Ben Magec-Ecologistas en Acción considera que los agrocarburantes sólo harían una pequeñísima aportación al actual consumo energético, y que por tanto, no suponen ninguna panacea para la crisis climática. Si además se tienen en cuenta sus implicaciones negativas en la alimentación, en la perdida de biodiversidad y en la violación de derechos humanos, resulta muy difícil no estar en desacuerdo con el actual modelo de desarrollo de los agrocombustibles.

En el proyecto elaborado por DISA para la planta de Granadilla se menciona que una de las materias primas a utilizar para la fabricación de biodiesel es la palma aceitera. La creciente expansión de la producción de aceite de palma se ha llevado a cabo a costa de la destrucción de enormes extensiones de bosques y selvas, que son uno de los principales factores de emisión de gases invernadero causantes del cambio climático. Por tanto, al sustituir masa forestal por plantaciones de aceite de palma estaremos liberando más cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera que el que se ahorraría por la quema de agrocombustible como sustituto de diesel.

La Federación ecologista no considera admisible ningún proyecto de este tipo que esté basado en la importación de materias primas para la fabricación de agrocarburantes debido a que generalmente provocan efectos ambientales y sociales muy negativos en los países de origen. Los problemas ambientales principales de los agrocarburantes importados son la deforestación, destrucción de ecosistemas, pérdida de fertilidad en los suelos, la utilización intensiva de plaguicidas o la introducción de especies transgénicas.

Además, los cultivos energéticos pueden empeorar la ya frágil seguridad alimentaria de la población mundial. Para Fran Castro, portavoz de los ecologistas “consideramos prioritarios los usos alimentarios de la agricultura por encima de los energéticos y en muchos países los agrocombustibles ya compiten con la alimentación”. Los precios de los alimentos se están disparando en los últimos tiempos y la especulación con las materias primas en general, y las alimentarias en particular, está agravando aún más estas tendencias.

La causa principal del calentamiento global es el sobreconsumo energético. Intentar mantener los niveles actuales de consumo de carburantes para transporte es inviable. Por tanto, y como conclusión, consideramos que la simple sustitución de unos combustibles por otros no supondrá avances significativos si no va acompañada de una reducción drástica en el uso de energía y materiales.