• Ecologistas en Acción lanza un informe que muestra que una de las principales causas del auge minero en el Estado español son las prácticas centradas en la especulación y no en la producción de las materias primas.
  • Los gobiernos autonómicos y la Unión Europea subsidian y justifican proyectos mineros ocultando su alto impacto socioecológico.

En los últimos cinco años España ha visto un gran aumento de tramitación de nuevos proyectos mineros a cielo abierto. Esta aceleración se ha justificado por la necesidad de minerales y metales escasos que son imprescindibles para la tecnología y la generación y almacenamiento de energía.

El informe de Ecologistas en Acción ‘Minería especulativa en España’ muestra que una de las principales causas del auge de la minería en España son las prácticas centradas en la especulación y no en la producción de esas materias primas. El estudio analiza cuatro empresas mineras que han encontrado en España un nuevo mercado ‘frontera’, pero que tienen escaso capital en su mayoría y ninguna experiencia anterior de minería, por lo que se las denomina compañías junior.

El informe también analiza las arquitecturas diseñadas para ocultar los múltiples intereses de estas empresas junior e identifica a los actores políticos, académicos y empresariales involucrados en sus estructuras. Al maximizar los beneficios y minimizar los impactos ambientales y sociales, las juniors utilizan los proyectos mineros, de fácil obtención en España, en los mercados financieros como instrumentos de capitalización y de compra-venta de derechos.

A tal proceso de extracción financiera hay que sumarle un proceso de extracción de fondos públicos por parte de estas juniors que se cristaliza en los subsidios recibidos por la Unión Europea y los gobiernos autonómicos en proyectos de innovación minera y generación de empleo.

La especulación minera no es algo nuevo. Lo novedoso de este estudio es que señala el papel de la UE y de los gobiernos autonómicos en este proceso de extracción. El informe concluye que son estos actores los que se encargan de obtener la licencia social necesaria para tolerar la violencia lenta que constituyen los proyectos a cielo abierto que resultan de esta política de obtención de permisos mineros, presentando públicamente la minería como algo positivo y ocultando su impacto socioecológico.