La presencia de fibrocemento deteriorado y fuera de control supone siempre motivo de preocupación dado que ello representa un permanente desafío a la salud pública.

Hace casi ya cinco años Ecologistas en Acción iniciaba una serie de denuncias por la acumulación de este tipo de residuos en numerosos lugares del término municipal. La atención primordial se centró en el abandono y rotura de placas de fibrocemento (amianto mezclado con cemento), las popularmente conocidas como uralitas.

Hasta ahora la mayor parte de nuestros requerimientos fueron exitosos, pues tanto el Ayuntamiento de Valdemoro como la Comunidad de Madrid gestionaron, con más o menos premura,  la retirada de este material contaminante. Sin embargo, a pesar de nuestra machacona insistencia todavía permanecen intactos algunos focos. Destaca el de “Los Yesares”, que persiste pese a haber dado origen incluso a decretos de alcaldía que pretendían acometer su eliminación.

Más de un año ha transcurrido -14 meses para ser exactos- desde la última comunicación de la Concejalía de Urbanismo. El escrito, firmado por la titular y una responsable de los servicios jurídicos municipales, concluía indicándonos que se venían solicitando presupuestos a empresas especializadas, esperándose obtener dotación presupuestaria para poder llevar a cabo los trabajos.

Recordemos que, ante su obligación de retirar el fibrocemento abandonado, los propietarios de las parcelas afectadas solicitaron en su día un aplazamiento. Sin cambios tras posteriores peticiones de ampliación de plazos, el Ayuntamiento resolvió asumir la ejecución de las labores de limpieza, con posterior traslado de su coste a los propietarios. Este fue el caso de la empresa “Obras y Vías”, cotitular al 50 % de una de las parcelas. Según información de fuentes municipales, la constructora habría justificado su necesidad de aplazar la retirada debido al bloqueo de sus cuentas bancarias en el transcurso de la Operación Púnica.

Resulta como poco llamativo que los restos de Los Yesares hayan “resistido” nada menos que a tres administraciones -y de distinto signo político- dicho sea de paso. Así las cosas, hemos vuelto a recordar una vez más a la Concejalía de Urbanismo su compromiso. Con más razón ahora, que venimos de comprobar cómo nuevos infractores siguen aprovechando este punto negro para desembarazarse de sus residuos sin el menor escrúpulo.