Durante la tarde de ayer sábado, cinco de las seis estaciones que miden ozono en el municipio (todas menos Puente del Poniente) han superado el objetivo establecido por la normativa para proteger la salud, cuando el viernes fueron tres las estaciones que superaron dicho límite. La estación Valladolid Sur, ubicada en el barrio de Santa Ana, acumula ya cinco días seguidos por encima del límite legal, por cuatro días en las estaciones del Paseo del Cauce y Renault 1.

La estación Renault 1, situada entre los municipios de Valladolid y Laguna de Duero, a menos de un kilómetro del populoso barrio de Torrelago, ha registrado ya diez días por encima del límite legal en lo que llevamos de mes, y el pasado lunes superó por primera vez en lo que llevamos de año el umbral de información de ozono, sin que la Junta de Castilla y León avisara a la población para que se protegiera, como es preceptivo legal y moralmente.

El valor objetivo para la protección de la salud está establecido por la normativa en 120 microgramos de ozono por metro cúbico de aire, medidos en periodos de 8 horas, y no deberá superarse más de 25 días al año. El Plan de Acción en Situaciones de Alerta por Contaminación del Aire Urbano del Ayuntamiento de Valladolid estipula que en el caso de rebasarse dicho límite legal tres días consecutivos, deben adoptarse las medidas previstas en su Situación 2, que incluyen la restricción del tráfico en el centro urbano, como principal foco de atracción de vehículos en el área metropolitana de Valladolid.

De hecho, el ayuntamiento limitó la velocidad a 30 kilómetros por hora en la tarde del viernes, y cerró al tráfico el casco histórico durante la tarde de ayer sábado, de forma un tanto tardía (habría sido más efectivo cerrarlo todo el día), medida que se mantendrá durante hoy domingo, a la espera de un descenso de la contaminación proporcional al del tráfico rodado.

Ecologistas en Acción considera estas medidas imprescindibles para preservar la salud pública, en una ciudad en la que el ozono mata cada año una treintena de personas en episodios como el que estamos viviendo en la última semana, según un reciente estudio del Instituto de Salud Carlos III, organismo de investigación del Gobierno de España. El derecho a la salud y a la vida debe prevalecer sobre cualquier otro interés económico o político.

No obstante, la gran afluencia de personas durante la tarde de ayer al centro de la ciudad demuestra que la salud y el medio ambiente y la actividad económica y social en el centro de la ciudad son plenamente compatibles. La experiencia de numerosas ciudades europeas y también de ciudades españolas como Pontevedra o Vitoria pone de manifiesto que reducir el número de automóviles que accede a los centros urbanos, lejos de deprimir la actividad de los mismos, ha supuesto un incremento del comercio, la hostelería y la residencia por la mejora de las condiciones de calidad ambiental, salubridad y movilidad de toda la población.

Por ello, Ecologistas en Acción considera que ha llegado el momento de que Valladolid dé un paso más en la mejora de la calidad de vida y adopte también esas medidas, convirtiendo en permanentes las restricciones a la circulación de vehículos aplicadas en los días de alta contaminación, empezando por los fines de semana y extendiéndolas en un plazo corto a los días laborables, como ha programado el Ayuntamiento de Madrid para este año. Promoviendo así el uso del transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal, todos los días del año.

Ante la persistencia de las altas temperaturas, Ecologistas en Acción considera plenamente justificada la prolongación de las medidas de urgencia previstas en el Plan de Acción para evitar que el episodio de contaminación se prolongue a lo largo de la próxima semana, y también reclama a la Junta de Castilla y León la simultánea limitación del funcionamiento de la central térmica de Iberdrola, junto a Michelín, y de las industrias emisoras de hidrocarburos volátiles, específicamente Renault, corresponsables de los altos niveles de ozono.

Al tiempo, los ecologistas recuerdan que otras ciudades del sur de Castilla y León como Ávila, Salamanca, Segovia o Zamora están viviendo en la última semana un episodio similar al de Valladolid, sin que por parte ni de la Junta de Castilla y León ni de las autoridades locales se esté adoptando ninguna medida informativa ni de mitigación de la contaminación, independientemente del color político de cada administración.

El ozono troposférico es el contaminante que presenta en Valladolid una mayor extensión y afección a la población y a la vegetación, con unos niveles al alza. En el trienio 2015-2017 la aglomeración de Valladolid ha superado el valor objetivo legal para la protección de la salud en más de los 25 días permitidos, sin que la Junta de Castilla y León haya puesto en marcha el preceptivo Plan de Mejora de la Calidad del Aire en la ciudad y su entorno, para reducir la contaminación atmosférica y evitar que esta lamentable situación se repita en años próximos.

Por inhalación, el ozono provoca un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reduce la función pulmonar, agravando las patologías cardiovasculares. La Organización Mundial de al Salud (OMS) estima en 1.600 los fallecimientos anuales en España producidos por la exposición a niveles de ozono como los registrados estos días.

Es esencial por ello difundir la advertencia municipal a las personas más sensibles a la contaminación atmosférica, tales como niños y niñas, personas mayores, mujeres gestantes o personas con problemas respiratorios o cardiovasculares, de que se protejan evitando en las horas centrales del día y a la caída de la tarde cualquier esfuerzo físico y el ejercicio al aire libre, como única manera de evitar los efectos nocivos del ozono en su salud.