Ecologistas en Acción de La Ribera quiere hacer pública su mayor indignación porque continúa la destrucción del ZEC de Ablitas. La soberbia y la cerrazón de varios motoristas de motocross sigue día a día dañando grave e irremediablemente a este paraje protegido. Según nuestras estimaciones podríamos estar hablando de unos 20 kilómetros de roderas, que en algunos tramos llegan a superar ampliamente el metro de anchura e incluso los dos metros. Toda una barbarie causada tras más de doce años de practicar ininterrumpidamente esta ilícita actividad, sin que hasta ahora se haya podido ponerle freno.

El Peñadil de Ablitas es un espacio estepario declarado como Zona de Especial Conservación (ZEC) por sus altísimos valores ecológicos. Además, por su singularidad como hábitat de yesos dentro de la red Natura 2000, se trata de una figura de máxima prioridad de conservación a nivel europeo. Para hacernos una idea más precisa de la gravedad, este espacio estepario reviste más interés ambiental para Europa que cualquier otro lugar protegido de Navarra, incluidas sus más importantes masas forestales como las de Irati, Urbasa o las de Larra-Belagua, entre otras.

Los daños ya creados a la geomorfología, al suelo y al hábitat por la profundidad de las roderas son cuantiosos, incalculables e irreparables. Por tanto, no se trata únicamente de agresiones como el seguro abandono de nidos en época de cría ni de atropellos a las aves esteparias o sus pollos que crían en nidos sobre el suelo, muchas de ellas especies catalogadas o en peligro de extinción como la Alondra de Dupont, la Terrera marismeña, la Ganga ibérica, la Ganga ortega, el Aguilucho cenizo, el Alcaraván o el cernícalo primilla, sino que esta agresión va mucho más allá y está provocando la destrucción progresiva del paisaje y de todo el ecosistema.

Hasta el momento millones de plantas endémicas y de líquenes específicos de estos ambientes gipsícolas han sido ya completamente arrasadas. Todas son especies florícolas únicas, especializadas en estos sustratos de yesos, entre otras muchas, endemismos botánicos ibéricos e ibero-norteafricanos como Launaea pumila, Helianthemun squamatum, Ononis tridentata, Gipsophila hispánica, Lepidium subulatum así como formaciones de tomillo (Thymus vulgaris), de ontina (Artemisa herba-alba) y espartales de albardín (Lygeum spartum) y de Stipa sp. Se trata de plantas leñosas o herbáceas de portes bajos o humildes, pero de importantísima función no sólo para la protección del suelo contra la erosión, sino, especialmente, decisivas para preservar toda su biodiversidad ornitológica y del resto  de la fauna, vertebrada e invertebrada, que cuenta igualmente con diversas especies endémicas.

A falta de datos más concretos, urge realizar por parte del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra un informe pericial preciso para valorar con exactitud el alcance y la extensión de la superficie total afectada por las profundas roderas que han creado. Paradójicamente, además, se da la circunstancia de que Ablitas ya cuenta con un circuito de motocross creado para tal fin.

Ante actos de esta gravedad y la complejidad específica para detener de una vez esta barbarie,  instamos desde aquí todo el apoyo institucional, legislativo y político necesario para que tanto el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, como la Policía Foral mediante sus patrullas rurales y al SEPRONA, como entidades o cuerpos competentes en materias ambientales, tengan una coordinación adecuada para la  toma inmediata de medidas y controles sin límite de medios ni tiempo, hasta la detención de los causantes de tales atrocidades. Así mismo, como hemos podido comprobar en innumerables ocasiones, conviene también señalar que dichas motocicletas, al tratarse de competición, van sin matrícula, así como sin seguro, ya que éste solamente cubre su actividad en circuitos a este tipo concreto de vehículos, con lo cual cabe preguntarnos qué ocurriría no ante un hipotético accidente de ellos por una caída, sino especialmente ante un posible atropello a cualquier viandante.

Por ello, y ante todo lo expuesto, la incautación inmediata de este tipo de vehículos a los infractores debiera ser un primer paso, seguido con sentencias justas acordes a la gravedad de los hechos. Queremos sanciones ejemplares que contemplen, además, la restauración de los daños causados en la medida de lo posible a cargo de los causantes.

Entre tanto, hasta que se ponga fin a estos actos execrables, los valores de esa Naturaleza siguen desangrándose bajo las ruedas de estos verdugos que no miran más allá del entretenimiento egoísta de sí mismos. Y con él, con sus actos prepotentes, con las tristes huellas de su firma analfabeta, desuellan irreversiblemente la piel de la Tierra que a todos nos acoge y nos da vida.