Autor: Asociación Cultural y Ecologista Tagaragunche
Puntallana, La Gomera, Canarias

En la isla de La Gomera (Islas Canarias) un pequeño espacio natural destaca por muy diferentes motivos. La Reserva Natural Especial de Puntallana es una pequeña plataforma de aproximadamente 2,5 km² que podemos considerar como única, puesto que alberga en su interior y alrededores formaciones geológicas importantes, fauna rica en endemismos, flora de gran interés, concheros, grabados y otros restos arqueológicos, una ermita construida en las primeras décadas del siglo XVI y los valores culturales y religiosos que le otorga la presencia de la Virgen de Guadalupe, patrona de la isla.

Valores de Puntallana

En cuanto a su geología, el territorio podría dividirse en tres estructuras principales: los acantilados –formados por sucesivas coladas basálticas de hace 4 o 5 millones de años–; los coluviones –desprendimientos que unen los acantilados con la plataforma–; y la propia plataforma en la que se encuentra la duna fósil –colinas de arena, ahora endurecida, formadas en la antigüedad y que contienen en su interior restos de la fauna existente en aquellos momentos–.

En el interior de esta duna se han encontrado restos fósiles de una especie de lagarto gigante (Gallotia goliath), hoy ya extinguida y cuyos ejemplares alcanzaban más de un metro de longitud (no confundir con Gallotia gomerana, la actual especie de lagarto gigante de la Gomera, uno de los vertebrados más amenazados del mundo). Asimismo, se pueden encontrar restos de caracoles terrestres y moluscos marinos, cuya edad podría oscilar entre los 10.000 y los 100.000 años. Hay que destacar también que Puntallana aporta una valiosa información para la reconstrucción tanto de la formación geológica de la isla, como de los procesos de periodos húmedos y áridos que conllevaban ascensos y descensos del nivel del mar desde hace unos 5 millones de años.

La fauna de este entorno es de alto valor por la gran cantidad de especies exclusivas. Por allí deambulan endemismos locales, que sólo viven en Puntallana, como los coleópteros Pimelia fernandezlopei o Cardiophorus clifferens; también los hay endémicos de La Gomera como Arthroides parcepunctatus, o de Canarias como la abeja Nomioides canariensis. En cuanto a las aves sobrevive una muestra reducida de limícolas y ocasionalmente se han avistado algunos ejemplares de halcones.

La mayor riqueza de Puntallana, si es que podemos destacar alguna, es su vegetación, que fue la que motivó la protección de Puntallana como Reserva Natural Especial por la ley de espacios naturales de Canarias. Este trocito de nuestra isla alberga la más extensa representación de tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera) de la Gomera. Asimismo allí podremos encontrar el salado (Schizogyne sericea), la orijama (Neochamaelea pulverulenta), la tolda (Euphorbia aphylla), el balo (Plocama pendula), la margarita (Agryranthemum frutescens), la lechuga de mar (Astidamia latifolia). También hay en su entorno poblaciones muy abundantes de tabaiba gomera (Euphorbia bravoana).

Pero, además, es un lugar en el que se acumulan las muestras arqueológicas. Grabados, concheros y otros tipos de restos arqueológicos abundan en el entorno. Puntallana alberga una concentración inusual de concheros (concentraciones de conchas de moluscos como lapas y burgados, que acumularon los gomeros desde tiempos inmemoriales y de los cuales se desconoce aún por completo su sentido). En el interior de estos concheros se encuentran trozos de cerámica de diferentes épocas, tanto prehispánicas como más recientes.

Hay al menos seis estaciones de grabados rupestres en las cercanías de Puntallana realizados por los gomeros con diferentes técnicas: incisión, rayado-raspado y picado. Destacan los grabados de embarcaciones que representan los diferentes tipos de barco entre los siglos XV y XIX. También son comunes en este entorno las aras de sacrificio, apilamientos de piedra, generalmente de forma circular, que los antiguos gomeros utilizaban para sus ritos, quemando en ellos a algunos animales.

Los alrededores de Puntallana fueron también en su momento lugares habitados por los antiguos gomeros, y hoy en día se conservan restos de poblados y de necrópolis (cuevas donde enterraban a sus muertos). Fue en una necrópolis de Puntallana donde se encontraron, por primera vez en toda Canarias, cadáveres colocados en posición encogida.

De la ermita de la Virgen de Guadalupe podemos decir que la edificación primitiva se construyó probablemente en las primeras décadas del siglo XVI, y con toda seguridad podemos afirmar que fue anterior 1542. A lo largo del tiempo se han ido añadiendo o restaurando algunos elementos para llegar a la configuración actual. Y desde al menos el año 1872 se viene celebrando la que es la única romería marítima de Canarias a la Patrona de una isla.

Por último, Puntallana también alberga algunos restos etnográficos de interés, como unas salinas, los restos de un horno de cal y un embarcadero.

La problemática

A lo largo de los años han sido muchos los atentados contra este espacio. El desaparecido Icona, hace algún tiempo, en una política claramente equivocada, introdujo en el espacio pinos que incluso son de una especie ajena a Canarias, el pino carrasco (Pinus halepensis). Esto evidentemente produjo una reducción del hábitat de algunas especies endémicas sensibles.

Desde los años 80 se ha vertido y quemado incontroladamente la basura del municipio capitalino de San Sebastián de La Gomera en el límite del Espacio Natural, llevando las corrientes marinas gran parte de los restos a la plataforma. Por esta razón las instituciones locales han sido multadas varias veces por la Unión Europea.

Cada año se organizan las fiestas en honor a la Patrona en el interior del Espacio Natural, llegando a ser miles las personas que durante varios días visitan el lugar, y hasta cientos los que habitan en casetas de campaña. Además de estos visitantes anuales, desde hace algunos años una serie de familias han establecido en Puntallana su residencia de veraneo y fin de semana, lo que ha aumentado la presión sobre el espacio y los atentados al medio.

Asimismo, unas obras realizadas desde el Ayuntamiento para dotar a la zona de baños públicos, que por cierto duraron muy poco tiempo, destruyó irremediablemente una parte de la duna fósil.

Por otro lado, el desconocimiento llevó a la destrucción de varios concheros: en 1945 se inventariaron 12 concheros, de los que hoy sólo quedan 9 bastante deteriorados.

Con alevosía y nocturnidad, en vísperas de las fiestas en honor a la Virgen de Guadalupe de 2004, se asfaltó ilegalmente la pista de acceso al lugar. El Cabildo Insular, que debía vigilar la integridad del Espacio, dio por bueno el asfaltado y lo coló a posteriori en una reunión del Patronato de Espacios Naturales, con la condición de adecuarlo a lo que dice el Plan Director, cosa que a día de hoy no se ha cumplido.

Después de este repaso es raro que nadie se salve de haber cometido algún atentado contra Puntallana. El Gobierno central, a través del antiguo Icona, el Gobierno de Canarias, durante los años que estuvo el espacio bajo su responsabilidad y ahora en su papel de supervisor, el Cabildo Insular, actual gestor de esta Reserva Natural Especial, el Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera y, en general, el pueblo gomero.

Unos rayos de esperanza

Algunas decisiones recientes dejan ver un mejor futuro para Puntallana. Una sentencia del Juzgado de San Sebastián de La Gomera cerró el vertedero de Punta de Abalos, que es como se denomina el lugar desde donde se tiraba y quemaba la basura.

También desde la Unión Europea se sancionó en diversas ocasiones, la última el 28 de abril de 2005, al Reino de España por permitir este continuo atentado ecológico, después de dar tiempo para la puesta en marcha de un complejo medioambiental que la misma UE había financiado años atrás y que, ya terminado, presenta graves deficiencias, incluidas las producidas por dos incendios en su interior en menos de un año. Y hace muy poco se ha producido otra sanción por no haber regenerado aún el lugar, lo que parece que está acelerando el proceso para que se produzca.

También desde la Asociación Cultural y Ecologista Tagaragunche (representante en La Gomera de Ben Magec – Ecologistas en Acción), con la colaboración del Dr. Juan Carlos Rando, se solicitó para la Duna Fósil de Puntallana la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) como zona Paleontológica, que actualmente está en trámite.

Por último, desde la Agencia de Protección del Medio del Gobierno de Canarias se ha decretado el abandono de las chozas y la destrucción de parte de ellas (BOC 2006/112 del 12 de junio de 2006).

Para saber más

- Eseken (Revista de Cultura y Naturaleza de Canarias), nº 16, Asociación Cultural y Ecologista Tagaragunche, 2001
- La Red Canaria de Espacios Naturales, Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, 1995.
- La Virgen Gomera de Guadalupe, historia de una tradición viva, Cabildo Insular de la Gomera, 1999.