años que alguien está queriendo quemar estos montes y, lamentablemente, lo han conseguido esta vez.

En 2004 esta zona se vio afectada por el mayor incendio forestal acaecido en Andalucía, quedando arrasadas 35.000 hectáreas de 13 municipios de las provincias de Sevilla y Huelva, donde perdieron la vida dos personas que no pudieron huir y donde el crimen está impune, pues nadie ha sido condenado por haberlo causado. Esta catástrofe tuvo como zona de mayor devastación los términos municipales colindantes de El Madroño (Sevilla) y Berrocal (Huelva) y fue el germen para que naciera la Plataforma Fuegos Nunca Más.

Esta plataforma ciudadana recuerda la importancia de realizar una buena gestión forestal preventiva en la época de menos riesgo de incendios forestales y, sin embargo, ve año tras año cómo los incendios forestales se suceden en la Cuenca Minera, devastando los bosques de monte mediterráneo y las dehesas que conforman el mundo rural de la zona y da sustento a numerosos pueblos y aldeas, dejándolos a merced del paulatino abandono tanto de los servicios sociales básicos como de la población. Desde 2004 ha habido en esta zona unos 30 fuegos, entre incendios y conatos; por recordar sólo los más recientes y extensos, los de Nerva, Minas de Riotinto, El Campillo, La Granada de Riotinto en la provincia de Huelva o El Garrobo, El Castillo de las Guardas o Aznalcóllar en la de Sevilla.

Hace escasamente un mes, cuando se cumplían quince años de ese terrible incendio de 2004 iniciado en Minas de Riotinto, Fuegos Nunca Más publicaba en titulares que Un incendio forestal es lo peor que le puede pasar a un pueblo rural y hoy vuelve a ver que unas trescientas hectáreas han sucumbido bajo las llamas, una aldea ha tenido que ser evacuada y otra ha estado muy cerca de ser también evacuada. Hoy, la plataforma quiere recordar a la ciudadanía qué significan esas hectáreas. Significan monte mediterráneo fundamentalmente, con su fauna silvestre y su pinar o su dehesa donde las familias sacan el corcho a los alcornoques, donde están colocados asentamientos apícolas para la obtención de miel, cera y polen, donde pastan los animales de pastores que tienen ganadería extensiva, donde hay cotos sociales de caza, donde un incipiente turismo rural sirve de apoyo a la economía local, donde hay casas aisladas con huertos, gallineros, perros. Todo eso y más se ha quemado.

Tanto que se habla de la protección del mundo rural como garantía para la seguridad alimentaria y el bienestar incluso en las zonas urbanas, pero quienes cometen el delito de provocar incendios forestales y destruir su medio de vida están impunes. Es, por ello, urgente priorizar la investigación para la detención y juicio de quienes cometen el delito de prender fuego al monte en las zonas rurales, porque siempre atenta contra el medio ambiente, siempre conlleva un delito de daño o destrucción de propiedades y, con ellas, de proyectos de vida de personas y familias, significando también en algunas terribles ocasiones la pérdida de la vida de personas.

Se sabe por fuentes oficiales que en Andalucía alrededor del 10% de los incendios forestales se produce por causas naturales y que del otro 90% causado por el ser humano, alrededor del 40% son intencionados. Es decir, de hay personas incendiarias que provocan los incendios con premeditación y cálculo, siendo sus objetivos de diversa índole y sus motivos más comunes el afán de lucro, la maldad o sencillamente la necedad. Pero no se conocen las investigaciones, no se saben quiénes son, para qué lo hicieron y si han sido convenientemente juzgados y en su caso condenados.

La Plataforma Fuegos Nunca Más solicita por todo ello al Presidente de la Junta de Andalucía que se disponga el máximo de recursos a las brigadas de investigación de los incendios forestales como recurso indispensable y prioritario. Si, como él afirma, “en Andalucía tenemos grandes profesionales que son expertos en combatir el fuego”, según Fuegos Nunca Más se hace irrenunciable dotar a este formidable cuerpo del INFOCA, para complementarlo, del más excelente equipo de investigación, que permita arrestar y juzgar conforme al Código Penal y las leyes vigentes a los delincuentes que atentan con fuego contra el monte, los proyectos de futuro y la propia vida de las personas que viven en las zonas rurales. Y, por último, la plataforma ciudadana pide al Gobierno andaluz una apuesta firme con un apoyo explícito a las personas emprendedoras del mundo rural que pierden sus proyectos de vida con el fuego, porque hacen un uso y gestión sostenibles de los recursos rurales mediante la ganadería, las colmenas y otras actividades respetuosas con el medio, devolviendo al monte mediterráneo su vocación como fuente de vida y trabajo para las generaciones venideras.