Nueva muerte por colisión de un alimoche en un parque eólico en Tarifa, el cuarto desde 2014. La población se ha reducido en un 85 % en los últimos treinta años. Las evaluaciones de impacto ambiental y las medias correctoras no han sido efectivas por lo que Ecologistas en Acción deben revisarse las autorizaciones de parques eólicos, realizar paradas técnicas en época de reproducción y no permitirse nuevas instalaciones en zonas ZEPA o adyacentes.

Ecologistas en Acción de Andalucía ha tenido conocimiento de la muerte de un ejemplar adulto de Alimoche (Neophron percnopterus) por el impacto contra un aerogenerador de un parque eólico de la zona de Tahivilla (Tarifa). Se trata del macho reproductor de la pareja que se situaba en la zona de Ranchiles, en la Sierra de la Plata. Su localización se ha conseguido porque tenía un emisor GPS, pues el cadáver llevaba una semana sin ser detectado en un parque eólico propiedad de ACCIONA. Es el 4º alimoche caído en los últimos cuatro años en parques eólicos de esta empresa.

Empresa Alimoches muertos por colisiones
ACCIONA 8
ENEL 2
ENERFIN 2
EDP 1
Sin identificar 1

La disminución de las poblaciones de esta ave migratoria en Andalucía, que viene a la península ibérica para reproducirse, es dramática. Venenos, tendidos eléctricos sin adaptar y parques eólicos están provocando una mortandad que puede llevar a corto plazo a la extinción de esta espléndida ave carroñera. Este hecho ya ha sido denunciado por el personal científico y se agrava con la elevada proporción de ejemplares adultos, en una especie de escasa tasa de reproducción. Si en 1987 había 81 parejas reproductoras, en el año 2000 se habían reducido a 50, y en el último censo de 2016 sólo quedaban 23, la mayor parte en Cádiz, que cuenta –o contaba- con 13 parejas reproductoras. En Jaén quedan cinco parejas, dos en Málaga y en Córdoba, y sólo una en Sevilla, considerándose extinto en el resto.

Los parques eólicos mal ubicados y mal gestionados son una de las principales causas. Por colisiones con los aerogeneradores de parques eólicos del Campo de Gibraltar han muerto 14 alimoches, distribuidos por empresa de la siguiente forma:

Esta grave situación demuestra las deficiencias y negligencias de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio (CMAyOT) en la evaluación ambiental de parques eólicos, que han sido aprobados, algunos en el interior de espacios protegidos, sin una evaluación rigurosa de sus efectos sobre las aves. Esta evaluación debía haberse extremado en una zona como el Estrecho de Gibraltar por la que circulan miles de aves en sus migraciones entre Europa y África. También demuestra el fracaso de las medidas correctoras que se habían implantado para la instalación de los aerogeneradores en la zona de Tahivilla (Tarifa), que han resultado ineficaces para la conservación de esta especie.

Resulta inexplicable el silencio de la CMAyOT y su incapacidad para actuar e impedir la extinción de esta bella ave necrófaga. Ecologistas en Acción ha solicitado al consejero de medio ambiente la revisión de las autorizaciones ambientales de aquellos parques eólicos con una importante mortandad de aves, paralizando y, en su caso, desmontando los que están en las zonas de campeo de los alimoches, especialmente los de Zahara de los Atunes-Tahivilla. Además, se han pedido nuevas medidas correctoras y un nuevo programa de vigilancia ambiental que incluya la parada técnica de ciertos parques eólicos en la temporada de cría de la especie en la zona.

Ecologistas en Acción ha mostrado también su rechazo a que la Junta de Andalucía siga autorizando nuevos parques eólicos y la repotenciación de antiguos aerogeneradores en Zonas de Especial Conservación para las Aves (ZEPAS) o en su cercanías. Es el caso del Parque eólico del Cabrito, dentro del Parque Natural de Los Alcornocales, y que Ecologistas en Acción considera que contraviene la legislación medioambiental europea.

Andalucía, región que cuenta con la mayor biodiversidad de la Unión Europea, no puede permitirse la extinción de más especies. Ya en el Campo de Gibraltar desapareció la avutarda; todavía no es tarde para que perdamos los últimos alimoches.