- El organismo de cuenca rectifica 6 años después y propone el tramo urbano del arroyo Saladillo en Arahal, como un área potencialmente inundable.
- La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) da la razón a Jaedilla-Ecologistas en Acción de Arahal que lo solicitó en 2013 y que en su momento, no consideró su inclusión por riesgo bajo y medio.
En febrero del año 2013, el Organismo de cuenca anunciaba la apertura de un periodo de información pública relativo a la Evaluación Preliminar del Riesgo de Inundación (EPRI) en la Demarcación del Guadalquivir. El objetivo era elaborar los Mapas de Peligrosidad y Riesgo así como el Plan de Gestión antes de finalizar el año 2016, tal y como exigía la Directiva 2007/60/CE y el Real Decreto 903/2010.
En esa primera evaluación, Jaedilla-Ecologistas en Acción alegó para que se incluyera el tramo urbano del arroyo Saladillo, unos 1.650 metros, como un Área con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI), debido a los episodios de desbordamiento con daños materiales a las zonas comerciales e industriales de la Carretera de Villamartín, ocurridos en los últimos años. Episodios que se habían agravado desde que se empezó a desarrollar comercialmente esa zona.
La respuesta entonces de la CHG fue que no había motivos para considerar ese tramo como potencialmente inundable por no superarse los umbrales de significación y estar en zona de riesgo bajo y medio. También se justificaba con una actuación reciente de “limpieza y ensanchamiento del cauce mediante la apertura de la caja del arroyo”. Sin embargo, casi 6 años después, con la apertura del periodo de información pública de la revisión y la actualización del EPRI correspondiente al 2º ciclo, propone ahora su inclusión como uno de los 43 nuevos tramos potencialmente inundables.
¿Y cuál es el motivo esgrimido ahora?. Lo justifica tras utilizar diferentes tipos de fuentes de información: actualización de eventos históricos y revisión de la hemeroteca; estudios previos; tramos de interés de diferentes organismos; y zonas a investigar. De esta forma se ha actualizado la identificación de tramos potencialmente inundables, todos ellos de origen fluvial, entre los que se encuentra el arroyo del Saladillo en Arahal (ES050_APSFR_BG059-01) en un tramo de 1,84 km.
El Catálogo de Inundaciones Históricas solo mencionaba un único episodio en Arahal, sin embargo, desde que comenzó a urbanizarse la UE-13 “Ursaral” con la construcción de los supermercados Lidl, Mercadona y la Estación de servicio, los problemas de inundación en ambas márgenes de la carretera Villamartín han aumentado, sumándole cuantiosas pérdidas económicas en los negocios que hay frente a ésta. Desde 2007 hasta la actualidad se han producido varios episodios de inundación en esta zona: En noviembre de 2007 cayeron más de 170 l/m² que causaron graves daños materiales, inundaciones en naves y el vertido de fuel de la estación de rebombeo de la CLH; en abril de 2008; febrero de 2009; en mayo de 2013 volvió a inundarse la margen comercial de la carretera tras una corta e intensa tormenta de apenas 20 minutos; o en noviembre tanto del año 2016 como del 2017, ésta última con pérdidas elevadas que según los propios comerciantes las “han podido llegar hasta los 60.000 euros”.
Para Jaedilla, las inundaciones y las grandes avenidas de los ríos son fenómenos naturales bien conocidos que se suelen repetir con periodicidad en nuestras latitudes. A veces cada 100 años, a veces más, pero el caso es que las sequías que se alternan con las avenidas hacen flaquear nuestra débil memoria. Y para ello seguimos empeñándonos en vano en reconquistar el terreno de los ríos, sin querer pensar que la avenida, tarde o temprano, llegará.
La mal llamada “limpieza de cauces”, término eufemístico que se adopta para no precisar que estas obras consisten en canalizaciones, rectificaciones y dragado de los cursos fluviales; el poco caso que se tiene al análisis y la valoración del cambio climático; y sobre todo al desgobierno territorial respecto al caos urbanístico, es decir, ante las construcciones en dominio público hidráulico y en zonas de alto riesgo de inundación, están detrás del agravamiento de sus efectos. La experiencia así lo demuestra.
Por eso la única solución válida para evitar la erosión y futuras inundaciones es la que llevamos planteando desde hace mucho tiempo, la creación de un parque fluvial y la renaturalización del tramo urbano, eliminado obstáculos y taponamientos, reforestando toda la ribera con especies autóctonas y creando un paseo peatonal de uso público. Y esto se puede hacer -de forma inmediata y con clara voluntad política- con fondos supramunicipales, iguales que los que se utilizan para arreglar calles o crear nuevos parques.
La recuperación del ecosistema fluvial con la plantación de vegetación de ribera propiciará que el arroyo se autoregule, oxigenándose y dejando de oler a podrido. Estamos convencidos de que esta propuesta será una solución definitiva para el cauce urbano del arroyo Saladillo. No se trata de ir en contra de la naturaleza sino de favorecer mecanismos naturales como la creación de meandros gracias al depósito natural de los materiales erosionados aguas arriba.