Ecologistas en Acción de Cáceres cree que el hormigón acecha a la ciudad de Cáceres, convirtiéndola en una localidad que defiende más al automóvil que a su ciudadanía. Se dice que ¿no hay dos sin tres?

El 27 de diciembre de 2027 presentamos al Ayuntamiento la propuesta de “Cinturón Verde” para la ciudad de Cáceres y propusimos que en él se tratara de:

a) involucrar a diversos actores, voluntariado, ONG, el sector académico, la comunidad empresarial, etc. y fomentar la participación de las organizaciones de base comunitaria tan pronto como sea posible en el proceso;

b) establecer alianzas con la Universidades, las ONG o las entidades científico-técnicas que pueden proporcionar datos, destrezas y realizar investigaciones.

Creemos que la misma propuesta se puede utilizar para ayudar a la ciudad frente al Cambio Climático al que nos enfrentamos, la necesidad de reducción del CO2 y actuar contra el problema de ozonificación que padece la ciudad en época estival y cuando aumentan las temperaturas.

El pasado 9 de septiembre de este año, 2018, acudimos a la invitación de Cáceres Verde para realizar una cadena humana para defender la acacias. No fuimos pocas las personas y asociaciones que manifestamos nuestro rechazo a esta tala generalizada.

No hemos sido escuchadas, y con la tala del llamado “Paseo de las Acacias”, hoy calle Virgen de Guadalupe, se comete el tercer arboricidio de la ciudad en los últimos tres años: calle San Pedro de Alcántara, calle Primo de Rivera y desde hoy se suma la calle Virgen de Guadalupe.

Entendemos que no serán los últimos atendiendo al pequeño alcorque que se les deja a los árboles plantados en Primo de Rivera y San Pedro de Alcántara; en poco tiempo tendrán que ser talados por razones “técnicas”, como hasta la fecha. Tampoco olvidamos que en Virgen de Guadalupe se “han salvado” las palmeras; éstas podrán estar afectadas en poco tiempo por el picudo rojo, que viene dando muerte a más de 3.500 de ellas en Extremadura, sin que se sepa cómo parar la plaga.

Así, éste pequeño animal “ayudará” a eliminar la poca sombra que va quedando en la ciudad. Para entonces, tendremos en Virgen de Guadalupe una amplia avenida hormigonada, apta para acoger todo el volumen automovilístico de la ciudad. Y así, por supuesto, ayudaremos a seguir aumentando las emisiones de CO2 a la atmósfera y alejándonos de ser una ciudad resiliente, una ciudad en transición que proteja a su ciudadanía frente a los cambios a los que nos enfrentaremos sí o sí.

Entendemos, tras este “tercer arboricidio” en los últimos tres años, que la “enfermedad” y las razones “técnicas” y/o económicas/políticas seguirán dando al traste con el patrimonio verde de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, que carece de árboles emblemáticos y que ve amenazado su entorno con una mina de litio a cielo abierto. Una ciudad que sigue utilizando el glifosato en parques y espacios públicos olvidando la salud pública.

Seguimos creyendo que es precisa y necesaria una Ley de Arbolado Urbano. Una ley en la que se entienda que el árbol es un ser vivo, al que otros seres vivos están asociados, y no es mobiliario urbano de poner y quitar. Una pena que ahoga nos envuelve, al ver cómo las vidas de otros seres vivos se desprecian, cómo se siembran árboles siguiendo modas absurdas que no tienen en cuenta necesidades de espacio y necesidades hídricas de cada una de las especies.

En Ecologistas en Acción de Cáceres nos preguntamos si quien no sabe conservar, respetar y cuidar el patrimonio verde de la ciudad querrá seguir conservando su entorno verde y si éste será el último arboricidio o ¿no hay tres sin cuatro?