La Navidad trae algo más que familia, buenos propósitos y regalos. Existe otra cara que muestra un aumento significativo de los residuos derivados de los regalos, un mayor uso de pilas contaminantes y un despilfarro energético por las luces y adornos.

Verdemar-Ecologistas en Acción calcula que durante el mes de diciembre el número de residuos diarios aumenta un 30 %.

Con el incremento navideño, los residuos generados se elevan a casi 20.000 toneladas diarias aproximadamente.

Esto se debe principalmente a la compra de regalos, ya que, por lo general, cada uno de los regalos que se compran viene acompañado de múltiples cartones dentro de la propia caja, plásticos protectores, unidos a la bolsa que los contiene y el papel regalo, guarnecido con el tradicional lazo decorativo.

Además de los restos de los banquetes navideños y de la repostería, a los que deberíamos sacar partido con nuevas recetas o con congelación para evitar que acaben en la basura,  las celebraciones de diciembre y enero dejan también gran cantidad de residuos procedentes de los regalos, que deben tratarse de forma adecuada para garantizar su reciclaje. Ecologistas en Acción recuerda que, la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel) calcula que en estos dos meses el reciclaje de este material se incrementa un 10 % con respecto a la media mensual del año. En total la previsión del sector apunta a que en esta ocasión se depositarán en España unas 862.000 toneladas de papel y cartón, que es el primer material que comenzó a recogerse de forma diferenciada cuando no había siquiera contenedores específicos.

Verdemar-Ecologistas en Acción señala que, la mayor parte de lo que se compra son residuos, puesto que lo esencial es lo que se va a usar pero a cambio eso genera casi 1 kilogramo de residuos.

Una vez sacas el regalo todas esas cosas no se van a usar y se van directas al proceso de recolección del residuo.

Recomiéndanos que durante la temporada navideña, festiva, debe pedirse el regalo sin envoltorio ni bolsa, ya que eso es lo que produce ese incremento del 25 %.

Dada la inevitable situación, una separación más específica de los residuos más allá del conocido orgánico e inorgánico.

Una correcta separación,  sería diferenciar el inorgánico con potencial de reciclaje del inorgánico sin potencial de reciclaje, además de contemplar los residuos voluminosos o de manejo especial.

Se calcula que casi un 48 % de los residuos que se generan se producen en los domicilios, por un 26 % en los comercios y otro 14 % en los servicios.

Muchos de los inorgánicos que tiramos a la basura son materias primas que se pueden reciclar. El papel, el cartón, el vidrio, algunos plásticos, metales, ropa y textiles pueden ser materias primas para nuevos productos.

Otros malos hábitos navideños tienen que ver con la energía y la contaminación, especialmente el uso indiscriminado de pilas no recargables en juguetes para niños.

A la hora de comprar un regalo para un niño hay que fijarse que el juguete pueda usar pilas recargables, ya que las pilas contienen una cantidad ingente de productos químicos muy contaminantes.

Las luces de Navidad dispuestas cuidadosamente por las casas y que se quedan encendidas durante todo el día- incluida la noche- implican también un gasto energético innecesario.

Tener aparatos funcionando todo el tiempo y no apagar las luces es un costo fortísimo de energía en términos económicos y ambientales.

La temporada navideña conlleva un aumento del recibo de la luz de alrededor del 40 % aproximadamente.

A todo esto debe añadírsele un mayor uso del vehículo particular dados los desplazamientos que realizan las familias para estar con sus seres queridos, emitiéndose más cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, contribuyendo al efecto invernadero.

Una opción sería decorar el árbol con materiales reciclados, no utilizar vasos ni platos de plástico en las celebraciones y reutilizar el papel con el que se envuelven los regalos.

Cada año, las fiestas navideñas dejan imágenes enternecedoras como la leña calcinándose en la chimenea o la cálida luz del árbol acariciando la estampa familiar.

Pero también se dibujan otras imágenes, como los vertederos abarrotados de residuos en un planeta cada vez más asfixiado y que, un año más, parece que tampoco tendrá regalos.