• Los colectivos Pedalibre, Conbici, Moratacleta, EBA, Bicilineal, Equobicis y Bicillecas, Ecologistas en Acción de Madrid, Greenpeace, Madres por el Clima y Juventud por el Clima, convocan la acción Cadena Ciclista, para visibilizar la bici como medio de transporte y la necesidad de adaptar nuestras ciudades a una movilidad sostenible. 
  • En el Día Mundial de la Bicicleta, los convocantes de la Cadena Ciclista reclaman apoyo económico para planes de movilidad al gobierno central y acciones más ambiciosas a los ayuntamientos, incluyendo carriles bici provisionales con vocación de definitivos por avenidas principales (Red Ciclista)

En abril de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el día 3 de junio como el Día Mundial de la Bicicleta para alentar a promover su uso como medio para fomentar el desarrollo sostenible, promover la salud, prevenir enfermedades, fomentar la tolerancia, el entendimiento y el respeto y facilitar la inclusión social, entre otros muchos beneficios.

Los colectivos Pedalibre, Conbici, Moratacleta, EBA, Bicilineal, Equobicis y Bicillecas, Ecologistas en Acción de Madrid, Greenpeace, Madres por el Clima y Juventud por el Clima consideran que la bicicleta es un elemento estratégico en la movilidad durante la desescalada. No produce atascos, contaminación ni gases de efecto invernadero y permite mantener la distancia interpersonal. Como ventaja adicional, pedalear con regularidad reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, ciertos tipos de cáncer o diabetes y de sufrir hipertensión, otras enfermedades.

Por estas y otras razones, muchas ciudades en el mundo han comenzado a realizar planes de emergencia para fomentar los desplazamientos en bicicleta. París lidera las acciones, con más de 1000 kilómetros de nuevas vías ciclistas, 50 kilómetros de supervías ciclistas ya introducidas en avenidas principales siguiendo el trazado del metro, para así transferir viajes del transporte público a la bici. Por estas y otras razones, muchas ciudades en el mundo han comenzado a realizar planes de emergencia para fomentar los desplazamientos en bicicleta: Bogotá 45 kilómetros, Milán 35 kilómetros, o Londres, con un ambicioso plan que incluye carriles bici en Euston Road y Park Lane.

En España destacan algunas ciudades como Barcelona, que pondrá en marcha 21 kilómetros de carriles bici, Logroño con su plan Logroño Calles Abiertas,  o el plan de transición a una nueva movilidad de Valladolid.  Estas ciudades están planeando también ejes ciclistas metropolitanos. Sin embargo, las medidas de emergencia se adivinan todavía tímidas a nivel general e insuficientes para que la bici tenga una representatividad real en el reparto modal de transporte. Las medidas de emergencia llegan a ciudades en las que la bici no era protagonista en el transporte y en general solo benefician al centro de la ciudad, por lo que no serán suficientes.

En contraposición, en la ciudad de Madrid apenas se han realizado propuestas. Hasta el momento, el Ayuntamiento solo ha procedido al cierre al tráfico de motor de 29 tramos de calles (19 kilómetros) de las 12.606 calles de la capital (8.973 kilómetros) y solo durante los fines de semana. Estas medidas refuerzan la visión de la bicicleta como medio de ocio y no como medio de transporte y quedan muy lejos de la apuesta firme por la bicicleta como vehículo en esta “nueva normalidad”. Por ello, se corre el riesgo de volver a calles atascadas de coches que dificulten la movilidad en general, además de incrementar los riesgos para la población por mayor altos niveles de contaminación, ruidos e inseguridad.

La Comunidad de Madrid, en el desarrollo de sus competencias no ha anunciado ninguna medida al respecto. Sin embargo, otras comunidades sí lo han hecho, como la Generalitat Valenciana que dará ayudas de 75 euros para comprar bicicletas y patinetes, 250 para bicis eléctricas y creará una Oficina de la Bicicleta.

Las organizaciones que trabajan por la movilidad ciclista y sostenible, en la ciudad y la región de Madrid, consideran urgentes e imprescindibles las siguientes medidas :

  • vías ciclistas específicas, segregadas y protegidas por los ejes estructurantes de la ciudad e interconectadas entre sí (Red Ciclista).
  • un diseño urbanístico o medidas físicas que limiten la velocidad a 30/20 km/h máximo y calles residenciales con prioridad peatonal y ciclista que cubran toda la ciudad.
  • la instalación de aparcamientos seguros para bicicletas en puntos estratégicos (intercambiadores de transporte público, edificios de la administración y estaciones de tren, centros de trabajo, comerciales, deportivos,…)
  • redistribución del espacio público urbano para reequilibrar los usos de la calle con una nueva priorización hacia un uso más diverso, social, seguro y saludable, centrada en el peatón y la bicicleta. Como hemos visto en otras muchas ciudades esto es posible de manera relativamente rápida mediante acciones iniciales de urbanismo táctico que derivan posteriormente en definitivas.
  • campañas de promoción de la bicicleta desde un concepto de un uso diverso e inclusivo, de manera que se planifique pensando en el derecho a la ciudad de toda la población.
  • potenciar la intermodalidad, facilitando viajar con bicicleta en el transporte público y adaptando las estaciones y entornos para un fácil acceso y estacionamiento ciclista, para que la combinación bicicleta y transporte público se convierta en una alternativa habitual en nuestros desplazamientos, en especial los de origen y destino de fuera de Madrid.
  • puesta en marcha de programas de formación para circular en bicicleta con seguridad, dedicado sobre todo a aquellas personas que nunca han circulado en bici.
  • entornos saludables con programas específicos destinados a la población escolar y sus familias (Stars), adecuación de los entornos educativos, planes de movilidad al trabajo e incentivos claros a personas y empresas que apuesten decididamente por una movilidad sostenible.
  • creación de centros logísticos a fin de promover el reparto de mercancías en bicicleta (ciclologística).
    una reconsideración normativa a fin de sacar el mayor potencial al uso de bicicleta en vía pública (prioridades, señalética, aparcabicis protegidos, etc.), cambios en las normas de edificación para la instalación de bicicleteros en comunidades de vecinos, impulso al sector (venta – reparación).
  • extensión de los sistemas de bicicletas públicas, etc.

La movilidad ciclista será crucial en los próximos meses, pero no se puede descuidar el espacio peatonal, que tendrá que ampliarse para garantizar la distancia interpersonal.

Es además imprescindible dotar al transporte público de los medios necesarios para ofrecer un servicio de calidad y con garantías de seguridad, así como mejorar la intermodalidad. Es necesario recuperar el espacio público para la sostenibilidad de la vida y no solo para circular deprisa.

Para visibilizar las demandas, Pedalibre, Conbici, Moratacleta, EBA, Bicilineal, Equobicis y Bicillecas, Ecologistas en Acción de Madrid, Greenpeace, Madres por el Clima y Juventud por el Clima convocan la acción  Cadena ciclista en Madrid, precisamente para reivindicar más espacio y protagonismo de la bicicleta en el sistema de movilidad.

Será una acción simbólica que consistirá en la necesidad de adecuar los ejes principales de la ciudad a la movilidad sostenible. Como ejemplo tomamos uno de los más importantes: Prado-Recoletos-Castellana. Destinaremos la calzada lateral este del Paseo de Recoletos, entre Cibeles (Casa de América) y Colón exclusivamente a la bicicleta y al peatón. La cadena ciclista dividirá esta nueva calzada por la mitad creando un gran carril bici y una ampliación del espacio peatonal, el miércoles 3 de junio a las 20.30 h.

La acción se enmarca también, dentro de la movilización global por el clima del día 5 de junio, #ReinventaElSistema, en la que diferentes organizaciones reclaman que la vuelta a la normalidad de la crisis se realice con justicia social y ambiental.