• No es una cuestión de fracking sino de emergencia climática.
  • Linde Verde y Ecologistas en Acción piden al ayuntamiento de La Rinconada que modifique la moción presentada sobre “Municipio libre de fracking (extracción de gas por métodos no convencionales) y a favor de las energías limpias” en el sentido de declarar la emergencia climática y reconocer que el único gas bueno es el que se queda en el subsuelo, ya sea por métodos de extracción convencional o no convencional.

El gas natural es un combustible fósil no renovable y contaminante. Al quemarlo produce dióxido de carbono (aunque aproximadamente la mitad que la quema de carbón) y algo de óxido de nitrógeno. El primero es el gas de efecto invernadero más abundante y el mayor responsable del calentamiento del clima. El segundo es un gas tóxico al respirarlo. Pero además, y esto es un punto decisivo, la extracción y transporte de gas natural produce importantísimas fugas de metano que tiene un poder de calentamiento climático (efecto invernadero) 86 veces mayor que el del CO2. Es decir, el gas natural es un combustible  peligroso, caro, contaminante e innecesario, que además está bloqueando la implantación de las energías renovables.

Existe un consenso científico de que para evitar un cambio climático desastroso para la humanidad debemos dejar en el subsuelo la mayor parte de los combustibles fósiles, entre ellos el gas natural, y que de manera urgente debemos cambiar a un nuevo modelo energético más democrático, descentralizado y basado en las energías renovables, el ahorro y la eficiencia energética.

El gas en el mercado actual, según recoge CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) en los últimos 10 años se ha reducido el consumo del gas, cerca de un 25 % en todo el Estado español, además los precios del gas natural ha subido más de un 15 % en los últimos años, por lo que bajo una óptica económica el interés por nuevos yacimientos se basa en la pura especulación. Los Penélopes serían espacios candidatos a que la inflación económica del mercado gasístico haga rentable su extracción.

En los proyectos de sondeo que se están llevando a cabo en busca de hidrocarburos por parte de la empresa Gas&Oil S.L., donde ya se han iniciado los trabajos de perforación en los proyectos Penélope 1 (junto a El Gordillo) y Penélope 2 (junto a Majaravique) en la provincia de Sevilla, no tienen razón de ser en un escenario declarado de emergencia climática como en el que solicitamos al ayuntamiento de La Rinconada y al que entendemos están obligados a sumarse todos los municipios andaluces.

Presentación de cientos de firmas ante la Junta exigiendo información P. Penelope (18-05-2015)

Según el proyecto, el uso de sustancias tóxicas necesarias para la extracción de este gas está garantizado, y por tanto, la extracción se haría por métodos no convencionales, con lo que todos los problemas reconocidos al fracking habría que asignárselos a este gas no convencional.

Pero es que considerando el escenario más favorable, es decir, que sea posible la extracción convencional (sin necesidad aplicar aditivos químicos), automáticamente estos lugares serían espacios candidatos al almacenamiento de gas en el subsuelo, al objeto de hacer acopio cuando su precio de mercado baje, y extraerlo cuando su precio sea alto.

Convertir la Vega del Guadalquivir en un gran depósito de gas, supone un alto riesgo social y ambiental. Recientemente, estudios realizados en relación al almacenaje de gas en Doñana han evidenciado, entre otros, los peligros de sismicidad inducida por los cambios estructurales ocasionados por los procesos de inyección.

La única respuesta razonable desde la ciudadanía y de los ayuntamientos afectados es la oposición frontal a los proyectos de extracción de hidrocarburos y una apuesta firme por las energías renovables. En este sentido, la moción municipal debe ir encaminada a la eliminación cualquier opción extractiva de gas y tras la declaración de la emergencia climática, apostar por una economía circular que genere recursos donde ahora se  producen residuos, incluidos los procesos de generación de gas, y modificar los hábitos de consumos de energía y de habitabilidad de los hogares,  para que la reducción del consumo permita el abastecimiento energético con base de justicia social.