• Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado (AMPAs) de centros escolares públicos de los distritos de Centro y Arganzuela, junto a la FAPA Giner de los Ríos, han presentado el manifiesto ‘Coles sin coches. A favor de Madrid Central’.
  • La presentación ha sido precedida por una acción reivindicativa en la que niñas, niños y familias han acudido al colegio con mascarillas para denunciar la contaminación del aire a la que se exponen cada día.

‘Coles sin coches’, ‘Coles sin malos humos’ o ‘Menos coches y más flores’ son algunos de los mensajes que se leían esta mañana a la entrada del colegio público Nuestra Señora de la Paloma, en el barrio de La Latina. Quienes los portaban eran niñas, niños y sus familiares que llegaban al centro escolar con mascarillas en la cara. El mensaje: denunciar la contaminación del aire provocada por el tráfico motorizado y exigir la inmediata puesta en marcha de Madrid Central.

La acción reivindicativa ha sido organizada por las AMPA de 19 centros educativos de los distritos de Centro y Arganzuela, tanto Escuelas Infantiles (EI), Colegios de Educación Infantil y Primaria (CEIP) e Institutos de Educación Secundaria (IES). Asimismo ha recibido el apoyo de las cerca de treinta organizaciones sociales, entre ellas Ecologistas en Acción, que han convocado una manifestación a favor de Madrid Central el próximo sábado.

En una rueda de prensa posterior, las representantes de las AMPA y de la FAPA Francisco Giner de los Ríos han presentado su manifiesto en el que urgen a la implementación de la iniciativa de restricción al tráfico. “Para que Madrid Central sea posible”, dicta el manifiesto , «todas las personas vamos a tener que hacer un cambio de hábitos y de mentalidad. Sin embargo, la realidad es compleja y se van a dar situaciones de dificultad especiales, como las que han relatado algunas familias que no viven ni trabajan en el Distrito Centro pero sí llevan a sus hijos en esta zona y utilizan el coche a diario. Por eso compartimos la propuesta del Ayuntamiento de Madrid de dar permisos de excepcionalidad a algunas familias que lo necesiten, mientras buscan alternativas al transporte privado”.

Las organizaciones convocantes proponen siete puntos que consideran imprescindibles para responder a las necesidades de las familias que lo han demandado sin comprometer la eficacia Madrid Central:

  1. Permisos temporales, no permanentes.
  2. Permisos que no se expedan más allá de la duración de los tiempos que dictamine el calendario escolar para el curso 2018-2019.
  3. Permisos con especial sensibilidad hacia el alumnado o familias con algún tipo de discapacidad.
  4. El Ayuntamiento de Madrid debe ser la entidad emisora de los permisos.
  5. Límites de permiso por colegio y por familia.
  6. Horarios del permiso que no excedan el horario escolar.
  7. Complementariedad con otras medidas: refuerzo y abaratamiento del transporte público, creación individualizada en cada centro escolar de caminos seguros al cole y garantía de que todos los niños y niñas de la ciudad obtienen una plaza en un colegio público y de calidad de su barrio.

En la rueda de prensa, además de Camila Monasterio (portavoz del AMPA del CEIP La Paloma) y Camilo Jené (presidente de la FAPA), han participado Marciano Sánchez Bayle (médico pediatra de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid) y Elena Díaz (experta en movilidad sostenible de Madrid en Transporte Público, de Ecologistas en Acción). El primero ha expuesto las evidencias que hoy en día existen respecto a los perjuicios a la salud infantil de la contaminación del aire, mientras que Elena Díaz ha detallado cómo la movilidad en las ciudades mejora con medidas de restricción al tráfico.

Todas las personas ponentes han coincidido en señalar la necesidad de que todas las administraciones y partidos políticos se impliquen en una iniciativa que persiguen proteger la salud pública y que pueda ser replicada en otros distritos de la ciudad para que este sea solo el principio de una transformación. Poner obstáculos a Madrid Central es, afirman, una irresponsabilidad y una temeridad que va en contra de lo que recomiendan todos los organismos internacionales, las asociaciones de salud y personas expertas en movilidad, urbanismo e infancia.