A pesar de los numerosos estudios realizados por científicos de las universidades de Granada y Málaga que demuestran los profusos valores naturales y advierten de la fragilidad del ecosistema y las necesidades de protección, las dunas litorales del Saladillo-Matas Verdes (Estepona) van a ser dilapidadas por un proyecto urbanístico presentado en el Ayuntamiento de dicha localidad. Las prisas de sus promotores por que se apruebe in extremis un Plan Parcial para construir un complejo hotelero más se explican por el avance del nuevo PGOU, donde las dunas son reconocidas y catalogadas como zona verde. Igualmente, la premura responde a la necesidad de adelantarse a la última propuesta de delimitación del Dominio Público Marítimo Terrestre realizada por Demarcación de Costas donde el complejo dunar queda incluido dentro del Deslinde Público Marítimo-Terrestre en su totalidad.

La finca en cuestión, situada en la playa de Casasola, alberga el último ecosistema dunar completo de la provincia de Málaga. Este y otros muchos valores naturales como la presencia de diversas especies en peligro de extinción –caso del camaleón-, son más que suficiente para su protección inmediata, tal y como se asegura en el libro recientemente publicado por la Universidad de Málaga “Dunas litorales y fondos marinos del Saladillo-Matas Verdes. Estudio integrado para su protección como reserva marítimo-terrestre” dirigido por José Gómez Zotano, Profesor de Geografía de la Universidad de Granada, y realizado en colaboración con los biólogos Felipe Román y María Teresa Vizoso, y el arqueólogo municipal del Ayuntamiento de Estepona Ildefonso Navarro.

Una vez más, la sombra de la especulación urbanística se cierne sobre el municipio costasoleño, donde se siguen sacrificando los intereses del pueblo para satisfacer las demandas particulares. En este sentido, los actuales propietarios de la parcela en disputa, la adinerada y conocida familia Opel, con su proyecto de urbanización disfrazado de “ecológico” y “sostenible”, no hacen sino mancillar la memoria del difunto Jorge Van Opel, responsable último de que este patrimonio natural haya llegado intacto hasta nuestros días, ya que fue él quien en 1945 adquirió la finca y la preservó de las distintas pulsaciones urbanizadoras que ha sufrido el litoral malagueño en general y esteponero en particular. Resulta, cuanto menos paradójico, que sea ahora, tras sobrevivir a todos y cada uno de los feroces booms inmobiliarios de las décadas de los 60, 70, 80 y 90 del siglo XX, cuando se plantee construir sobre este santuario de la vegetación y la fauna costera, máxime cuando en nuestros días asistimos a un desarrollo importante de la legislación y la práctica referente a la protección del frente marítimo. Como ha sucedido en otros casos similares (Hotel El Algarrobico, finca el Arraijanal, Cabopino, etc.), las dunas todavía pueden salvarse si se aplica la Ley de Costas y en concreto la Expropiación Forzosa a través del Programa de Adquisición de Fincas del Ministerio de Medio Ambiente para reforzar la protección de la costa, si se declara espacio protegido con alguna de las figuras de la RENPA como podría ser Monumento Natural, o sencillamente si hay voluntad política por parte de los gobernantes y se limitan a realizar una verdadera Ordenación del Territorio.

Si se produjera lo indeseable, asistiríamos al mayor delito ambiental consentido y producido en Andalucía en los últimos 40 años, muy por encima del sonado caso del hotel ilegal El Algarrobico en Cabo de Gata.

Existe, además, la paradoja de que varias Delegaciones del ayuntamiento esteponero han venido apostando decididamente por la protección y puesta en valor de sus recursos naturales e históricos. Tanto es así que colaboraron con el Grupo de Trabajo Valle del Genal y la Universidad de Granada en el proyecto de investigación financiado por la Obra Social de la Fundación La Caixa que, durante los años 2007 y 2008, estudió las dunas y fondos marinos del Saladillo-Matas Verdes y dio origen al anteriormente citado libro y a los carteles informativos que actualmente pueden disfrutarse en las playas. A ello cabe sumar la reciente declaración de los fondos marinos como Lugar de Interés Comunitario (LIC) gracias a la solicitud que en su momento realizó Ecologistas en Acción.

La clave del asunto se encuentra, por el momento, en la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Estepona. De sus responsables y técnicos depende que un proyecto hotelero más acabe con el último reducto dunar virgen del litoral malagueño o, por el contrario, que se conserve y pueda llegar a convertirse en uno de los atractivos turísticos más importantes de la Costa del Sol.

Ecologistas en Acción de Sierra Bermeja viene solicitando la protección de este sistema litoral desde que alegase en 2005 a la revisión Plan General de Ordenación Urbana de Estepona y en 2006 al Plan de Ordenación Territorial de la Costa del Sol Occidental de Málaga, donde figura como Suelo Urbanizable. También en 2006, los ecologistas solicitamos la designación de Zona de Protección de Costas en el expediente de nuevo deslinde de costas de este tramo litoral. Por fin, , en el plazo abierto para solicitar la ampliación de la Red Natura 2000, en 2007, Ecologistas en Acción solicitó la creación de un nuevo LIC marítimo – terrestre en este espacio natural. La respuesta nos llegó de la mano de la Unión Europa a finales de 2008, cuando se nombró Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 2000 a los fondos de El Saladillo – Punta de Baños, o lo que es lo mismo, a la zona sumergida de nuestra propuesta, dejando fuera del LIC toda la zona terrestre. Ahora toca seguir insistiendo en la demanda de protección para El Saladillo – Matas Verdes a todos los niveles posibles.

Y es que, como se ha dicho, este espacio litoral es uno de los pocos reductos de cordón dunar que quedan en la costa mediterránea andaluza y es fundamental salvarlo.