• En medio de un ambiente de alarma climática la Presidencia británica ha transmitido dos mensajes claros: mantener viva la meta del 1,5 ºC y conseguir la neutralidad de carbono para 2050.
  • Ecologistas en Acción considera que el discurso del 1,5 ºC choca de manera frontal con los bajos compromisos de reducción de las emisiones aportados por los diferentes países. Al mismo tiempo, considera que la neutralidad de carbono para 2050 es una meta peligrosa pues permite a los Estados actuar demasiado tarde.
  • En el plenario inaugural de la COP26 se han puesto de manifiesto los muchos puntos pendientes del Acuerdo de París y la demanda de los países por acordar financiación para la adaptación y las pérdidas y los daños.

Ayer dió comienzo la 26ª Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático en la ciudad de Glasgow, una cita precedida por la reunión del G20 celebrada en Italia este fin de semana, donde los Estados han lanzado numerosas promesas para enfrentar la emergencia climática. Sin embargo, Ecologistas en Acción duda de que este discurso pueda convertirse en acción real ya que los compromisos con los que los países acuden a la Cumbre del Clima siguen siendo profundamente insuficientes.

En el contexto de alarma climática actual parece que el objetivo principal de esta COP26 será mantener viva la meta de no superar el crecimiento de la temperatura global por encima de 1,5 ºC para finales de siglo. Un objetivo que choca con los planes de reducción de emisiones presentados hasta ahora por los diferentes países que imposibilitan mantener la temperatura bajo la línea de 1,5 ºC o incluso de 2 ºC.

Además, la Presidencia británica ha cogido el relevo de la Presidencia chilena en la COP25 y ha declarado su intención de  perseguir el gran objetivo de lograr el compromiso de todas las Partes para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

Según Ecologistas en Acción, centrar el esfuerzo en esta meta de la neutralidad de carbono en 2050 supone «una cortina de humo que oculta que los países fallan en las reducciones de sus emisiones a 2030 y que por tanto, se está incumpliendo el Acuerdo de París». Si el objetivo se establece en 2050 serán muchos los Estados que actúen más tarde de 2030, una fecha que es clave para evitar las consecuencias más desastrosas del cambio climático, ya que es cuando el IPCC determina que las emisiones se deben reducir a la mitad con respecto a 2010.

Javier Andaluz, responsable de Energía y Clima en Ecologistas en Acción considera que  «el concepto de neutralidad, tal y como se establece en estos marcos de negociación, responde más a las demandas de un mundo fósil incapaz de lograr la descarbonización que va a seguir produciendo y consumiendo energía fósil a la espera de la aparición de  soluciones milagrosas. Se aferran a falsas soluciones como la captura y el almacenamiento de carbono, o la mejora de sumideros que requieren enormes superficies y podrían incluir dobles contabilidades».

El plenario de apertura de la COP26 ha mostrado con claridad que existen numerosos temas pendientes del Acuerdo de París, que son muchos los países que tienen demandas de financiación así como de incluir muchos temas en la agenda. Este largo listado de tareas pendientes, según Ecologistas en Acción, resulta peligroso para lograr acuerdos y complejiza las negociaciones.

Una complejidad a la que se añade, además, la postura de algunos países como Brasil que amenaza con dinamitar las negociaciones si no se escuchan sus demandas de sacar adelante el artículo 6. Con este artículo Brasil demanda la creación de herramientas de mercado para poder seguir desarrollando su política económica y de desarrollo aunque continúe con la deforestación del Amazonas.

Financiación para las pérdidas y daños

En el plenario de apertura de la COP26 han sido muchos los Estados que han destacado la necesidad de garantizar financiación no solo para la adaptación al cambio climático, sino también para las pérdidas y los daños. El objetivo de esta financiación es dotar de apoyo económico a los países y regiones en situación de mayor vulnerabilidad que ya están sufriendo las consecuencias del cambio climático.

Esta es una discusión que lleva años siendo pospuesta y ahora podría suponer un bloqueo de las negociaciones por parte de los países del Sur global. Dichos países pueden utilizar su demanda de la financiación como moneda de cambio en los avances de las discusiones de otros puntos como el artículo 4 o artículo 6.

Para la Climate Action Network, de la que forma parte Ecologistas en Acción, la COP26 tiene la obligación de acordar la financiación de las pérdidas y daños. Para ello, proponen la adopción de las siguientes acciones:

  1. Aprobar una financiación suficiente basada en las necesidades de los países, además de los 100.000 millones de dólares anuales comprometidos para la mitigación y adaptación. Una financiación basada en la equidad, la responsabilidad histórica y la solidaridad global, aplicando el principio de ‘quien contamina paga’. La financiación por pérdidas y daños también debería ser incluida en el objetivo de financiación climática posterior a 2025.
  2. Establecer un proceso para determinar las cuantías necesarias para afrontar las pérdidas y los daños. El resultado debe presentarse en la COP27 con el fin de comenzar a entregar la financiación de pérdidas y daños.
  3. Apoyar a los países en desarrollo en los sistemas nacionales para la distribución de la financiación por pérdidas y daños. Esto es necesario para garantizar la responsabilidad del país y la adecuación a los criterios de de género y de las  necesidades propias de cada país sobre el uso de la de la financiación, de modo que llegue a las poblaciones más vulnerables y necesitadas. La plena operatividad de la Red de Santiago para Pérdidas y Daños podría facilitar este proceso.