• En las cenas y comidas de estas fiestas, Ecologistas en Acción ofrece varias claves para poner sobre la mesa alimentos que alegran el paladar al tiempo que se contribuye a dar respuesta a la emergencia climática.
  • La agricultura y la ganadería consumen casi el 80 % del agua de los ecosistemas, la ganadería aporta el 81 % del nitrógeno agrícola que contamina los sistemas acuáticos, y la sobrepesca pone en peligro la capacidad de los ecosistemas marinos.
  • Comercio local, productos agroecológicos y alimentos de temporada son tres ingredientes que no pueden faltar en las mesas navideñas.

Comer rico no está reñido con comer respetando los límites del planeta y apoyando una economía justa y respetuosa con nuestra salud y el medioambiente. La alimentación es un ámbito determinante a la hora de luchar contra la crisis ecológica y social actual. Por ello, Ecologistas en Acción quiere poner su granito de arena para que estas fiestas las comidas y cenas sean deliciosas, felices y sostenibles.

El modelo alimentario es causante a nivel mundial de un 60 % de la pérdida de biodiversidad y de que el 90 % de las razas autóctonas y gran parte de los cultivos locales estén en riesgo de desaparición. También contribuye al calentamiento global con sectores, por ejemplo, como la ganadería, que es responsable de cerca del 14 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.

Además, se consume el doble de productos pesqueros de los que se producen, así que más de la mitad de lo que consumimos se captura o se importa de caladeros lejanos del Atlántico o del Índico. Esto contribuye con la sobrepesca en aguas de terceros países, muchos de ellos con economías de subsistencia, además de propiciar la huella de carbono. Y por si fuera poco, la pesca de arrastre dinamita la función del océano como sumidero de carbono al arrastrar los fondos. La ciencia ya habla de que la pesca de arrastre puede contribuir al cambio climático al mismo nivel de la industria de la aviación.

Asimismo, la mayoría de los productos adquiridos en cadenas largas de distribución viajan de media 5.000 kilómetros, con las emisiones que esto supone y beneficiando sobre todo a la gran distribución y perjudicando a las producciones locales.

Para dar la vuelta a esta situación, hoy en día existen prácticas reales de producción, distribución y consumo que no solo no son perjudiciales para el entorno y la economía, sino que son beneficiosas para los ciclos naturales y las necesidades de las personas. Estos ingredientes son los que Ecologistas en Acción recomienda para comidas y cenas durante estas fiestas (y durante el resto del año):

  1. Comercio de cercanía. Con ello se evitan emisiones derivadas de largas cadenas de transporte y además se potencia el tejido productivo local. La ganadería local extensiva, el pescado fresco de pequeñas embarcaciones o los proyectos productivos de fruta y verdura de proximidad ofrecen productos exquisitos. Los hay en los mercados o en las tiendas de la mayoría de barrios o pueblos.
  2. Verduras y frutas de temporada y cultivadas lo más cerca posible con criterios agroecológicos. Al optar por fuentes locales para satisfacer las necesidades alimenticias, estos alimentos tienen mayor potencial para mantener su punto óptimo de nutrientes, dado que la recolección no se adelanta sino que se cosechan en su momento óptimo de maduración, reduciendo sustancialmente las necesidades de refrigeración para su maduración y conservación.
  3. Reducir el consumo de carne. Avanzar hacia la sostenibilidad del sistema alimentario requiere, además de reducir radicalmente los consumos de proteína animal, apostar por los cultivos de legumbres autóctonas (exquisitas en sabor y con muchas posibilidades culinarias) para alimentación humana y transitar a sistemas ganaderos extensivos y ecológicos, adaptados a los recursos y particularidades de cada territorio.
  4. Ganadería extensiva. Si la opción es contar en nuestras cenas con productos de origen animal, Ecologistas en Acción recuerda el carácter de sumidero de CO2 que tienen los pastos y montes en los que pastan los animales. Si la ganadería extensiva es también agroecológica tiene beneficios añadidos: está vinculada con los mercados locales, no se alimenta al ganado con soja transgénica responsable de deforestación y se utilizan de manera responsable los antibióticos, nunca de manera preventiva.
    Este modelo, que supone que los animales salen a pastorear todos los días al campo, con los beneficios añadidos al mantenimiento de la biodiversidad y prevención de incendios, tiene enormes ventajas frente a la ganadería industrial, tal y como se detalla en la campaña Stop Ganadería Industrial.
  5. Pescado. Si se decide comprar pescado, que sea fresco, de cercanía y obtenido de forma sostenible (es decir, por métodos de pesca tradicionales y evitando la pesca de arrastre). Además, es importante decantarse por especies menos conocidas que están menos explotadas pero que son igualmente sabrosas. Reducir el consumo de pescado, sobre todo en estas fechas, es importante para la sostenibilidad del medio.
    Toda esta información se puede obtener mirando la etiqueta y preguntando en la pescadería por la especie, la procedencia y el método por el que ha sido pescado. El acceso a esta información es, además, un derecho de las personas consumidoras.
  6. Adiós al langostino. Estas fechas son una oportunidad para sacar de los platos los langostinos tropicales. España es el principal importador de langostino Panaeus junto con Francia. La cría de estos crustáceos genera enormes impactos ambientales como la destrucción de manglares y estuarios, o la contaminación en los principales países productores como Ecuador. Además, la industria camaronera genera pobreza en las poblaciones locales y a menudo es responsable de la vulneración de derechos humanos.
  7. Comida sin plásticos. Sería ideal comprar los productos frescos a granel, transportándolos en bolsas u otros envases reutilizables y biodegradables, o, al menos sin envases plásticos.

Cecilia del Castillo Moro, responsable de Pesca de Ecologistas en Acción: «Estas fiestas consumamos productos que no degraden nuestros ecosistemas y que beneficien las comunidades pesqueras locales y a la pequeña producción agroecología. Es una forma de disfrutar por partida doble de comidas y cenas».

Isabel Álvarez Vispo, coordinadora de Agroecología de la organización ecologista: «Además de mirar el origen de los productos, miremos quién se encarga de las tareas de ese día y cómo se reparten. De igual forma, sabemos que no todo el mundo tiene recursos para acceder a la cena de Navidad. Si quieres apoyar a los colectivos más desfavorecidos busca a los colectivos de apoyo en los barrios».