Tras 44 años del grave incidente de Palomares, en los que ninguna administración se ha enfrentado a la descontaminación, se encuentra caracterizada la radiactividad de la zona y se han expropiado las tierras contaminadas, gracias a la acción del CIEMAT. Ecologistas en Acción exige que se termine la tarea y se proceda a la descontaminación definitiva de Palomares, liberándose estas tierras para su usos normales.

El CIEMAT ha sido a primera institución en emplearse a fondo para conseguir la descontaminación de Palomares. Han tenido que pasar 44 años, y la inacción de un dictador y cuatro presidentes de gobierno democráticos para que al final se empezara a trabajar con el fin de descontaminar Palomares, una pedanía de Cuevas de Almanzora (Almería). En enero de 1966, un bombardero estratégico de los EEUU realizó un ejercicio inadmisible de reportaje en vuelo sobre zonas pobladas y con las bombas nucleares a bordo. El resultado fue un accidente que motivó la caída de dos bombas que ardieron y produjeron aerosoles, que contaminaron severamente la zona de Palomares. El baño de Fraga no sirvió para reparar el daño, ni era peligroso, porque las aguas no se habían contaminado y sí la tierra. Las operaciones de descontaminación que se produjeron en aquel momento sirvieron para sacar del terreno una gran cantidad de tierra contaminada, pero la contaminación por Plutonio y Americio ha persistido hasta nuestros días sin que las diferentes administraciones lo solucionen.

La urgencia de la situación se conoce tras las actividades del CIEMAT que motu propio se lanzó a una tarea de caracterización de la contaminación de las tierras. Se han realizado 350.000 puntos de medida y se ha encontrado una extensión de unas 60 Ha en tres zonas con diferentes profundidades que alcanzan los 6 m en algunos casos. Esta contaminación se distribuye en tres zonas: la zona A es de tipo rural, con ganado caprino y cultivos, en la que se construyeron incluso dos balsas de regadío; la zona B es tipo urbano y existe una tercera zona, la C, que se contaminó por el movimiento del polvo que arrastraron los vientos. El CIEMAT procedió también a la expropiación y vallado de las tierras contaminadas. El coste de las medidas y de las expropiaciones ya ha superado los 12 millones de euros.

Pero es imprescindible proceder a la fase definitiva de descontaminación y así se lo exige Ecologistas en Acción al Gobierno, para evitar que la radiactividad siga con efectos negativos sobre la salud de los habitantes de la zona. Esta fase de descontaminación implica la colaboración de varios ministerios: Educación, Ciencia e Innovación, Defensa, Medio Ambiente, por lo que esta asociación ecologista reclama que las labores se coordinen directamente por Presidencia del Gobierno. Es imprescindible superar las dificultades políticas y de coordinación y comenzar YA las tareas de descontaminación. El coste de estas complejas labores podrían ascender a unos 20 millones de euros y durar varios años. En ellas, España podría desarrollar tecnologías únicas en Europa.

En la evacuación de los residuos es necesaria la participación de los EE UU para llevarse las tierras contaminadas. Asimismo, Ecologistas en Acción reclama que el Departamento de Energía de aquel país colabore económicamente en estas labores, dada la responsabilidad que EE UU tiene sobre este suceso y sus consecuencias.

Ecologistas en Acción reclama también la colaboración de ENRESA y de la Junta de Andalucía que, hasta el momento, anegado su colaboración en estas labores.

Antes de que la contaminación se extienda más y el problema de salud se cree un problema de salud grave se ha de proceder con urgencia a estas labores de descontaminación.

Ésta podría ser una de las actuaciones sobre el medio ambiente del Gobierno que quedaran para la memoria, pues se resolvería definitivamente un problema creado hace 44 años y que nadie se ha atrevido a afrontar hasta el día de hoy.