• Ecologistas en Acción ha presentado un amplio documento de alegaciones al borrador del Plan Hidrológico  del Duero para el periodo 2021-2027.
  • El plan presentado por la Confederación realiza un diagnóstico riguroso de los problemas de la cuenca, pero propone medidas muy poco ambiciosas para contener la demanda de agua.
  • El plan pretende garantizar las demandas agrarias, incluso aumentarlas, sin abordar que el cambio climático va a suponer una merma del agua disponible.
  • La modernización de regadíos que se propone no va a solucionar el problema, sino a agravarlo, ya que el efecto último de las mejoras locales en la eficacia del uso del agua a lo que lleva es a un mayor consumo hídrico global, como ponen de manifiesto numerosos estudios.

El borrador de Plan Hidrológico para el Duero adolece de una falta de adecuación a la emergencia climática, que está provocando ya una reducción del agua disponible. La propia Confederación Hidrográfica del Duero asume las previsiones del CEDEX, que indican una merma del 11 % del agua disponible en los próximos años, debido al cambio climático.

A pesar de esa evidencia, en el Plan se consolidan, y se pretende incluso aumentar, las concesiones para usos agropecuarios. El regadío y las agroindustrias ganaderas son el origen de las principales presiones cuantitativas y cualitativas de las masas, por volumen de captaciones superficiales y subterráneas, por la contaminación por nutrientes y agrotóxicos y por los impactos hidromorfológicos debidos a los embalses necesarios para la captación y transporte de agua. Lo que redunda en un deterioro de la biodiversidad y de los ecosistemas de los que se sustentan.

El debate sobre el futuro del regadío debe ubicarse sobre la base de un diálogo profundo con el sector agrario y ganadero basado en un nuevo modelo de producción de alimentos, asentado en el principio de la soberanía alimentaria, que garantice un nivel de vida adecuado a los agricultores y ganaderos pequeños y medianos, en función de los múltiples servicios que prestan a la sociedad y a la conservación del medio natural. Un modelo que incentive la existencia del mayor número posible de agricultores y agricultoras en el territorio practicando una agricultura y ganadería responsable.

El plan propuesto no da tampoco solución al complejo problema de la contaminación de las aguas subterráneas. Existe una fuerte presión de contaminación por nitratos en amplias comarcas agrícolas de Castilla y León que la propia Confederación minimiza al tener una red de control con escasos puntos de muestreo, y que luego la Junta de CyL reduce en su declaración de Zonas Vulnerables. Es de absoluta prioridad considerar el gran valor estratégico que poseen los recursos hídricos subterráneos, tanto desde el punto de vista socioeconómico, como ambiental. Debemos preservarlos como recurso clave en los cada vez más frecuentes periodos de sequía a los que nos enfrentamos.

En tal sentido, Ecologistas en Acción de Castilla y León ha alegado a la Macrovaquería de Noviercas (Soria) por ser un caso concreto de trascendencia nacional que ejemplariza como una empresa se quiere adueñar del acuífero del Araviana, que es compartido con la Cuenca Hidrográfica del Ebro, para su beneficio propio utilizando presiones y discursos políticos inaceptables.

Ecologistas en Acción señala también la ausencia de evaluación de la eficacia de las medidas aplicadas hasta la fecha, así como una explicación de por qué el número de masas en mal estado no ha mejorado.  Asimismo, no se aplica adecuadamente la recuperación de costes, en cuanto a que “quien contamina, no paga”. En cuanto a la implantación de un régimen de caudales ecológicos adecuado, queda mucha tarea por hacer en este sentido. Debería revisarse la propuesta de caudales máximos, mínimos, tasas de cambio y caudales generadores en la mayor parte de las masas de agua.

Pese a haber eliminado algunos proyectos de embalses, la Confederación se pliega a la agroindustria con nefastos planteamientos de presas, como las del Orbigo, injustificables normativamente, sin viabilidad económica y muy contestados socialmente desde los territorios a anegar. Los recursos disponibles deben dedicarse a fortalecer la acción de guardería y vigilancia de la Confederación, así como a formación, educación y sensibilización ciudadana, e investigación para conseguir una reducción de la demanda de agua que permita garantizar el uso sostenible de los recursos hídricos, y no a infraestructuras inviables que perpetúan una gestión insostenible de un bien vital, el agua.