En enero de 2018 Ecologistas en Acción tramitó una solicitud a la corporación municipal de Aranjuez de reconocimiento oficial, de forma póstuma, para Antonio Puertas Mora “El Mangas”, por los méritos contraídos en su persona tan  estrechamente relacionados con la ciudad, su sobresaliente carácter humanista y social, su valentía y altruismo con vecinos y ciudadanos de otros lugares y su apreciado río Tajo, tan profundamente arraigado en nuestras vidas; dedicando en su memoria el nombre de una calle, plaza o lo que más hubiere deseado, con toda seguridad, un parque urbano.

Ante la falta de respuesta por parte del gobierno municipal anterior, volvemos a reiterarla al nuevo gobierno, por si tiene a bien ser más receptivo con la misma. A tal efecto, hemos comprobado recientemente con elevada sorpresa, indignación y sobre todo mucha pena, que la dedicatoria del parque se adjudique a la Aviación Española.

Dicho así en abstracto, con la generalización por delante de la dedicatoria, nos parece una aberración absoluta, impropia de un gobierno local como es el caso; debiendo recaer estos reconocimientos en sus hijos ilustres, dentro de la enorme variedad de disciplinas existente, cuyo mérito principal discurra, ajeno a los avatares políticos (por aquello de la confrontación permanente), siempre muy por encima de cualquier valor o  consideración general hacia organismos e instituciones, cuyo único mérito radica en el reconocimiento del deber cumplido.

Por su interés, dado que poco más podemos añadir a tan ilustre personaje de la historia contemporánea del Real Sitio, que tuvimos el enorme privilegio de conocer y compartir vivencias y emociones, reproducimos el texto dirigido en su día, al gobierno de turno.

El pasado 30 de noviembre de 2017 nos dejó Antonio Puertas Mora conocido popular y entrañablemente por “El Mangas” (ignoramos el origen del apodo, aunque a lo largo de su trayectoria vital, le aplicará muchos cortes de mangas a la muerte), pero lo que conocemos y estamos en condiciones de asegurar, su elevada vocación de servicio a los demás y pasión por el río Tajo, al cual dedicó gran parte de su vida.

El Mangas comenzó como Socorrista Náutico de la Sección de Aranjuez en el año 1951 en la llamada playa de Salivilla, hacia 1960 se trasladaría a la Pavera donde abre su propio gango al pie del río, recorrió todas las playas que surcaban las orillas del cauce, conoció tiempos en que los vecinos ribereños y forasteros venidos de territorios lejanos, disfrutaban de un día de baño en sus limpias, frías y bravas aguas de un río todavía vivo, con caudales estacionales, peligro permanente y consecuencia de ello, lidio en primera persona con la tragedia.

Alguien, tituló un artículo en prensa, como “Antonio Puertas el ángel de la guarda del río”, razón no le faltaba, sus acertados consejos sobre el baño, el conocimiento del cauce en la zona y su menuda presencia, daba seguridad y tranquilidad a los bañistas, en aquellos tórridos veranos, donde acudíamos en masa a refrescarnos.

Antonio Puertas fue ejemplo y padre coraje para todos, abnegado centinela cuya actitud vigilante y siempre desinteresada, le generaban fuerzas para acudir con presteza a la mínima situación comprometida de cualquier ciudadano, jamás dudó un momento en lanzarse de mocha al agua, poniendo en peligro su propia vida, con tal de salvar la de otros.

Todos conocemos por comentarios, oídas o vivido de forma personal, el drama por ahogamiento, entre el que solicita ayuda y quien se deja la vida por acudir en su auxilio.

Están acreditados más de 200 casos, donde sus milagrosas manos y oportuno aliento estaban allí prestando ayuda en momentos tan desesperados, ante el riesgo probable de un fatal desenlace; instantes extremadamente delicados donde la mayoría recula y solo unos pocos, tienen el arrojo y valentía de lanzarse en auxilio de la persona necesitada.

Recibió un modesto reconocimiento en forma de medalla del organismo donde prestaba sus servicios “por las circunstancias especiales que en él concurren y la humanitaria labor desarrollada como Socorrista Náutico, habiendo efectuado cinco salvamentos en un solo día, a personas que estuvieron a punto de ahogarse”.

El Ayuntamiento de Aranjuez, su propio pueblo, jamás le dedicó un reconocimiento oficial, nunca tuvo algún detalle de agradecimiento hacia su persona. Su transcendental labor humanitaria se desconoce y no se difunde, jamás una sola persona hizo tanto por el resto de los ciudadanos de manera tan copiosa, noble y desprendida, todo un derroche de generosidad a cambio de nada.

Antonio “el Mangas” forma parte por méritos más que suficientes, de la memoria colectiva en esta ciudad. Todos aquellos, la inmensa mayoría que no teníamos el privilegio de piscina privada, ni falta que nos hacía (públicas no había), aprendimos a nadar en el río, caces y caceras, nos bañamos en sus playas, aprovechábamos la umbría de las riberas y disfrutábamos del recreo, la parrilla o el caldero en familia. Terminada la jornada festiva, volvíamos a casa sanos y salvos, por mal recuerdo, algún raspón o achicharrado de quemaduras. Sin duda alguna, nada hubiera sido igual, sin la infatigable presencia, resguardo y cobijo de Antonio.

Muchas anécdotas personales podríamos contar de este pequeño individuo en lo físico, pero enorme corazón, con elevado sentido de la discreción y tan querido por todos. En relación con el grupo ecologista, citaremos dos, que recrean la talla y medida de su persona, admitiendo además, su gran compromiso con la conservación de la naturaleza, el ecosistema fluvial y toda la fauna y flora asociada al mismo.

Cierto día recibimos un aviso de una persona, donde nos indicaba los problemas de supervivencia por falta de oxígeno en bastantes peces, como carpas, barbos, alburnos etc, en pozas del caz de las Aves cerca de la Pavera, al haber cortado el agua sin aliviar, la fauna que pudiera quedar aislada y recluida (hoy afortunadamente superadas, debido a las frecuentes denuncias de nuestro grupo ecologista).

Personados los compañeros en la zona, contrastamos el problema y, cómo no, fuimos a buscar al Mangas, siempre en el huerto de su parcela; lo dejó todo, cogimos cubos llenos de agua y partimos al lugar a cierta distancia, la situación era delicada, concluimos que con los cubos poco podíamos hacer, incluido el efecto contrario; con gran disgusto de Antonio, agradecimos su elevado interés marchando al club de pesca, donde por suerte, dimos con jóvenes pescadores que pértiga en mano y bidón, solucionaron el problema.

La siguiente anécdota, sucedió durante la celebración de las II Jornadas de la Red del Tajo que organizó Ecologistas en Acción en junio de 2008. La sesión inaugural se realizó en el salón de grados de la universidad sita en el edificio de Pavía, una de las actividades era la entrega de un premio a la persona que más se hubiera significado por el río Tajo, recayendo la distinción en Antonio Puertas “El Mangas”.

Como quiera que había bastante gente en la sala, no le vimos entrar, tampoco conocíamos a la familia, llegamos a la conclusión que no estaba para la entrega de su premio ¿nos habría dado plantón?.

Llamamos a su casa y nada, alargamos las ponencias para ganar tiempo por si aparecía, compañeros fueron incluso, a su siempre residencia, es decir la Pavera y tampoco. Afortunadamente una ponencia corría a cargo de José Luis Lindo cronista de la villa, al cual, expusimos los motivos por los que debía adelantar su exposición; incrédulo él, nos abrió los ojos de par en par y de que manera ¡¡¡estaba allí desde el principio!!!

No diremos camuflado, pero cierto y verdad hecho un pitiminí, con gafas oscuras, cabello requetepeinado, traje y corbata para la ocasión, todo muy fashion. Le entregó el premio nuestro compañero fatalmente fallecido Enrique Pedrero, lo recogió entusiasmado y todo agradecido lo mostró al respetable, recibió los plausos con la sala puesta en pie y se fue a su sitio, más chulo que un ocho y feliz como un pincel.

Solicitud

Ecologistas en Acción de Aranjuez entiende que su figura atesora méritos más que sobrados para que nuestra Corporación en general y su gobierno en particular a la cabeza, reconozca de forma póstuma (así son las cosas) las cualidades que acumula Antonio, dedicando en su memoria el nombre del parque urbano situado en la calle Valera frente al IES Domenico Scarlatti, confluencia de las calles Rosa, Antonio Fernández y Agustín de Betancourt, considerando que, al estar en la ruta escolar de Loyola y Scarlatti, sería un lugar adecuado para poner en valor los méritos de “El Mangas”, y no caer en el olvido, porque nuestros jóvenes son el futuro de Aranjuez.

Sabemos que se han reconocido personas con trayectorias profesionales importantes como un parque a José Luis Sampedro, una calle al arquitecto de la plaza de toros, calles del polígono Chacón a diversos alcaldes, así como a otros tantos personajes ilustres.

No pretendemos restar méritos a nadie, pero insistimos en el sobresaliente carácter humanista y vocación social de Antonio Puertas “El Mangas” en su relación con la ciudad y vinculación al río Tajo. Tal ejemplo, debiera ser recordado por su extraordinaria solidaridad y valentía.