- La Semana Europea de la Movilidad se celebrará del 16 al 22 de septiembre y estará dedicada a una movilidad sin emisiones.
- Ecologistas en Acción y Logroño en Bici-Ecologistas en Acción, apuestan por potenciar la movilidad activa y el transporte público, los modos sostenibles de movilidad, además de implantar zonas de cero emisiones para conseguir ciudades sin emisiones.
- Celebran las actuaciones de emergencia en movilidad y espacio público adoptadas por el Ayuntamiento de Logroño, pero demandan cumplimiento efectivo de velocidad y prioridad, además de la consolidación futura de las intervenciones para una protección definitiva del espacio público y de la movilidad activa.
- El apoyo al transporte público, dentro y fuera de las ciudades, es imdispensable para evitar el colapso de las ciudades, la contaminación y luchar contra el cambio climático.
- Una transferencia urgente de viajes a la movilidad activa, como se está realizando por toda Europa, resulta imprescindible para paliar los efectos de la congestión creada por un previsible repunte del abuso individual del automóvil privado que agrave los efectos de la pandemia de Covid-19 y la transmisión del virus, como cada vez más estudios demuestran.
Ecologistas en Acción y Logroño en Bici-Ecologistas en Acción celebran las nuevas medidas de movilidad y redistribución del espacio urbano realizadas por el Ayuntamiento de Logroño, pero creemos imprescindible su extensión y consolidación con actuaciones definitivas e infraestructura que proteja los modos más vulnerables de movilidad, garanticen la viabilidad del transporte público colectivo y hagan avanzar dotando presupuestariamente los planes de sostenibilidad en movilidad urbana incumplidos y vaciados de contenido por anteriores corporaciones.
Aprovechamos para lanzar la campaña Confinemos los coches, campaña que propone ceder el espacio urbano a las personas frente a los vehículos privados motorizados. La fórmula de la organización ecologista es pies + pedales + transporte público + Zonas de Bajas Emisiones y, a ser posible, zonas de cero emisiones, de modo que los pocos vehículos motorizado que circulen sean coches poco contaminantes o, aún mejor, cero emisiones.
Los vehículos de cero emisiones llevan inventados más de 200 años. El zapato es el mejor, y después la bicicleta. El coche eléctrico tampoco resuelve el problema del automóvil privado devorando el espacio público, pero el problema más grave reside en este momento en la desconfianza en el transporte público. Lejos de mejorar, la situación del transporte colectivo está empeorando. A pesar de que no se han encontrado brotes de contagios de COVID–19 relacionados con el transporte público, este medio está siendo estigmatizado como poco seguro. Los mensajes sin fundamento científico lanzados por algunas autoridades y medios de comunicación señalando al transporte público como medio poco seguro han hecho estragos. A esto se une el hecho de que solo en honrosas excepciones se han puesto medios para que las frecuencias del transporte colectivo eviten aglomeraciones, fomentar el trasvase de viajes a la movilidad activa y evitar el previsible repunte del abuso individual del coche. La suma de todo ha resultado en una disminución generalizada de personas que utilizan el transporte público y un ascenso de uso medios de transporte individual motorizados. Si la tendencia continúa, es muy probable que veamos episodios de congestión más intensos y un aumento generalizado de la contaminación, con terribles consecuencias para la calidad de la vida y la salud pública.
Es el momento de recuperar espacio para la ciudadanía, como peatón, y la bicicleta como medio de transporte preferente que ayude a descongestionar el transporte público para las personas que más lo necesiten, y fomente una alternativa saludable y económica al uso individual del coche.
Pies, pedales, transporte público, medios de movilidad sostenibles para lograr ciudades más saludables.