Ecologistas en Acción denuncia que la UE diseña una política fronteriza que deja viajar a quienes no lo necesitan, lo que supone importantes costes ambientales. Mientras impide migrar a la Unión a quien lo necesita para escapar de la miseria.

La ciudadanía de la Unión Europea tiene derecho a viajar. Este derecho lo puede ejercer sin ninguna cortapisa en el interior de la Unión, pero también a nivel internacional. Es un derecho que tiene relación con que la mayoría de la población europea tiene un alto nivel adquisitivo. Es decir, que tiene derecho a viajar quien no necesita hacer uso de él.

Esta es una de las razones que explican que el transporte aéreo sea el que más esté aumentando sus emisiones de gases de efecto invernadero (7'4% al año en la UE), con lo que ello conlleva de incremento del cambio climático.

En cambio, la ciudadanía de los países empobrecidos, con un nivel de ingresos muy inferior y con necesidad de viajar para salir de la miseria, no tiene derecho a viajar.

Ecologistas en Acción denuncia que la Directiva de Retorno no es un plan estratégico idílico que pretende reunir familias que no se han visto por mucho tiempo. Es un nombre ameno para una directiva europea injusta y vergonzosa que establece criterios comunes para la expulsión y retención de inmigrantes hasta 18 meses por decisiones administrativas, la no readmisión durante 5 años y la detención de menores no acompañados. Con la excusa de que había países que querían imponer condiciones aún más draconianas, ha recibido el apoyo del Gobierno español, y ha sido calificada por Consuelo Rumí, la Secretaria de Estado para la Inmigración, como “equilibrada” y “garantista”.

Sin embargo, Ecologistas en Acción se pregunta: “¿Quién cuida a tu abuelo o a tu abuela en casa, mientras tu o tus padres están trabajando? Seguro que te resulta familiar la imágen de ver a alguna anciana o un anciano por la calle, cogido del hombro por una mujer latinoamericana. Acaso, ¿esta señora que cuida a la persona mayor es una delincuente por no tener papeles de residencia ni permiso para realizar estos trabajos? Para la Unión Europea sí, y es razón suficiente para encarcelarla hasta 18 meses”.

Sin embargo, para las personas que gozan del privilegio de ser ciudadanas europeas, las fronteras no existen. Pueden ir a casí cualquier país del mundo sin pasar por controles embarazosos y racistas. No les resulta dificil conseguir un visado en muy poco tiempo. La Unión Europea se esta convirtiendo en una fortaleza, que sólo deja entrar y salir libremente el capital, así como a las personas que se lo pueden costear.

Ecologistas en Acción concluye que la libre movilidad es un privilegio para un pequeño porcentaje de la población mundial, la que no lo necesita y no debería viajar por el alto impacto ambiental de su hipermovilidad. Mientras muchas de las personas que insisten en este derecho humano se ven forzados a dejar sus vidas en el intento de cruzar las fronteras en búsqueda de una vida supuestamente mejor.