• Tras cuatro días la acampada climática entrega sus demandas a la ministra Teresa Ribera, exigiendo su pleno cumplimiento. Las personas participantes vigilarán el necesario incremento de la acción real frente a la emergencia climática.
  • Se interpondrán acciones judiciales por las detenciones y lesiones a activistas en la acción del pasado lunes.
  • 2020 Rebelión por el Clima y Extinction Rebellion Spain consideran que ante la inacción y la amenaza colectiva, es un deber ciudadano resistir y organizarse de manera exclusivamente pacífica para defender la vida.

La rebeldía frente a la emergencia climática que el pasado lunes ocupó un puente en la zona de Nuevos Ministerios en Madrid y mantiene una acampada frente al Ministerio para la Transición Ecológica sigue exigiendo medidas frente a la emergencia climática. De manera apartidista y pacífica, decenas de personas de horizontes muy diversos y de colectivos se han acercado a las diversas acciones, encuentros y debates que han surgido estos días y que continuarán durante los próximos meses.

La legítima defensa de los bienes comunes debe fundar una democracia real que se abra a nuevos modos de participación colectiva. A pesar de la preocupante regresión en los derechos civiles y políticos que supone la Ley Mordaza, resistir y organizarse de manera exclusivamente pacífica para defender la vida es un deber ciudadano ante la amenaza colectiva. Un deber al que han respondido cientos de activistas.

El movimiento 2020 Rebelión por el Clima muestra su solidaridad a todas las personas que fueron detenidas, identificadas y agredidas en el transcurso de la acción. Una actuación policial en la que se produjeron más de dos docenas de heridas de diversa consideración (varias luxaciones y dos fracturas), más de un centenar de identificadas y tres detenciones. Frente a las agresiones y lesiones sufridas las personas participantes presentarán denuncias individuales a la policía, así como cartas al Defensor del Pueblo por la vulneración de derechos que supone que la policía no fuese identificada, que prensa y observadores fueran expulsados de la acción, la limitación del derecho al ejercicio de protesta, la libertad de prensa, la libertad de reunión y manifestación y, por último, las prácticas lesivas por parte de la policía.

A último hora de la mañana se ha mantenido una reunión con la Ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera en la que representantes de la acampada han trasladado las demandas consensuadas. Entre las cuestiones trasladadas a Ribera se ha subrayado que la respuesta de la sociedad civil ante la inacción incluirá, siempre que sea necesario, la desobediencia. A través de estas acciones se denuncia el negligente trabajo del Gobierno en funciones, frente al cual la ciudadanía expone sus cuerpos y su seguridad para defender la vida en el planeta.

Afrontar la crisis ecológica requiere:

1. Declaración de emergencia climática. Que se declare la emergencia climática de forma efectiva, con políticas acordes a lo marcado por la ciencia y recursos económicos suficientes para abordarlas.

2. Verdad. Que se diga la verdad a la ciudadanía respecto a la crítica situación climática y ecológica que vive el planeta y la responsabilidad del crecimiento económico en la degradación ecológica actual.

3. Actuación inmediata. Reducciones drásticas de emisiones en el menor tiempo posible, en línea con lo planteado por la comunidad científica. A este respecto, se escrutarán las modificaciones del Plan Nacional de Energía y Clima y otras normativas hasta que se tengan en cuenta las alegaciones de los movimientos y organizaciones ecologistas por encima de los intereses de las empresas.

4. Democracia real. Puesta en marcha de instrumentos ciudadanos participativos de supervisión y garantía del cumplimiento de las medidas. Entre otras, el establecimiento de instrumentos participativos, como por ejemplo las asambleas ciudadanas asesoradas en cada campo por personas expertas, objetivas e independientes (no vinculadas ni laboral ni económicamente a empresas responsables de contaminación atmosférica y/o ecológica).

5. Justicia climática. Que la justicia climática se ponga en el centro de toda acción, para evitar que los que menos han contribuido al problema y los sectores más vulnerables sean los que más sufran los efectos.

Estas exigencias no se dirigen solo al ejecutivo socialista, sino a todos los grupos políticos. El cumplimiento de las mismas involucra la acción real de todos los agentes políticos que deben garantizar la participación directa de la ciudadanía en las tomas de decisiones necesarias para dar respuesta a una crisis climática que avanza inexorablemente.

Durante los próximos meses estas demandas deberán concretarse asumiendo la verdad de la emergencia climática actual. Una emergencia que solo puede afrontarse mediante el incremento de los insuficientes objetivos de reducción de emisiones comprometidos a través del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima o la Ley de Cambio Climático, entre otros muchos mecanismos. De no producirse ese incremento en la ambición, es un deber ciudadano volver a las calles hasta lograr una respuesta adecuada a la crisis ecológica que amenaza el futuro de la vida en la Tierra.

El final de esta acampada en Madrid significa el principio de un movimiento internacional que no para de crecer y que ya es imparable. La participación directa de la ciudadanía exige un cambio de modelo global para la defensa inmediata de la vida en el planeta antes de llegar a un punto de no retorno definitivo.