El incendio forestal que ha asolado más de 300 hectáreas en la Sierra de Yerga no tiene nada que ver con el cambio climático tal y como manifiesta la Presidenta del Gobierno de La Rioja. Está directamente relacionado con la irresponsabilidad de algunos ciudadanos haciendo fuego en una zona recreativa en plena época de Alto Riesgo de incendios forestales. Estas actuaciones y sus nefastas consecuencias, que por suerte están disminuyendo a medida que avanza la concienciación ambiental de la población, no es la primera vez que se producen.

Igual que ha pasado con el concepto de “desarrollo sostenible” ahora se utiliza a todas horas el de “protección de la biodiversidad”, mantra que aparece en todos los discursos de la clase política a modo de envoltorio de las políticas ambientales aunque generalmente se desconoce su contenido y de qué forma se pretende aplicar. En este caso se echa en falta de los responsables del Gobierno de La Rioja que no se ha hecho ninguna referencia al elevado riesgo de erosión de las laderas calcinadas de los montes, una vez desaparecida su cubierta vegetal, y que han quedado expuestas a la aparición de cualquier tormenta veraniega en los próximos meses.

Y una vez afortunadamente extinguido el incendio gracias al esfuerzo y al riesgo de tantas personas de la Comunidad Autónoma de La Rioja,  urge la redacción de un Plan de Intervención en las zonas forestales quemadas, tanto públicas como privadas, que restaure las cubiertas vegetales, principalmente arboladas y de matorral, y que evite los fenómenos erosivos, al mismo tiempo que se favorezca la recuperación de los ecosistemas dañados.