Los orangutanes y la vida salvaje tenían un problema con el biodiésel que utiliza aceite de palma en su composición. Ahora, tienen otro más: la soja.

La agroindustria de palma y soja profundiza en la crisis climática: provoca deforestación, pérdida de biodiversidad, pobreza y desplazamientos de las comunidades locales e indígenas.

El diésel que usamos puede contener hasta un 7 % de aceite de palma. El Gobierno español debe eliminar ya los biocombustibles a partir de alimentos.

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