• Sanlúcar es una población con 18 núcleos urbanos, muchos de ellos desconectados y que urge conectarlos por paseos peatonales y/o en bicicleta.

Cada vez somos más las personas que decidimos caminar para desplazarnos por la ciudad. Además, quienes vivimos en Sanlúcar de Barrameda (*) tenemos la suerte de contar con una ciudad con buena climatología que nos podría permitir caminar sin mayores dificultades.

Por tanto, parece oportuno señalar que los recorridos a pie deberían constituir una de las prioridades del equipo de gobierno en materia de movilidad urbana. Sin embargo, las dificultades que soportamos los peatones son evidentes (excesivo tráfico motorizado, aceras estrechas, mobiliario urbano, terrazas sin permiso, ruido, contaminación…).

El espacio urbano de Sanlúcar se reparte en un 80% para el tráfico rodado y un 20% para las personas, que además lo compartimos con farolas, kioscos, contenedores, “chirimbolos” innecesarios y, cada vez con más frecuencia, con coches y motos aparcados encima de las aceras.

En la década de los años 60, las ciudades europeas comenzaron a aplicar diferentes medidas restrictivas del tráfico privado para paliar los efectos de la masiva utilización de los coches y garantizar la movilidad de los peatones, en definitiva, el derecho de los ciudadanos a caminar con tranquilidad.

El espectacular aumento del parque móvil en las ciudades, que se incrementó en más de un 30% en los 80, obligó a la Unión Europea y a otros ámbitos institucionales a intervenir. Así, El Libro Verde del Medio Ambiente Urbano incide sobre la necesidad de moderar la circulación, reducir el excesivo número de vehículos que circulan y su velocidad. El Club de las Ciudades Libres de Coches aboga por establecer políticas de tráfico que disminuyan su dependencia exagerada respecto del automóvil. La Carta Europea de los Derechos del Peatón (a la que los ecologistas hemos manifestado nuestra adhesión, pero no así el Alcalde de Sanlúcar), la propia Carta de Aalborg o las sucesivas conclusiones de los Congresos Mundiales de Ciudades Saludables señalan al automóvil como uno de los principales obstáculos para la calidad de vida de las ciudades.

En Europa e incluso en algunas ciudades españolas, el mensaje está dando resultados positivos. Afortunadamente, se están reduciendo plazas de aparcamiento en los centros urbanos limitando su acceso a los residentes, se prioriza el paso de los peatones en los cruces, se persigue con contundencia el incumplimiento de las normas de seguridad vial, se construyen aparcamientos subterráneos o en planta para los vecinos, se amplían aceras, peatonalizan áreas para el encuentro y la convivencia y se acondicionan calles como itinerarios verdes peatonales.

Desde el Ecologistas en Acción apostamos porque Sanlúcar diseñe de una vez por todas el espacio urbano pensando en convertirse en una gran ciudad, que para nosotros es aquella que posibilita la actividad social, los encuentros entre las distintas generaciones y grupos sociales, la que practica el ejercicio de la tolerancia y facilita el encuentro de las personas.

Desde el gobierno municipal el PSOE es urgente que se adopten, al igual que en otras ciudades europeas, las medidas orientadas a garantizar el paseo tranquilo de los vecinos. Medidas que pasan por: planificar de una manera más humana la ciudad, reducir la alta siniestralidad, encaminar todas las actuaciones urbanísticas a recuperar decididamente espacio para las personas, itinerarios y calles peatonales, plazas y lugares de encuentro donde podamos relacionarnos, mirarnos, jugar con los niños, observar como nos comportamos y ver que existen personas diferentes a nosotros.

La práctica de sentarse, de disfrutar los espacios públicos y de pasear descubriendo aspectos de nuestra ciudad, es propia de una sociedad viva y saludable. Una sociedad donde se mima especialmente a los niños, mujeres, ancianos y personas con difícil movilidad. Una sociedad por la que trabajamos los y las ecologistas cada día.

(*) Sanlúcar de Barrameda es una población de algo más de 69.500 habitantes (según datos refrendados en enero de 2021 por el Instituto Nacional de Estadísticas), llegando a casi superar en época estival las 120.000 personas.