Urge un fuerte cambio de políticas para garantizar la supervivencia de este felino

Es claro que no se está haciendo todo el esfuerzo necesario para evitar la extinción del lince ibérico, a pesar de ser la especie de felino más amenazada del mundo. La Estrategia Nacional para la Conservación de esta especie es ampliamente incumplida por las Comunidades Autónomas. Tampoco está garantizada la conservación de todas y cada una de las poblaciones y áreas potenciales de lince ibérico, lo que resulta más patente tras las recientes pruebas de la existencia de linces en Castilla-La Mancha y en Madrid.

Área de Conservación de la Naturaleza de Ecologistas en Acción

El último censo diagnóstico de lince ibérico (Lynx pardinus) realizado por el Ministerio de Medio Ambiente concluyó que actualmente sólo sobrevivirían unos 160 ejemplares repartidos en dos poblaciones reproductoras: Doñana (24-33 adultos) y Andújar-Cardeña (60-110), ocupando unos 500 km2, un escaso 0,09% del territorio nacional.

Sin embargo, Ecologistas en Acción considera que en la actualidad hay constancia de la presencia de lince ibérico (excrementos y observaciones directas) al menos en las siguientes zonas: Doñana y su entorno, Sierra Morena (Jaén, Córdoba y Ciudad Real), Sierras del Guadalmena y Alcaraz (Ciudad Real-Albacete), Montes de Toledo (Ciudad Real y Toledo), y encinares del Alberche y Cofio y Valle del Tiétar (Madrid, Ávila y Toledo). Además existen indicios de presencia de la especie en algunas otras áreas geográficas, como el Sistema Central Occidental y su entorno en Castilla y León y Extremadura.

Pese a ello, las Administraciones siguen sin apostar decididamente por la salvación del felino más amenazado del mundo. Parece que la constatación de sólo dos poblaciones teóricamente viables, como son las de Andújar-Cardeña y Doñana (Andalucía), se hubiese convertido es una excusa perfecta y una situación deseada por algunas administraciones autonómicas, especialmente Castilla-León y Madrid. Así, el Gobierno de la Comunidad de Madrid parece más empeñado en ocultar y cuestionar los datos que confirman la presencia de linces –pues dificultan el desdoblamiento de la M-501 y los proyectos urbanísticos asociados– que en adoptar las medidas de conservación que debe poner en marcha según la ley.

Nuevas poblaciones linceras

Durante los dos últimos años se han producido importantes avances en la detección de poblaciones de lince ibérico que hasta ahora habían sido negadas o minimizadas, pero que tienen gran importancia para asegurar la diversidad genética de la especie y su propia supervivencia. En octubre de 2004 Ecologistas en Acción realizó prospecciones de campo en varios municipios de la provincia de Toledo, localizando varios excrementos que tras los análisis de la Estación Biológica de Doñana confirmaron la presencia de lince ibérico en la zona. Este extremo fue más tarde ratificado por la Junta de Castilla-La Mancha, a la vez que confirmaba la localización de más de 10 análisis positivos de lince ibérico en distintas zonas de la región.

Justo un año después, en octubre de 2005, investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos hallaron en la Comunidad de Madrid unos excrementos que, tras ser analizados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid-CSIC, han confirmado la identificación visual previa: uno de los excrementos fue clasificado genéticamente de forma inequívoca como perteneciente a lince ibérico.

Estas confirmaciones, gracias a los nuevos métodos de análisis, hacen recobrar la esperanza de que en otras zonas linceras, hasta ahora marginadas por las Administraciones, puedan seguir existiendo poblaciones de lince que no hayan sido confirmadas por el escaso esfuerzo e interés demostrado hasta el momento en su localización. Sin embargo, estas poblaciones, así como las áreas potenciales para la recolonización de la especie, son vitales para su recuperación futura, ya que la variabilidad genética que puede aportar a la población global cada uno de los individuos aislados puede resultar clave para el futuro del lince.

Ante esta nueva situación resulta fundamental un cambio de rumbo en la actual política desarrollada por el Ministerio de Medio Ambiente y las Consejerías competentes de las diferentes Comunidades Autónomas. Se debe abandonar la actual tendencia de conceder un protagonismo casi total a Andalucía en la conservación de la especie, ya que aunque cuenta con las dos principales poblaciones de lince, son también de gran importancia las poblaciones existentes en otras CC AA. Las administraciones regionales de Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid y Castilla y León deben aplicar medidas para evitar la extinción de la especie en sus territorios y asumir el protagonismo que les corresponde.

También se debe dejar a un lado el mensaje derrotista e interesado que representa la expresión más extendida últimamente entre los medios de comunicación, evidentemente influenciados por los políticos, investigadores y técnicos, hablando del “lince andaluz”. Esta expresión no es espontánea ni inocua, es el vivo reflejo de una estrategia de conservación concentrada básicamente en las poblaciones linceras ubicadas en Andalucía.

Medidas urgentes

La dramática situación en la que se encuentra el lince requiere la adopción de medidas drásticas por parte de las Administraciones, en especial las siguientes:

- Intensificar y ampliar el esfuerzo de localización de poblaciones de lince a todas las zonas potenciales, especialmente en Extremadura, Madrid, Castilla- La Mancha y Castilla y León.

- Revisión, de forma participativa, de la Estrategia Nacional para la Conservación del Lince Ibérico, que debe relanzarse con el apoyo de todas las CC AA, estableciendo un pacto político para evitar su extinción. Esta estrategia debe asegurar la participación de las organizaciones ecologistas.

- Establecer medidas drásticas de conservación del hábitat del lince, excluyendo en toda su área de distribución aquellos proyectos altamente impactantes, especialmente las grandes infraestructuras, desarrollos urbanísticos, nuevos cultivos agrícolas o forestales y actividades mineras. Es necesario blindar el área de distribución del lince para evitar su extinción y evitar proyectos negativos como el embalse de La Breña II (Córdoba), la autopista de peaje Córdoba-Toledo, el trazado norte de la autovía Linares-Albacete, o el desdoblamiento de la M-501 (Madrid) y su continuación, la C-501, entre Ramacastañas y Candelada (Ávila).

- Aprobación por parte de todas las CC AA de los Planes de Recuperación del Lince Ibérico –sólo Castilla-La Mancha y Extremadura cuentan con estos planes–, así como la puesta en marcha de estudios técnicos que ayuden a identificar las áreas con presencia de la especie, para posteriormente desarrollar acciones encaminadas a la reintroducción o al reforzamiento poblacional.

- Todas las CC AA con presencia histórica de lince deben redoblar sus esfuerzos por erradicar los métodos de control de predadores, en especial el uso de lazos, cepos, jaulas trampa y veneno. Métodos que sin lugar a dudas han provocado la extinción del lince en muchas de sus anteriores áreas de distribución y que amenazan gravemente sus posibilidades de recuperación.

- Aumentar el nivel de coordinación entre las administraciones, instituciones y organizaciones implicadas en la conservación del lince. Las acciones de aprovechamiento, manejo y conservación de especies como el conejo y la perdiz que se desarrollan en las diferentes CC AA, son vitales para el futuro de diversas especies amenazadas y en particular para el lince ibérico.

Cría en Cautividad

Sólo cabe valorar de forma positiva los resultados obtenidos con la cría en cautividad de lince ibérico, que ha logrado ya el nacimiento de un total de cinco linces. Sin embargo, esto no debe hacer olvidar que la gran prioridad para frenar la extinción de este felino es la conservación in situ, es decir, garantizar la conservación de la especie como elemento funcional dentro de su hábitat.

Precisamente algunas de las poblaciones relícticas y aisladas, en territorios con abundancia de conejo, con zonas de refugio y con hábitats bien conservados, son de hecho espacios candidatos para la creación le nuevas áreas linceras que reduzcan la vulnerabilidad de la especie.

Sin embargo, la localización, recuperación y suelta de ejemplares nacidos en cautividad o capturados de las dos poblaciones más numerosas de lince en estado silvestre en antiguas áreas linceras, como pretende la Junta de Andalucía, parece una estrategia más arriesgada que el traslado de los individuos a áreas donde ya se ha confirmado la presencia del lince.