• Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones a la nueva ordenanza de movilidad sostenible que pretende aprobar el Gobierno de Martínez-Almeida.
  • Lejos de avanzar hacia la movilidad sostenible, se aumentará el tráfico de automóviles y motos en Madrid Central, se plantean más  restricciones para las bicicletas y se suprimen medidas tan demandadas como las Zonas de Aparcamiento Vecinal.

La reforma de la Ordenanza de Movilidad Sostenible que ha puesto en marcha el gobierno municipal de Madrid supone un notable retroceso respecto de la ordenanza vigente, aprobada en 2018. Estos son algunos de los aspectos que Ecologistas en Acción considera más preocupantes:

1.- Madrid Central.

El gobierno de Almeida plantea cambiar el nombre de Madrid Central por el de “Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección Distrito Centro”. La denominación Madrid Central es ampliamente conocida y se asocia con una actuación bien valorada por la ciudadanía madrileña, que ha tenido además amplia repercusión nacional e internacional. Cambiar el nombre supone añadir confusión a la situación creada por los vaivenes normativos y por las sucesivas sentencias judiciales. El gasto económico para cambiar la señalización en toda la zona afectada solo se entiende como parte del empeño del actual Gobierno municipal en anular las actuaciones del anterior consistorio.

Lo más grave, sin embargo, es que el anteproyecto presentado implica una clara regresión respecto a las condiciones de funcionamiento de Madrid Central. La propuesta recoge numerosas excepciones adicionales para permitir acceder y circular por esta zona a miles de vehículos que antes no podían hacerlo: los vehículos de todas las empresas y autónomos ubicados en Madrid Central así como todos sus invitados, o la ampliación de horario para las motos.

Los datos disponibles de calidad del aire en la zona (estación Plaza del Carmen) reflejan que Madrid Central hizo posible que por primera vez en su historia el valor medio anual de NO2 registrado en Plaza del Carmen (36 μg/m³ en 2019) fuera inferior al valor límite anual marcado por la legislación europea (40 μg/m³). Los bajos niveles de 2020 tienen más que ver con la situación atípica de reducción de tráfico que supuso la epidemia de COVID-19.

Con estos datos, resulta claro que un pequeño empeoramiento respecto del nivel de contaminación por NO2 alcanzado en 2019, conllevaría un riesgo evidente de volver a situaciones de vulneración del límite legal. Esto, además de suponer un grave perjuicio para la salud pública, nos acercará más a una sentencia condenatoria por parte del Tribunal de Justicia de la UE y la multa millonaria correspondiente.

En definitiva, tocaba hacer lo contrario de lo que se plantea en la nueva ordenanza: reforzar y extender la Zona de Bajas Emisiones Madrid Central al tiempo que se implementan acciones adicionales que abarquen otros ámbitos de la ciudad, desarrollando las medidas contempladas en el vigente Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático para que Madrid alcance cuanto antes niveles de calidad del aire saludables.

2.- Plaza Elíptica.

Se plantea la creación de la “Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección de Plaza Elíptica”. Consiste en delimitar una reducida zona en el entorno inmediato de Plaza Elíptica, donde se restringirá la circulación exclusivamente de vehículos sin etiqueta de la DGT, estableciendo para ello un amplio abanico de excepciones y un calendario escalonado para su implementación que se prolonga hasta el año 2025.

Consideramos que el impacto previsible de las medidas planteadas será irrelevante y muy alejado de lo que se requiere.

Los valores anuales de NO2 que se registran habitualmente en Plaza Elíptica son sistemáticamente muy superiores al Valor Límite Anual (40 μg/m³). Incluso en 2020, año de las restricciones por COVID-19, Plaza Elíptica rebasó este límite, siendo la única de las más de 800 estaciones de medición de la contaminación del Estado español que lo superó.

Para conseguir la drástica reducción de la contaminación atmosférica en la zona hay que hacer frente a la causa principal del problema: las emisiones de los más de 140.000 vehículos que diariamente entran o salen de Madrid por la A-42.

En realidad, se debe encarar el problema del tráfico metropolitano en su conjunto, puesto que en Madrid hay otras zonas que sufren el mismo problema: todas las próximas a las grandes autovías metropolitanas de acceso a Madrid. Si los niveles de contaminación por NO2 en Plaza Elíptica motivan una actuación en su entorno, también deberían en todas las zonas de la ciudad con similares características, aunque no tengan estación que registre la contaminación. Limitar las actuaciones de mejora de la calidad del aire únicamente al entorno inmediato de ciertas estaciones de medición no es resolver el problema de la calidad del aire en la ciudad, es tratar de esconderlo.

3.- Limitaciones al uso de la bicicleta.

Madrid acumula un tremendo retraso en la promoción de este medio de transporte sostenible y saludable en relación a las grandes ciudades de nuestro entorno europeo. Con la ordenanza que se propone, esta situación empeorará: restricciones al aparcamiento salvo en las escasísimas zonas habilitadas; prohibición de circulación por túneles, sin aclarar si también incluye los pasos subterráneos, etc. Y todo ello en una ciudad sin apenas infraestructuras, como los carriles bici en las grandes avenidas, que permitan un mayor uso de la bicicleta en mejores condiciones de seguridad.

4. Se suprimen las Zonas de Aparcamiento Vecinal

Existe una clara necesidad de regular el aparcamiento de vehículos a motor más allá de la zona de aplicación del SER. Las Zonas de Aparcamiento Vecinal han sido una herramienta muy válida para afrontar esta problemática, sobre todo en los barrios limítrofes a los que tienen implantado el SER, pero la nueva ordenanza plantea su completa eliminación.

Para Ecologistas en Acción estamos ante una normativa regresiva, que empeorará la calidad de vida de las personas que viven en la capital y de sus visitantes. Por eso, además de presentar alegaciones, se opondrá a las medidas más retrógradas con todos los medios legales disponibles, incluida la convocatoria de movilizaciones junto con Respira Madrid, la antigua Plataforma en Defensa de Madrid Central, para evitar que Madrid siga siendo la ciudad del tráfico y se convierta en un ejemplo de espacio urbano grato y saludable.