• Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, Ecologistas en Acción otorga sus premios Atila y Caballo de Atila a las conductas más destacadas del año por su contribución a la destrucción del medio ambiente.
  • Este año han obtenido el galardón la Junta de Andalucía (Premio Atila) por su actuación en relación a los regadíos ilegales de Doñana, y la Junta de Extremadura por su ley que pone en duda la propia existencia de las ZEPA extremeñas para salvar la urbanización ilegal de Valdecañas (Premio Caballo de Atila).
  • La organización ecologista entrega un accésit al Gobierno de Aragón, y en especial a Marta Gastón, que ha sido juez y parte para promover el proyecto de unión de estaciones de Astún y Formigal, lo cual arrasaría el valle pirenaico de Canal Roya.

El 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 para aumentar la conciencia medioambiental y fomentar la acción global en la protección del medio ambiente. Para ello, Ecologistas en Acción premia a los que son como Atila: por donde pasan, no crece ni la hierba. Con estos premios se señala a instituciones y a sus responsables como causantes de agudizar la crisis social y ambiental.

El primer premio, Premio Atila 2023, es para la Junta de Andalucía, por poner todo su empeño en la destrucción de los valores del Espacio Natural Doñana, uno de los espacios más protegidos de Europa. Para ello, no ha dudado en utilizar el poder legislativo y su mayoría absoluta parlamentaria con el fin de blindar una superficie desorbitada del regadío que está causando la sobreexplotación del acuífero de Doñana.

Su afán de consolidar una de las más importantes amenazas al Patrimonio de la Humanidad de Doñana hace a la Junta de Andalucía enfrentarse sin pudor a todos los que osan argumentar el error de sus medidas: el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Gobierno de España, la Comisión Europea, las Naciones Unidas y su organismo UNESCO y, con especial desprecio, a la ciudadanía y las organizaciones sociales, políticas, sindicales y de otras índoles que piden con sus firmas, con manifestaciones y con otras acciones no violentas de protesta.

La Junta de Andalucía se ha atrevido, incluso, a desoír y desafiar al órgano participativo máximo del Espacio Natural Doñana, donde están representadas todas las entidades concernidas por la gestión del espacio protegido: su Consejo de Participación, sobre todo en la persona de su presidente.

El segundo premio, Premio Caballo de Atila, se lo ha llevado la Junta de Extremadura, por la aprobación de una ley –Ley 2/2023, por la que se regulan determinados aspectos de la Red ecológica europea Natura 2000 en la Comunidad Autónoma de Extremadura– que pone patas arriba el sistema europeo de espacios protegidos Red Natura 2000 en la región. El objetivo final de la norma es el de eludir las sentencias que obligan a demoler la urbanización ilegal de Marina de Valdecañas, y para ello llega a poner en duda la vigencia de las zonas ZEPA aprobadas a principios de siglo, y por las que la región extremeña ha recibido cuantiosos fondos europeos. Este despropósito jurídico fue aprobado en solitario por el partido socialista el pasado mes de marzo en el parlamento regional.

Accésit especial

Este año el accésit especial se otorga al Gobierno de Aragón. Lo recoge Marta Gastón, quien ha sido juez y parte para promover el proyecto de unión de estaciones de Astún y Formigal, que arrasaría el valle pirenaico de Canal Roya. Es un premio Atila ubicuo porque, por un lado, Marta Gastón solicitaba como presidenta de Aramón (empresa privada de la nieve) el PIGA para el proyecto y como consejera de economía del Gobierno de Aragón se lo concedía a ella misma. El accésit se ha llamado Premio Atila que no fue porque, gracias a la movilización sin precedentes de la ciudadanía aragonesa, este proyecto ha vuelto al cajón del que no debió salir. Ecologistas en Acción espera que el resonar de los cascos de nuevos caballos de Atila no lo despierten de nuevo.