Esta vez ha sido un gavilán la víctima de la agresividad de las gaviotas patiamarillas, una especie en plena expansión en la ciudad y muy agresiva con las otras especies de aves que hasta ahora poblaban los tejados de Melilla.

Aunque el problema de la expansión de las gaviotas patiamarillas por el casco urbano de Melilla pasa más desapercibido en invierno, sigue estando ahí. La causa principal es el aumento desmedido de su población debido a que se alimenta de los desechos humanos, y eso hay de sobra en nuestra ciudad; además, sus enemigos naturales (zorros, halcones…), aparte de ser hoy en día muy escasos, sólo pueden actuar en el entorno original de estas aves, los acantilados de Melilla.Por tanto, al expandirse por los tejados de la ciudad se libran también de la presión de los pocos depredadores que tienen estas aves.

Hace ya años que solicitamos una y otra veza la consejería de medio ambiente que actúe para controlar la expansión de esta especie de forma incruenta, como ya se ha hecho en muchas ciudades españolas (con el parafinado de huevos, por ejemplo, como se hace en Chafarinas) para evitar los múltiples incidentes que provoca sobre todo en primavera, cuando los pollos están crecidos y los padres se muestran especialmente agresivos para protegerlos.

En su hábitat original, la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) se alimenta sobre todo de los peces que roba a otras gaviotas como la reidora o la Audouin, e incluso de los pollos de éstas. Esta agresividad natural de las patiamarillas hace que su expansión por los tejados de la ciudad provoque la desaparición del resto de especies que habitan estos tejados, ya sea porque huyen o porque son abatidas por ellas.

Pocas son las aves que puedan competir con el tamaño, el número y la agresividad de esta especie. Hace unas semanas los alumnos del IES Juan Fernández fueron testigos de la muerte de un precioso cárabo (Strix aluco), una rapaz nocturna muy escasa en Melilla, a manos de las patiamarillas que se arremolinan sobre ese instituto esperando los desechos que dejan los alumnos en el recreo.

Y hace unos días le tocó a este precioso gavilán (Accipiter nisus), que se dejaba ver por los tejados del mercado central. Los obreros que trabajaban sobre el tejado de este mercado la semana pasada observaron cómo las patiamarillas acabaron con la vida del gavilán con bastante facilidad, ya que esta rapaz de tamaño medio no suponía ninguna amenaza seria para ellas. Fueron estos obreros los que realizaron la foto que ilustra el artículo.

Este año volveremos a pedir que la consejería de medio ambiente se involucre en el control de esta especie y les volveremos a recordar que para estas labores cuenta con nuestra colaboración desinteresada.

También volveremos a recordarles que en su expansión las gaviotas patiamarillas ya ha llegado a los acuartelamientos del barrio del Real, muy próximos al aeropuerto, con lo que el problema amenaza con complicarse aún más si esta especie empieza a interfir en los despegues y aterrizajes de los aviones.