• Ecologistas en Acción exige al Gobierno Regional que no tire balones fuera tratando de culpabilizar a los fenómenos naturales del desastre ecológico de enormes dimensiones en el Mar Menor.
  • El verdadero culpable de la actual situación del Mar Menor es el sector agroindustrial del Campo de Cartagena y las administraciones locales, regional y estatal, por no hacer su trabajo.

Ecologistas en Acción ha sido testigo, como gran parte de la ciudadanía, de la terrible situación que ha sufrido el Mar Menor este fin de semana, cuando las orillas de la zona norte se han llenado de miles de ejemplares, tal vez más, de animales de diferentes especies de peces, anguilas, cangrejos y crustáceos moribundos, buscando desesperadamente una vía de escape que en pocas horas desembocó en un olor nauseabundo a muerte y putrefacción.

Ante la imposibilidad de ocultar el desastre, el Gobierno regional se ha apresurado a echarle la culpa a un fenómeno natural ocurrido recientemente: las lluvias torrenciales provocadas por la DANA. Sin embargo, el Mar Menor viene recibiendo las aguas de las avenidas desde siempre y nunca tales avenidas ocasionaron un episodio de mortandad masiva. El verdadero problema es la profunda crisis eutrófica que está sufriendo la laguna, cuyos principales culpables son la agroindustria, el Gobierno Regional y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).

El regadío lleva desde los años ochenta expandiéndose (legal e ilegalmente) por toda la llanura que desagua en el Mar Menor y que hasta entonces era terreno de secano, vegetación natural y una pequeña cantidad de cultivos de un regadío que tenía muy poco que ver con la actual agroindustria. En las últimas décadas el sector se ha industrializado cada vez más, intensificando la producción, transformando drásticamente el paisaje, eliminando lindes con vegetación natural y aportando ingentes cantidades de fertilizantes y fitosanitarios. Los fertilizantes del regadío intensivo son los principales responsables de la crisis eutrófica del Mar Menor, mientras que los suelos desnudos y nulas prácticas de conservación del suelo multiplicaron los arrastres de tierras con lluvias intensas. Por si esto no fuera suficiente, el sector agroindustrial ha crecido a base de miles de pozos muchos de ellos ilegales y desalobradoras cuyas salmueras, con altas concentraciones de nutrientes, alcanzaban también el Mar Menor.

Esta situación se ha ido agravando con los años, conforme avanzaba la superficie en regadío intensivo e industrial, con frecuencia a través de roturaciones ilegales, que pese a las denuncias se han terminado consolidando. Para Ecologistas en Acción lo más grave ha sido la actitud cómplice y facilitadora que han tenido las administraciones, en especial la Confederación Hidrográfica del Segura y el Gobierno Regional, que no han cumplido, ni han hecho cumplir, la normativa vigente en el Mar Menor y su entorno.

El crecimiento del regadío intensivo industrial, tanto legal como ilegal, no habría sido posible sin la ejecución de miles de pozos y cientos de desalobradoras ilegales, ante lo que la CHS no ha mostrado contundencia, hasta que la Fiscalía inició un proceso de investigación por la vía penal de los responsables del deterioro ambiental del Mar Menor. Si bien en los últimos años la CHS ha cerrado algunos pozos y desalobradoras y ha desmantelado la red de salmueroductos, ha continuado permitiendo la consolidación de nuevos perímetros de riego con usos irregulares del agua y ha facilitado su regularización.

En cuanto al Gobierno regional, no sólo no ha intentado pararle los pies al regadío intensivo sino que lo ha defendido y ha contribuido a su expansión, permitiendo roturaciones de miles de hectáreas sin licencia. Tampoco ha impuesto restricciones reales al sector agrario, a pesar de la declaración ya en 2001 de Zona Vulnerable a la contaminación por Nitratos, pese a que desde hace 20 años distintos expertos alertaban de los primeros indicios de eutrofización del ecosistema lagunar. Tampoco se esforzó el Gobierno Regional en cumplir con la legislación sobre espacios protegidos, la Directiva Hábitat o la legislación sobre especies amenazadas, entre otras, que exigen la elaboración de distintos planes de gestión, algunos de los cuales llevan décadas esperando aprobarse. Ni siquiera la crisis eutrófica de 2016 logró cambiar esto.

Por ello, y ante el intento del Gobierno regional de culpar a la naturaleza de la terrible imagen que ofrecían las orillas del Mar Menor este fin de semana, Ecologistas en Acción denuncia que los verdaderos culpables son la agroindustria y las administraciones, tanto estatal como regional, por lo que anima a todos los ciudadanos a exigir responsabilidades por el colapso ambiental del Mar Menor, así como a reclamar medidas contundentes y eficaces, que pasan por una profunda reconversión ambiental del sector agrario y por acabar con el desgobierno del agua y del regadío, del que son responsables la Confederación Hidrográfica del Segura y el Gobierno Regional.