Verdemar-Ecologistas en Acción alega y se opone a la Planta Solar Fotovoltaica denominada “FV Sancho” de 200 MWp, y de la siguiente Infraestructura de Evacuación: Subestación Eléctrica Transformadora 30/220 kV, denominada “SET Sancho”, : Línea Eléctrica Mixta (aérea y subterránea) L/220 kV, denominada “LEM SET Sancho – SET Guadarranque” Términos Municipales de San Roque (Cádiz) y Castellar de la Frontera (Cádiz). PFot-479

Este territorio va perder su marcada personalidad y funcionalidad de colchón forestal entre el Parque Natural de Los Alcornocales (Pinar del Rey, El Chapatal, La Alcaidesa…) y San Roque- Castellar.

Se contradicen los objetivos del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA) y los objetivos ambientales de la Estrategia Andaluza de Sostenibilidad Urbana (EASU). A los problemas ambientales, se les une la destrucción de puestos de trabajo directos del “sector primario”. Las líneas aéreas de Alta Tensión invaden zonas de regadío de pequeños agricultores, que generan más de 50 puestos de trabajo fijos continuos ,  200 eventuales por temporada y otros tantos indirectos (trasportes, comercios, …)

Por tanto, debe excluirse este proyecto que supone una expansión solar indiscriminada y de consumo innecesario de recursos naturales y de suelo, que no va a generar los objetivos que se persiguen   con la energía alternativa y ataca el objetivo de proteger la imagen de la ciudad en el territorio en que se inserta.

Tiene una incompatibilidad clasificación industrial tras los incendios forestales acaecidos a lo largo de años en parte de su superficie, por imperativo del artículo 50 de la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, que prohíbe durante un plazo de 30 años el cambio de uso forestal de los terrenos forestales incendiados.

Además, en este sector forestal, albergan una gran riqueza botánica encontrando varias localidades de taxones de  especies silvestres protegidas y amenazadas que se verían en peligro caso de procederse al desarrollo de los suelos.

Está en el área de influencia económica del PARQUE NATURAL DE LOS ALCORNOCALES.

También causará una trasformación no retornable del paisaje.  La ejecución de dicho proyecto va a transformar el valle, de uso agro-ganadero.

Estas instalaciones van a suponer un importante beneficio económico sólo para los propietarios de la tierra, pero acentuará el abandono del medio rural.

Los puestos de trabajo serán mínimos, en detrimento  de las costumbres, aprovechamientos tradicionales como el ganadero y agrícola, que son los que permiten dar continuidad al paisaje, al cuidado de la biodiversidad por el mero hecho de la presencia humana en los predios, traduciéndose esto en disponibilidad de agua y alimento para la fauna, así como la indudable reducción del riesgo de incendios forestales.

Estos espacios agro ganaderos, con bosques islas de acebuchales, alimentan cabezas de ganado que se verán desplazadas hacia Los Alcornocales, provocando un aumento de la capacidad de carga ganadera, esto favorecerá la “seca” del alcornocal. Todo esto contribuirá a la pérdida de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) de los autóctonos de la zona.

Seguimos insistiendo que resulta innegable la contribución de la energía solar fotovoltaica a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la consolidación de un tejido productivo descarbonizado. Los impactos medioambientales de la fotovoltaica derivan fundamentalmente del uso de materiales en su fabricación, de los potenciales residuos que se generan al final de su vida útil, de la ocupación de territorio y su afección a la biodiversidad y del uso de agua en la limpieza de los paneles. Esta repercusión negativa de las plantas fotovoltaicas no puede ser ignorada: fragmentación del territorio, ocupación de suelos, afección a aves esteparias, impactos paisajísticos, consumo de agua, usos agroganaderos en conflicto…

La proliferación de proyectos fotovoltaicos, ocupando tierras agrícolas y espacios con aves esteparias, está llevándose a cabo sin ordenación alguna en nuestra comunidad. Ecologistas en Acción apoya resueltamente la alternativa fotovoltaica, imprescindible para la descarbonización de la economía, pero no de esta manera.

Además de la intención meramente especulativa de buena parte de estos proyectos, se está relegando la opción más sostenible social y ecológicamente: el autoconsumo fotovoltaico, la generación distribuida y los proyectos municipales y sociales de producción eléctrica. Las plantas fotovoltaicas están llamadas a tener un lugar en esta necesaria transición ecológica, pero supeditadas al interés general y a la preservación de los recursos naturales, entre ellos los de fauna, flora y paisaje. La casi ausencia de participación social en este desarrollo es un déficit que arrastra el recurso fotovoltaico. Es necesario limitar y ordenar la procedencia de estas iniciativas emprendedoras, propiciando la titularidad comunitaria por encima del lucro privado, y la participación de las economías locales en la propiedad de estas instalaciones, no solamente en la recepción de los resultados.

Ecologistas en Acción reclama de la Junta de Andalucía (proyectos de <50 MW) una planificación, ordenación y regulación estricta y con carácter vinculante de la energía fotovoltaica.