Toneladas de lodos en parcelas agrícolas en Valdemoro

Semanas atrás la prensa madrileña daba por hecho –equivocadamente- la declaración como ZEPA de los secanos y llanuras de Torrejón de Velasco y Valdemoro, hoy identificados como el “Área de Importancia para las Aves 393”. Tal momento está lejos todavía de ser una realidad y, por ello, organizaciones ecologistas, investigadores y otras entidades, con el apoyo indispensable de la ciudadanía, habremos de redoblar nuestros esfuerzos.

Mientras esta iniciativa progresa -eso esperamos- en los despachos de la CAM, las agresiones medioambientales se multiplican casi a diario sobre este valioso espacio. Dos hechos particularmente graves acabamos de comunicar a los responsables de la Consejería de Medio Ambiente y del Ayuntamiento, en la persona de su alcalde Serafín Faraldos.

El primero tiene que ver con esa incomprensible anomalía que representan las parcelaciones sobre suelo no urbanizable de protección especial (SNUPE). Por decirlo más claro, lo que en realidad resulta injustificable es la escandalosa permisividad institucional ante unas actuaciones que suponen una evidente infracción de la ley. Así, las parcelaciones junto a las naves de “Huevos Padrino”, ya denunciadas durante el gobierno de Ciudadanos, siguen consolidándose sin mayores contratiempos para sus promotores. Es más, la inhibición de las autoridades está permitiendo la ejecución de obras de mayor escala, como demuestra la edificación más esmerada de construcciones de piedra.

Es muy grave que las autoridades no actúen para corregir con urgencia esta situación. Estamos hablando de la comisión de un delito urbanístico ante el que los responsables de hacer cumplir las leyes no pueden mirar para otro lado sin que de ello se deriven serias consecuencias. Además, como le hemos recordado al Sr. Faraldos, resulta irónico que los esfuerzos exitosos de Ecologistas en Acción por restituir en los tribunales la condición de SNUPE de estos terrenos, que el PGOU de 2004 pretendía arrebatarles, sean “premiados” con esta incalificable pasividad municipal.

La otra alarmante cuestión que hemos denunciado es el vertido de cientos toneladas de lodos de depuradora en incontables parcelas agrarias de Valdemoro y, en especial, de la IBA. Estos residuos presentan claros riesgos ecotoxicológicos y a cualquiera debería espantar la alegría con la que se esparcen sobre nuestros suelos agrarios. Hemos exigido acceso a los datos registrados sobre estas prácticas y solicitado al propio alcalde que sea él mismo quien a su vez los reclame a la Comunidad de Madrid en defensa de la salud pública y nuestro entorno natural. Tras más de un mes, el Sr. Faraldos todavía no se ha dignado a responder.

La IBA atraviesa hoy una situación extremadamente delicada. Es momento de actuar con decisión más allá de los buenos propósitos y las bellas declaraciones, que tanto lucen en las publicaciones oficiales. El alcalde tiene ahora una inmejorable ocasión para demostrar la sinceridad del pregonado compromiso con la IBA. Y ya está tardando demasiado.