El Parque Nacional de Souss Massa, en Marruecos, acoge la mayor colonia mundial de ibis eremita, una de las aves más amenazadas del planeta, un ave de color negro y de tamaño medio, con una envergadura alar de unos 75 cm y un peso aproximado de 1,3 kg Presenta su faz desnuda de plumaje. Principalmente se alimenta de insectos y otros pequeños animales que busca en las estepas litorales. Arañas, escorpiones, ciempiés, gusanos, larvas de coleópteros, etc., forman parte de su dieta.

Santiago Cuerda Cañas, Co-editor de El Correo del Medio Ambiente. Revista El Ecologista nº 40. Verano 2004.

El Parque Nacional de Souss Massa fue creado en 1991 por el gobierno de Marruecos en un lugar de gran importancia para la conservación de la naturaleza. Situado en un ambiente bioclimático árido, este lugar se caracteriza por la diversidad de sus ecosistemas. Cuenta con una superficie de 33.800 hectáreas, entre el río Souss (Agadir), al norte, y Sidi Moussa-Aglou (Tiznit), al sur. Comprende una zona de protección de 12.350 hectáreas de dominio forestal, una zona de usos tradicionales de 21.450 hectáreas y una zona marítima, a lo largo de tres millas de litoral. Entre los ambientes que encontramos en esta región hay playas, acantilados marinos, dunas, bosques, estuarios, formaciones de cactus, etc.

Una gran reserva genética

La flora comprende elementos de diferentes orígenes: mediterráneo (más de 50% de las especies), macaronesio (al menos 22 especies), sahariano y sahariano-indio (9 especies conocidas) y tropical (4 especies conocidas). Hasta hoy, 302 especies han sido encontradas en la zona del Parque, entre ellas 13 endémicas del suroeste marroquí, como Acacia gummifera, Aspagarus altissima, Chamaecytisus albidus o Rhus albidum.

La fauna de mamíferos abarca 30 especies, entre las que destacan: el jabalí (Sus scrofa barbarus), el chacal (Canis aureus), el zorro (Vulpes vulpes), la liebre (Lepus capensis), la mangosta (Herpestes ichneumon), el gato salvaje (Felis libyca), la gineta (Genetta genetta) y el puerco espín (Hystrix cristata). Una docena de especies de micromamíferos viven en el Parque, entre ellas dos especies de murciélagos: Nycteris thebaica y Hipposideros caffer.

Además, otras especies han sido reintroducidas con el objetivo de la reconstitución de la fauna del sur marroquí y el aumento de los atractivos turísticos. Se trata del antílope Addax (Addax nasomaculatus), la gacela Dama (Gazelle dama mhorr), la gacela Dorcas (Gazelle gazella dorcas) y el antílope Oryx (Oryx gazella dammah). También se ha reintroducido el avestruz (Struthio camelus), del que hay actualmente 98 ejemplares. Entre los anfibios y reptiles 35 especies encuentran su hábitat en el Parque Nacional.

Souss Massa tiene un gran interés ornitológico: se pueden observar hasta 250 especies, 90 de las cuales son nidificantes. Miles de aves de más de 30 especies invernan cada año en la desembocadura de los ríos Sous y Massa. Especies escasas como la espátula blanca (Platalea leucorodia), la avoceta (Recurvirostra avocetta), el flamenco rosa (Phoenicopterus ruber) y la cigüeña blanca (Ciconia ciconia) frecuentan igualmente estas zonas húmedas en gran número.

Los últimos refugios del ibis eremita

El ibis eremita (Geronticus eremita) es el elemento más destacable de esta avifauna. El Parque alberga la colonia nidificante más importante del mundo: una población estimada en unas 250 aves, con una cincuentena de parejas reproductoras. Además de los tres lugares de nidificación que se encuentran en los acantilados marinos del Parque, al sur de la desembocadura del río Massa, hay un cuarto lugar en Tamri, al norte de Agadir, con otras cincuenta aves (24 parejas reproductoras). Estas dos poblaciones salvajes –las únicas viables en Marruecos– constituyen más de dos tercios del total mundial. Tan sólo quedan unos pocos ibis eremita más en Birecik (Turquía) y Siria. En 1960 se fumigó el área de Birecik de forma masiva, para combatir la malaria, y se hallaron más de 600 ibis –además de otras muchas aves– muertos por el DDT empleado.

Para Mohammed Ribi, director del Parque Nacional de Souss Massa, “el Parque Nacional no es la última esperanza para salvar al ibis en Marruecos, pero ha jugado un papel determinante”. Por poner tan sólo un ejemplo, se han estabilizado y regenerado unas 80.000 hectáreas de dunas litorales.

El gran problema para la conservación del ibis es la desaparición de su hábitat. En este punto, la presión humana participa decisivamente en el modelado de los paisajes del Parque y, de hecho, “es un componente esencial en el funcionamiento de los ecosistemas”, apunta Ribi. Las zonas más importantes para la alimentación del ibis eremita –cuya conservación es uno de los principales objetivos de este espacio protegido–, añade Ribi, se encuentran en áreas utilizadas por la población local, de tal manera que “se procura que las actividades humanas modelen un hábitat compatible con las necesidades de los ibis”.

En el interior del Parque Nacional hay siete poblaciones, con unos 2.000 habitantes, y otros 25 pueblos, con unas 23.000 personas, aprovechan los terrenos y los caminos del entorno. El personal del Parque trabaja para la integración de esta población en este espacio natural a través de una cooperación participativa. Mohammed Ribi reconoce que el hecho de que la conservación del ibis eremita y la propia presencia del Parque Nacional beneficien a la economía de la zona es uno de los fines de Souss Massa. Ello se trata de conseguir, comenta Ribi, a través de múltiples iniciativas: “en una parte del Parque se ceden terrenos a la gente para que desarrolle actividades, como las agrícolas, compatibles con la conservación del territorio; otra parte es reserva biológica y no permite tales usos. Se realizan micro-proyectos, como el impulso de la apicultura y la producción de miel, colaborando con cooperativas locales; también se enseña la confección de artesanías típicas, como las alfombras, a grupos de mujeres. Los productos obtenidos se asocian a la imagen del Parque y del ibis, para revalorizarlos”.

Otro motor importante en la economía de la zona empieza a ser el ecoturismo. Recientemente, el personal directivo del Parque participó en la Feria de Ecoturismo Reisepavillion de Hannover (Alemania); Souss Massa despertó gran interés entre los tour operadores. Ofrecer una alternativa de ocio cultural y ecológico al modelo de turismo de sol y playa que se da en la cercana Agadir –donde gran parte de los turistas extranjeros son, precisamente, alemanes– es el reto.

Acción internacional para salvar al ibis eremita

Desde 1994, SEO/BirdLife colabora con los responsables de la gestión del Parque Nacional de Souss Massa realizando diversas investigaciones sobre el uso del territorio por parte de los ibis, con el fin de ordenar adecuadamente los usos humanos. La agencia alemana GTZ contribuye con la redacción de un plan técnico de gestión. Pero esta contribución internacional viene de más antiguo: ya a partir de 1979 el WWF, junto con organizaciones locales y la Universidad Mohammed V, inició proyectos de protección del ibis eremita. Esta labor de vigilancia viene resultando vital para la supervivencia de la especie, sobre todo para evitar que pueda producirse un suceso similar al que se dio en Birecik con el empleo masivo de pesticidas. De suceder algo así nos enfrentaríamos casi con seguridad a la extinción de la especie.

La situación es delicada, sobre todo si tenemos en cuenta que la experiencia de reintroducción de aves criadas en cautividad está resultando complicada, debido al gran número de conductas que se transmiten de los adultos a los jóvenes en estado salvaje, como la búsqueda de comida, que no aprenden los animales nacidos en cautiverio.

Un ejemplo de trabajo de reintroducción es el que vienen realizando los Parques de Fauna de Munich y Berlin, junto con empresas y asociaciones marroquíes, el Zoo de Rabat y la comunidad de Mezguitem. A finales de octubre de 2000 llegaron a Marruecos los primeros 10 ibis, procedentes de Munich y Berlín.

Sin embargo, a pesar de que instituciones zoológicas de todo el mundo albergan hoy a unos 700 ibis eremita en cautividad, la cría y reintroducción no debe ser la prioridad, sino que, como reconoce el propio director del Parque Nacional de Souss Massa, “el principal objetivo es la conservación de la población salvaje de ibis”.

Algunas claves para la supervivencia del ibis eremita
La población mundial de ibis eremita ronda los 400 ejemplares, si bien sabemos que hace un siglo era de unos 10.000 individuos, con unas 3.000 parejas en Siria y Turquía.
- Es necesario conservar su hábitat. Se estima que al menos 24 colonias han desaparecido tras la desecación de zonas húmedas y otras áreas de alimentación.
- Hay que controlar la caza incontrolada y, también, las molestias directas, especialmente en época de cría, incluyendo las visitas a las colonias por parte de aficionados a las aves. Esta presión es cada vez más intensa y, hasta tanto se regule, resulta una acción irresponsable por el grado de amenaza de la especie.
- Se debe evitar por todos los medios el uso de pesticidas.
- Resulta básico trabajar por la mejora de las condiciones de vida de las gentes que comparten el hábitat con los ibis. Así, se debe incrementar la cooperación con las instituciones públicas y el gobierno de Marruecos y con el movimiento asociativo, para emprender proyectos de desarrollo rural con criterios de sostenibilidad.