El mal llamado biodiésel a partir de cultivos agrícolas es una falsa solución verde para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que provocan el cambio climático. Un informe de la UE demostró en 2016 que el biodiésel de palma no solo no reduce emisiones de GEI sino que supone tres veces más emisiones que el diésel fósil. En el caso del biodiésel de soja, dos veces más. Pero los impactos del monocultivo de palma y soja van más allá del cambio climático: provocan deforestación, pérdida de biodiversidad y alteración de los ecosistemas, lo que está relacionado con la aparición y rápida expansión de enfermedades zoonóticas como la COVID–19.

Por este motivo, en 2019, la Comisión Europea clasificó el aceite de palma como materia prima de alto riesgo, responsable del cambio del uso indirecto de la tierra (CUIT), o cuando las tierras que antes se dedicaban a cultivar alimentos pasan a producir cultivos como la palma o la soja. Esto obliga a buscar otras tierras para producir alimentos, lo que supone que se deforesten nuevas tierras. Desgraciadamente, no incluyeron a la soja en esta clasificación, y se corre el riesgo de que la soja sustituya a la palma, lo que llevará a la deforestación de selvas en lugares como Latinoamérica.

En España la palma continúa siendo la principal fuente para fabricar biocarburantes. No se ha transpuesto la nueva Directiva de Energía Renovables (DER II). En el Plan Nacional Integral de Energía y Clima (PNIEC) sí se menciona el impacto socioambiental y climático de algunas materias primas como la soja, pero de manera todavía muy ambigua.

Ahora el gobierno da inicio a la Consulta Pública Previa para la Transposición Parcial de la Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, 11 de noviembre de 2018, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables.

Tenemos que decirle que los biocombustibles agrícolas no deben ser utilizados para sintetizar biodiésel por su impacto ambiental y social. Es necesario un plan para eliminarlos lo antes posible para evitar más deforestación, pérdida de biodiversidad e impactos negativos a los medios de vida de comunidades locales e indígenas.

Ecologistas en Acción y la red europea Transport and Environment han elaborado un documento de alegaciones para esta consulta. El documento recoge propuestas para eliminar los biocombustibles elaborados a partir de alimentos y la mejora de los criterios de sostenibilidad de los biocarburantes.

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