• Tras la campaña de cloración desarrollada este verano en algunos puntos de playas valencianas, Ecologistas en Acción ha solicitado a la Dirección General de Agua, informes sobre el estado de las aguas antes y durante la campaña.
  • La liberación de cloro en espacios naturales tiene un impacto en los diversos ecosistemas y no existen resultados públicos al respecto.
  • Ecologistas en Acción solicita que se establezcan las medidas oportunas para que los municipios de L’Horta depuren la totalidad de sus aguas y no las viertan directamente al mar.

Desde el inicio del verano, varias playas de la provincia de Valencia han sido cerradas al baño por parte de las autoridades. Los índices de contaminación fecal que se han encontrado en los análisis de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, han obligado a que se haya tomado esta improvisada decisión.

Para evitar el cierre continuado de dichas playas, la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica ha establecido puntos de cloración en las acequias que llegan a las playas. Es el caso concreto de la playa de Alboraya, que cada año presenta valores insuficientes de calidad de agua de baño, donde se ha instalado un punto de cloración a una distancia de entre 20 y 50 metros de la playa, en Dominio Público Hidráulico.

Ecologistas en Acción, tras las conversaciones mantenidas con la Dirección General, ha solicitado que se hagan públicos los informes que motivaron la decisión de clorar determinados puntos, así como que se muestren los resultados de todo el periodo en el que se ha estado realizando la cloración.

La organización ecologista ha denunciado que no se ha tenido en cuenta que el cloro reacciona con la materia orgánica generando cloraminas y trihalometanos, sustancias peligrosas para la salud humana. La medida además es ineficaz para su objetivo, la desinfección, y se trata de una falsa solución. Por ello, Ecologistas en Acción ha solicitado que se realicen análisis para valorar las posibles consecuencias.

Asimismo, se ha solicitado la realización de seguimiento a los ayuntamientos que tienen puntos desconectados de la red de depurado y que vierten directamente a las acequias sin depurar. Este hecho es dependencia municipal, por lo que la Generalitat Valenciana debe informar de las medidas que van a adoptar para solucionar el problema.

La decisión de la clorar las aguas ha tenido diversas consecuencias que no han sido tenidas en cuenta, tales como:

  1. No se ha valorado la incidencia de un vertido en continuo con cloro en el medio marino. No es lo mismo algo puntual, que un vertido en continuo y, paradójicamente, puede ser peor en continuo con concentraciones bajas que uno puntual de concentración alta.
  2. El cloro es tóxico para los peces a altas concentraciones; a concentraciones más bajas los estresa al dañar las branquias.
  3. Aunque las concentraciones de cloro sean similares a las de agua de piscina, esa cloración es una aberración cuando se trata de aguas abiertas que van a parar a un ecosistema vivo, como es el intermareal de las playas.
  4. La instalación de cloración al aire libre es un peligro en sí misma. Entre otras cosas, la posible manipulación por niños, adolescentes o personas malintencionadas puede tener consecuencias desastrosas, ya que el cloro es un elemento químico peligroso para la salud.

La cloración de las acequias que desembocan al mar se tiene que tratar como un vertido. Según la normativa Marco de Agua está fuera de lugar, es una medida fruto de la improvisación y de una mala planificación por parte de las autoridades competentes.

Sabela Martínez, integrante de Ecologistas en Acción, ha recalcado que “se trata de una medida que no se ha aplicado en ninguna playa del resto del España, por lo que estamos ante una actuación fuera de la legislación y altamente peligrosa para los micro y macroorganismos de las acequias, humedales y el mar. Además, el encauzamiento con hormigón de las acequias en el tramo final ha supuesto la destrucción de zonas húmedas que actuaban como filtro verde”.

Por todo ello, Ecologistas en Acción ha insistido que es necesario solucionar el problema de raíz, mejorando las redes de saneamiento de los núcleos costeros para que no haya vertidos a la red de acequias y lleguen directamente a las playas, mejorando así la calidad de agua de las playas.

Según la normativa vigente, es obligatorio el saneamiento integral de todas las aguas, exigencia que los municipios costeros no están cumpliendo, principalmente Valencia con su emisario de Vera.

Clara Megías, portavoz de Ecologistas en Acción, ha declarado: “Exigimos que se ponga fin a esta medida irracional, depurar las responsabilidades habidas y acometer actuaciones de saneamiento integral. También estamos valorando la posibilidad de interponer una denuncia ante la Comisión Europea, habida cuenta de la gravedad y repercusión ambiental de los hechos denunciados”.