Manifestación en Bilbao, contra el Cambio Climático, con motivo de la celebración de la Cumbre de Copenhague

Ekologistak Martxan, junto con otros colectivos preocupados por el Cambio Climático, sale el 12 de Diciembre por las calles bilbaínas reiterando su rechazo: “Repetimos: ¡No al cambio climático!”.

La conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, comienza el día 7 de diciembre, y mantiene reunidos hasta el 18 del mismo mes, a representantes, de países de todo el mundo. El objetivo marcado para tal acontecimiento, es la creación de un nuevo tratado político que detalle niveles globales y regionales de emisiones para el 2020 y 2050. Estas perspectivas tienen algún sentido sólo si de los acuerdos que se alcancen en Copenhague se establezcan compromisos jurídicamente vinculantes y eficaces.

Ekologistak Martxan, considera una buena ocasión, para sumarse a las reivindicaciones, promovidas desde diferentes partes del planeta, en contra del Cambio Climático, exigiendo una justicia climática, coherente con la realidad que vivimos. El examen de las causas que llevan a producir el famoso efecto invernadero, muestra cuáles son los verdaderos agentes implicados, y discierne entre las medidas válidas, y los parches políticos que sólo sirven para evitar pérdidas económicas a transnacionales y gobiernos.

Las soluciones pasan necesariamente por acuerdos en base a esta justicia climática. Esto significa incluir la responsabilidad histórica de la emisión de la gran mayoría de de gases de efecto invernadero emitidos en los últimos 250 años que recae sobre los países industrializados del Norte. La energía barata (en forma de petróleo, carbón y gas) ha sido el motor para su rápida industrialización y crecimiento económico. Los países sobredesarrollados representan menos de una quinta parte de la población del planeta pero han generado casi las tres cuartas partes de todas las emisiones históricas. Las emisiones excesivas de estos países tanto históricas como actuales son la causa principal del calentamiento global, mientras que las comunidades del Sur están enfrentando los peores impactos del cambio climáticos: desde la escasez de comida, hasta la inundación de islas enteras.

Por ello, se debe enfocar desde el esfuerzo de los responsables y hacía una compensación a las víctimas. El primer paso fundamental en este proceso es buscar un cambio del modelo económico neoliberal, bajo el cual no hay alternativas ecológicas ni socialmente responsables.

Un contexto diferente, libre de la lacra del capitalismo, permite establecer objetivos reales de cara a las reducciones de emisiones de efecto invernadero. Y además, evitar las compensaciones de emisiones, que no son sino mecanismos que retrasan la transformación de las sociedades industrializadas hacia modelos menos consumidores de energía y transporte motorizado, en definitiva hacia escenarios menos fosil-dependientes.

Porque es imprescindible, en la lucha contra el cambio climático el paulatino abandono del uso de combustibles fósiles para la producción de electricidad y apostar por las energías renovables. El carbón es el combustible fósil que más CO2 produce además de otros contaminantes como óxidos de azufre. No obstante, es importante señalar que no cualquier fuente de energía no-fósil es válida, alternativas como la energía nuclear son igualmente inviables desde el punto de vista económico, y muy especialmente desde el ecológico. Dado los graves impactos que provoca desde las minas de uranio, hasta la acumulación de sus residuos radioactivos, pasando por toda su trayectoria de generación.

En la misma línea de transformación social, se hace necesario apostar por el decrecimiento, desmarcándose de las ideas productivitas, que no se ajustan a la obviedad de que en un mundo de recursos limitados las cosas no pueden crecer de manera indefinida. Así, como dicta la filosofía del decrecimiento, «hay que trabajar menos para vivir mejor». Se trata de cambiar la actual organización de la producción y repartir mejor el trabajo.

Por su parte, el modelo de transporte requiere un giro hacía la sostenibilidad, teniendo en cuenta que es este sector con diferencia, el que más ha aumentado sus emisiones de CO2 en Europa durante la últimadécada. Para Euskadi, se concreta en un aumento del 124% desde 1990, año de referencia para el tratado de Kioto.

Mientras tanto, el plan vasco de lucha contra el cambio climático del Gobierno Vasco se mueve en el terreno teórico y la mayor parte de los 90 millones presupuestados se gastarán en su mayoría en investigación, informes, y acciones de concienciación ciudadana, los objetivos reales van muy por detrás.

Por todo esto, Ekologistak Martxan llama a sumarse a la manifestación contra el cambio climático, que grupos ecologistas, sindicatos, movimientos antiglobalización, organizaciones feministas, partidos políticos y otros colectivos de base, organizan para el día 12 de Diciembre, a las 19:30, en el Arriaga (Bilbao).