• En el marco de la Semana Europea de la Movilidad, Ecologistes en Acció de València traslada a los responsables políticos y a la ciudadanía sus propuestas en materia de movilidad y transporte urbano.

València pasa por ser una de las mejores ciudades de España en cuanto a movilidad sostenible (segundo puesto en un ranking de las principales 12 ciudades españolas, según el Análisis Neopolitan 2019 Greenpeace). En este sentido destaca en el contexto nacional al haber apostado por una movilidad activa y sostenible que fomenta los desplazamientos a pie y el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano, así como por la construcción de una cantidad importante de kms de carril bici, tanto en su término municipal como en otras ciudades del área metropolitana vinculadas por una red continua. En 2019 se habían construido 156 km de vías ciclistas en calzada y 45 km de vías compartidas bici/coche, según el mencionado Análisis Neopolitan. Siendo esta política claramente positiva y conveniente, no es la panacea que vaya a solucionar todos los problemas de movilidad y transporte que padece la metrópolis. Construir carriles bici es rápido, fácil y barato, pero no responde a las necesidades y particularidades de todos los tipos de población que conviven y se desplazan en el espacio urbano y metropolitano. Las políticas de movilidad no deben centrarse solo en aumentar la oferta de infraestructuras para los modos sostenibles, sino al mismo tiempo contemplar medidas de disuasión para los modos no sostenibles, y han de estar especialmente enfocadas a la reducción del uso del automóvil.

  1. Redistribuir el espacio público urbano. Más del 80 % del mismo está dedicado a carreteras que son usadas principalmente por personas que viajan en automóvil privado con un solo ocupante.  Es urgente cambiar la visión y empezar a pensar en los peatones como los verdaderos usuarios de las vías urbanas, y por ende proporcionarles un espacio urbano de calidad dejando el espacio residual para los coches, tanto los que están en circulación como los aparcados, lo que implica la reducción de la oferta de aparcamientos para desincentivar la utilización del coche y la privatización de espacio público por parte de éste.
  2. Coordinar de manera efectiva los planes de movilidad de Valencia y de los municipios de su área metropolitana, en la que tienen lugar casi 5 millones de desplazamientos diarios, de los que más del 41% se realizan en vehículos motorizados privados, según el Pla Bàsic de Mobilitat de l’Àrea Metropolitana de València elaborado por la Generalitat Valenciana. Por ello, es imprescindible coordinar las políticas y los planes de movilidad y transporte de todos los municipios conurbados que conforman el área metropolitana, de manera que se trabaje con una perspectiva territorial de ámbito comarcal que sume recursos y voluntades municipales. Ante la urgencia de la necesidad colectiva, es perentorio admitir que ya pasó el tiempo de los Reinos de Taifas, de la miopía política o del predominio irrestricto de los intereses empresariales o privados. Y, sobre todo, ha llegado el momento de impulsar decididamente las planificaciones realizadas hace años en esta materia.
  3. Aparcamientos disuasorios a las entradas de la capital como infraestructura coadyuvante a la reducción de las múltiples repercusiones negativas que significan esos flujos masivos de entrada y salida de Valencia en cuanto a contaminación, siniestralidad, saturación del espacio urbano, etc. Potenciar la intermodalidad.
  4. El 35 % de los habitantes de València vive en zonas urbanas altamente contaminadas, y un 43,7 % de los puntos móviles de medición en València superan el valor límite de contaminantes atmosféricos establecido por la Organización Mundial de la Salud, según recoge una investigación de la Universitat Politècnica de València (UPV) de junio de 2021. El objetivo es reducir drásticamente la contaminación y la baja calidad del aire de Valencia potenciando los modos de movilidad sostenibles, los únicos realmente universales y preventivos de futuras situaciones de riesgo para nuestra salud. La saturación de vehículos motorizados privados (coches, vehículos todoterreno, motos, furgonetas) de uso personal para realizar desplazamientos pendulares casa-trabajo, además de ser tóxica provoca también desigualdades de Género en cuestión de salud. Son los hombres quienes más utilizan esta pauta de movilidad, pero son las mujeres quienes más sufren sus consecuencias insalubres. La Dra. Carme Valls-Llobet hace décadas que documenta cuáles son los impactos diferenciales de las emisiones en la salud de las mujeres, y cómo debido a la fisiología y roles sociales de la mujer, los contaminantes ambientales incrementan las posibilidades de padecer cáncer, alteraciones hormonales y dificultades reproductivas.
  5. Reducir la contaminación acústica registrada en todas las calles principales de la ciudad, según el mapa sonoro elaborado al efecto. Una ciudad ruidosa es una ciudad incómoda, insana y hostil para la vida cotidiana, y si bien es cierto que el vehículo eléctrico contribuirá a disminuir el ruido que se traduce en alteraciones del sueño, afecciones nerviosas y circulatorias, las limitaciones deben incluir también las motocicletas, la utilización de pavimentos adecuados, etc.
  6. La normativa europea mandata la creación de Zonas de Bajas Emisiones en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes antes de finalizar 2023. Este este sentido, Ecologistes en Acció de València explicitó su propuesta en 2020 mediante los presupuestos participativos del Ayuntamiento de València, la cual fue rechazada y sustituida por la definición de zonas de aparcamiento preferente en el centro urbano. Esta alternativa no soluciona la necesidad de reducir el tráfico motorizado en los barrios del centro, por lo que aquí reiteramos la urgencia de crearlas respetando la legislación vigente.
  7. Ampliar la red de transporte público en barrios donde reside una alta proporción de población envejecida que no puede desplazarse en bici ni caminar largas distancias para resolver sus compras y gestiones diarias. Es una necesidad que no puede seguir siendo postergada, cuya inversión significará una mejora trascendental para la vida cotidiana de una parte importante de la ciudadanía.
  8. Vigilar el cumplimiento de la regulación del uso de patinetes urbanos para garantizar su efectiva convivencia con otros medios de transporte sostenibles y la seguridad del viandante, evitando la sobresaturación de los carriles bici por el uso compartido entre ciudadanos, turistas y repartidores comerciales que se desplazan en patinete.
  9. Vivimos en ciudades donde se ha privilegiado la movilidad motorizada privada y mayormente masculina, en detrimento del modelo de movilidad sostenible que utilizan preferentemente las mujeres (a pie, en transporte público y con un uso creciente de la bicicleta, con desplazamientos combinados de varios medios de transporte y en rutas encadenadas multi motivos, entrelazando actividades cotidianas en distancias más cercanas que incluyen el trabajo remunerado y los trabajos gratuitos de cuidados de personas).
    La mayor parte de las mujeres no han cambiado sus patrones de movilidad a consecuencia de la pandemia COVID-19, porque el trabajo esencial y de cuidados no ha podido detenerse a pesar de esas difíciles circunstancias. Pero los sistemas de movilidad tampoco han revisado sus patrones de decisión androcéntricos, se han continuado haciendo políticas ciegas al Género, y los gobiernos mantienen planes de inversión que potencian el coche eléctrico en vez de crear alternativas realmente sostenibles.
    A pesar de que las mujeres son el 51 % de la población, continúan siendo discriminadas e invisibilizadas en el ámbito de la movilidad, por lo que Ecologistes en Acció de València exige incluir la justicia de Género en la planificación y gestión de la movilidad y los medios de transporte, lo que implica la participación directa de más mujeres en las tomas de decisiones referidas a medios de transporte, itinerarios, horarios y frecuencias, paradas diurnas y nocturnas a demanda, seguridad, eficacia del servicio, modalidades tarifarias, etc.
  10. Evitar las afectaciones de la controvertida ampliación del puerto de València, con el tránsito de camiones con mercancías pesadas y peligrosas que multiplicarán la contaminación, la peligrosidad, la saturación de vehículos y en definitiva la insostenibilidad de la ciudad. València corre el riesgo de derivar de la actual ciudad para la vida de habitantes y turistas que hoy es hacia un inhabitable nodo de transporte transnacional, si no transcontinental, de dimensiones inmanejables.

En definitiva, necesitamos y esperamos de nuestros dirigentes políticos:

  • Menos movilidad, más lenta, más inclusiva, más justa, más sostenible. La escasez de combustibles fósiles, minerales y materiales indispensables para la industria del transporte no dejan otra opción. Esperamos liderazgos que lo asuman oportunamente y reaccionen en consonancia.
  • Miradas, planificaciones e inversiones estratégicas, a medio-largo plazo, dado que esta perspectiva será la que determine el futuro de la ciudad, de sus habitantes y de sus dirigentes políticos.
  • Abrir la planificación y la gestión de la movilidad y del transporte a una real participación de la ciudadanía. La Unión Europea (UE) ha establecido un marco regulatorio para controlar y mejorar los niveles de calidad del aire en las ciudades (Directiva 2008/50/CE) mediante estaciones fijas, de las que València solo cuenta con siete. El instrumento de la denominada ciencia ciudadana, con aportaciones como la selección de puntos idóneos para instalar medidores de la contaminación del aire y sonora, es una herramienta muy pertinente y aterrizada en la realidad diaria que no puede seguir ignorándose.

Pacificar el tráfico en valència para vivir una mejor ciudad.