Los grupos ecologistas ARBA, la Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo denuncian la quema y arado del entorno de la laguna protegida de San Galindo, en Chinchón. A juicio de estas organizaciones, la mayoría de los humedales de la región, y en concreto del sureste madrileño, están abandonados, lo que favorece situaciones tan lamentables como esta. Por ello, exigen medidas de gestión que protejan con eficacia el patrimonio natural de la Comunidad de Madrid

Gran parte del carrizal y el entorno del humedal de San Galindo, junto al río Tajuña, ha sido pasto de las llamas y de los tractores que han arado las tierras de todo el entorno de la lámina de agua, eliminando la vegetación que servía de protección y cobijo a la fauna. Aunque se ha tenido conocimiento ahora, los hechos se produjeron hace a mediados de noviembre y han ocasionado una profunda alteración de un ecosistema protegido.

Lo sucedido supone una agresión inaceptable que vulnera el Decreto 265/2001, del día 29 de noviembre, por el que se aprueba el Plan de Actuación sobre Humedales Catalogados de la Comunidad de Madrid. Los hechos se han puesto en conocimiento de los agentes forestales. La laguna de San Galindo es un espacio protegido de pequeñas dimensiones, tres hectáreas, junto al río Tajuña. Forma parte del catálogo de embalses y zonas húmedas protegidas de la Comunidad de Madrid. También está incluido parcialmente en la Red Natura, en la denominada Zona Especial de Conservación Vegas, Cuestas y Páramos del sureste de Madrid.

El humedal de San Galindo se localiza en el término municipal de Chinchón, y es la menor de las lagunas del tramo bajo del Tajuña (lagunas de San Juan, Casasola, etc.). Son zonas húmedas que se encuentran rodeadas de una vegetación característica en las que el agua presenta escasa profundidad. Además del carrizal o la espadaña, estos humedales albergan una avifauna singular, con más de 77 especies, de las cuales la mitad son aves como el zampullín chico, el porrón común, la polla de agua, el pato cuchara, la garza real, el petirrojo, la lavandera blanca, el aguilucho lagunero o la focha común, entre otras.

Los grupos ecologistas consideramos que los ecosistemas acuáticos del sureste madrileño están cada día más amenazados a pesar de las diversas figuras legales que formalmente les protegen. Humedales como los de Velilla de San Antonio, los de Mejorada del Campo o la laguna tóxica de Arganda del Rey son solo algunos ejemplos de procesos de degradación que se vienen denunciando desde hace años. Según ARBA, la Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo esta situación se produce por la desidia de los responsables de la Consejería de Medio Ambiente, que se concreta en la inexistencia de gestión dirigida al control y conservación de estos espacios.