Tras una semana de obras se retiraron los escombros de la mitad del azud que se amontonaron junto a la ribera, junto al material de acarreo para el paso de la maquinaria pesada por el río, permaneciendo la otra mitad sin demoler. Ahora se han reanudado las obras, volviendo al lugar maquinaria… pesada que -entendemos- terminará de demoler el resto del azud.

En los casi dos meses transcurridos entre ambas actuaciones y en diferentes ocasiones, los vecinos de la barriada rural de La Corta han manifestado en los medios de comunicación su disconformidad con dicha actuación, de la que en ningún momento se les facilitó información antes del inicio de las obras.

De la misma manera, nos han hecho llegar durante este tiempo su preocupación por la presencia en la ribera de enormes bloques de piedra y hormigón y por el impacto negativo de todo ello en un paraje de gran valor ambiental, histórico y cultural.

Sin entrar en valorar la actuación llevada a cabo en el azud de La Corta y una vez que la misma parece no tener marcha atrás, desde Ecologistas en Acción de Jerez, hemos remitido el pasado 16 de Mayo, escritos a las Delegaciones provinciales de Medio Ambiente y Cultura, consultando sobre estas actuaciones y denunciando la situación actual de los hechos. Escritos que hasta la fecha no han sido respondidos. Por un lado, y de acuerdo con los vecinos, entendemos que ha faltado y sigue faltando información sobre esta iniciativa, tanto a la opinión pública en general, como a los vecinos de este enclave rural, vinculados desde hace tres generaciones con el antiguo azud. De la misma manera, manifestamos nuestra disconformidad ante la acumulación de escombros en las riberas y el impacto causado en el entorno natural de La Corta.

Junto a todo ello le trasladamos nuestra gran preocupación porque el lugar donde se interviene está incluido en la Carta Arqueológica Municipal de Jerez como Yacimiento Arqueológico albergando los restos de un embarcadero o presa (con una estructura escalonada cuya parte superior emerge en la ribera junto al azud) así como los de un antiguo batán. Las intervenciones en este lugar con maquinaria pesada deben, a nuestro entender, contar con el necesario control arqueológico para evitar actuaciones irreparables que pudieran dañar el yacimiento y, en un futuro, su puesta en valor.

Hemos pedido a ambas administraciones, para disipar dudas, que nos informen de las previsiones con respecto a las obras que se están realizando, del plan de retirada de los mencionados escombros, del control arqueológico sobre las obras, así como de las futuras actuaciones en el azud de La Corta y, en su caso, del impacto que las mismas puedan tener en las riberas del Guadalete en un enclave que, como se ha dicho concentra un alto valor paisajístico, histórico, cultural y etnográfico.