En los últimos meses, nos hemos quedamos en tierra por razones de sanitarias. Ahora, sigamos en tierra por razones climáticas.
Sólo reduciendo significativamente la aviación, podemos construir una movilidad justa con el clima y el planeta. Necesitamos diseñar nuestro cambio; no dejemos que el desastre lo haga por nosotras y nosotros.
Es hora de tomar las riendas del asunto: cuanta más gente se comprometa a quedarse en tierra después de la crisis de la covid-19, más presión podremos ejercer sobre los responsables políticos y la industria para no volver a la contaminación de la vieja normalidad.