En 2016 se cumplen diez años de la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Serranía de Cuenca.

José Manuel Pérez García, Ecologistas en Acción de Cuenca. Revista Ecologista nº 89.

En 2016 se cumplen diez años de la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Serranía de Cuenca (PORN) [4], por el que se inició su proceso de declaración como Parque Natural a incluir en la Red Regional de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha (RRAP-CLM), llevada a cabo finalmente en 2007 [13] (Ilustración 1). Semejante efeméride, al margen de la retórica de lugares comunes empleados en este tipo de aniversarios, merece la pena ser analizada desde el punto de vista del ecologismo social. Por ello, nos disponemos a analizar los «logros» que sobre el desarrollo sostenible de esta comarca ha tenido su declaración. Desgraciadamente, este PORN no brilló precisamente por su exhaustividad y rigor en la definición de los aspectos socioeconómicos del territorio que conforma el Parque Natural de la Serranía de Cuenca (en adelante PNSC) y su Área de Influencia Socioeconómica (en adelante AIS). Por lo que es probable que de esos polvos vengan estos lodos.


Ilustración 1: Localización del Parque Natural de la Serranía de Cuenca (Castilla-La Mancha).


1. El contexto socioeconómico de partida.

El PNSC fue declarado sobre una superficie de unas 74.000 ha, ocupando parcial o totalmente los términos municipales de 11 poblaciones (Ilustración 2). El AIS se declaró sobre la totalidad de sus términos y, como criterio básico para la adjudicación de ayudas y subvenciones a estas poblaciones -en compensación por las limitaciones ambientales que conlleva la declaración de esta figura de protección-, se tomó la mayor o menor aportación superficial de cada una de ellas al conjunto del PNSC (Art. 8, Ley 5/2007). A nuestro juicio, esto supuso un primer error. Pues representa una falta de criterio socio-ambiental, ya que una gran parte del Parque (45 %) lo componen terrenos pertenecientes a un núcleo poblacional como es Cuenca, la capital provincial. Núcleo urbano que no se encuentra en el interior del Parque y, por tanto, que no aporta población al mismo; contando, además, con una dinámica socioeconómica totalmente diferente al resto. Mientras Cuenca es un polo de atracción de población a nivel provincial; el resto de municipios (aún con diferencias entre ellos), pueden considerarse inmersos en una dinámica poblacional negativa, que plantea serias dudas sobre el mantenimiento a corto y medio plazo de su población dentro del PNSC (Ilustración 3) y cuya pirámide demográfica refleja el terrible proceso de envejecimiento y despoblación que sufre (Ilustración 4).


Ilustración 2: Aportaciones de los diferentes Términos Municipales al Parque Natural de la Serranía de Cuenca.

Ilustración 3: Evolución de la población de hecho del AIS del PNSC, excluyendo a Cuenca capital. Fuente INE.

Ilustración 4: Pirámide demográfica actual del AIS, excluyendo a Cuenca capital. Fuente: Censo 2011 de población del INE.


Con semejante panorama -al que hay que unir el abandono de las actividades agro-forestales tradicionales [18] que mantuvieron el paisaje rural tradicional en tan buen estado de conservación-, las propuestas para el desarrollo rural de este territorio han visto en el turismo rural, de naturaleza y en el turismo activo, -apoyados en unos valores naturales sobresalientes-, la oportunidad para paliar esta situación [1, 3 y 12]. Las iniciativas promovidas al respecto hay que dividirlas entre las auspiciadas por los modelos de partenariado (Asociaciones de Desarrollo Local de iniciativa privada apoyadas por fondos públicos) y las fomentadas por el modelo basado en la declaración de Espacios Naturales Protegidos (ENP) (en este caso, el Parque Natural, de iniciativa pública). Esta figura legal proteccionista está pensada principalmente para lograr el desarrollo económico y la consolidación de la población local compatibilizándolos con un uso sostenible de los recursos por parte, tanto de las actividades puramente productivas, como fomentando las actividades no consuntivas de los recursos naturales, entre las que hay que incluir las actividades turísticas mencionadas anteriormente [13].

Sin embargo, ambos modelos han vivido «mejores» momentos. La crisis económica y social generada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007, ha sido la primera prueba seria para los modelos de desarrollo rural sostenible ensayados hasta ahora y, dentro de ellos, también para los modelos basados en la declaración de Parques Naturales y otras denominaciones autonómicas equivalentes. Esta crisis nos sitúa en la obligación de poner en cuestión las actuaciones llevadas a cabo y criticar su validez universal y descontextualizada de los aspectos socioeconómicos propios de cada espacio. En este sentido, consideramos al PNSC como un caso paradigmático, puesto que llega a tarde en su incorporación a la RRAP-CLM, coincidiendo ésta con el inicio de la crisis económica y la desaparición de la disponibilidad de recursos económicos «ilimitados». Si bien es cierto, que el medio ambiente se encontró siempre en el furgón de cola que recibía los despojos en la época de las vacas gordas del desarrollismo.

2. La delgada línea roja.

Como hemos dicho, en ambos modelos el turismo es la apuesta principal para la comarca. Pero tenemos que destacar aquí la «sutil» diferencia que existe entre el turista y el visitante a los espacios naturales protegidos. Dentro del turismo entran una enorme variedad de actividades -no todas las podemos considerar sostenibles ambientalmente-, mientras que en los ENP la legislación obliga a que todas las actuaciones, proyectos y programas que puedan afectar al medio natural estén encaminados a su compatibilización con la conservación de los valores naturales y dirigidos o supervisados por sus órganos de gobierno y sus órganos consultivos (en este caso, Director-Conservador y Junta Rectora). Además, deben ser gestionados mediante una planificación y regulación previa que permitan -mediante el seguimiento y evaluación constantes de unos indicadores propuestos-, detectar afecciones negativas (a los recursos o entre las diferentes actividades) que aconsejen una modificación de su regulación o de sus condicionados de actividad. Las actividades turístico-recreativas en los Parques Naturales, por tanto, quedan definidas dentro del denominado Uso Público (UP) y deben ser reguladas mediante un Plan sectorial propio, el Plan de Uso Público (PUP).

Hasta aquí llega todo el parecido del PNSC con la teoría sobre la gestión de un ENP, porque como decimos, el PNSC es un paradigma. Sometido a los vaivenes políticos (como todos) pero encallado en un tiempo muy concreto -el de su declaración como Parque- que le hicieron beber de las inercias de la época de las vacas gordas (Ilustración 5) y ser incapaz de readaptarse a la nueva situación provocada por la crisis, empujado por la ceguera de los responsables políticos y atascado en sus propios orígenes como Reserva Nacional de Caza. En la gestión del PNSC se pueden distinguir claramente dos etapas (con algunas pervivencias), definidas por la alternancia en el poder de los dos partidos políticos gobernantes en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (JCCM) desde su declaración.


Ilustración 5: Centro de Interpretación de Tragacete cerrado al Uso Público (Fotografía de J.M. Pérez, 2015).


2.1. Período 2006-2011: la ausencia de un modelo planificado, las «inercias», la descoordinación y la improvisación.

Consideramos que en la propia configuración del PNSC primaron los intereses políticos y el «equilibrio» existente entonces entre las fuerzas políticas gobernantes en las distintas Administraciones con competencias en el territorio. No se generó el suficiente consenso y participación local y se comenzó a gestionar el Parque mediante una «política de hechos consumados», sin aprobar el propio Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) que debía aprobarse en 2009 [13], ni por supuesto otros planes parciales sectoriales necesarios a nuestro juicio como el PUP. Por tanto, no se diseña un modelo de Uso Público propio, sino que se siguen las inercias de otros espacios naturales. Las prisas por materializar en el territorio la declaración de un ENP provoca que se despilfarren recursos en la sobre dotación y construcción de equipamientos muy costosos como los Centros de Interpretación (CI). Construyéndose cuatro de nueva creación a añadir al ya existente, destacando su ratio por km² en el ámbito nacional [14]. Los cuatro se encuentran actualmente cerrados, en estado de abandono y en franco deterioro ante la imposibilidad de readaptar la gestión a la nueva realidad económica [17]. Por otra parte, la descoordinación administrativa provoca en estos años algunos graves problemas ecológicos como la sobreexplotación hidroeléctrica privada del río Júcar, llegando en 2009 a dejar seco el cauce sin respetar el mínimo caudal ecológico en su transcurso por el Parque [6] (Ilustración 6). O la creación de una extensa red de pistas forestales en 2007 para acceso motorizado -bajo la excusa de la mejora de los caminos de UP-, en contra de las propias directrices del PORN [5].


Ilustración 6: El Júcar seco en los cortados de Villalba (Fotografía de Carlos Villeta, 2009).


2.2. Período 2011-2015: la «austeridad», el neoliberalismo verde y la desregulación conservacionista.

Llegamos al período de las soluciones neoliberales, donde el mantra de la austeridad intentó tapar una ideología que ve en la naturaleza únicamente recursos que privatizar para así «dinamizar» económicamente los espacios naturales protegidos [7 y 9]. En Castilla-La Mancha (CLM) este mantra ha servido para justificar los intentos de venta y privatización de los montes públicos [8], la desprotección ambiental de ENP como los refugios de fauna [10], la merma de la plantilla y los medios de los funcionarios públicos encargados de velar por la conservación del medio ambiente -siendo actualmente la Comunidad Autónoma con menos Agentes Medioambientales por km² [15]- o la aprobación de una nueva Ley de Caza falta de todo consenso con las organizaciones conservacionistas y a la medida del lobby cinegético. Los ENP son vistos por esta ideología fundamentalmente como una oportunidad de negocio, y los usuarios y visitantes de éstos como meros consumidores; por lo que es lógico que cualquier regulación o planificación para ordenar este aspecto de la gestión del PNSC y garantizar la conservación de sus valores naturales se considere innecesaria. Algunas de las consecuencias de esta desprotección y falta de regulación empiezan ya a vislumbrarse en el Parque. Como la usurpación del derecho de acceso a los caminos públicos por algunos colectivos [2], o la primacía de los intereses políticos electoralistas sobre la conservación de la fauna amenazada y el disfrute de algunos de los paisajes de mayor valor del PNSC [11] (Ilustración 7). Aumentando con ello la desafección de la población y contribuyendo a la división social y al enfrentamiento territorial.


Ilustración 7: Trazado de la nueva pista forestal que pretendía unir Uña-Las Majadas, atravesando parajes de gran valor ecológico y perturbando la nidificación de rapaces protegidas. (Fotografía de Ecologistas en Acción de Cuenca, 2015).


3. ¿Qué diagnóstico para qué futuro?

Somos conscientes de que todo análisis refleja una visión del futuro deseado. Por ello, esperamos que nuestro diagnóstico del estado actual del PNSC tras 10 años de «gestión», contribuya a lograr un futuro socio-ambiental sostenible para la comarca.

  • Marco Legislativo: no se ha realizado una planificación coherente. El PRUG sigue sin aprobarse. El resto de planes parciales, como el PUP, siguen sin abordarse. En 2014 se quiso aprobar un Plan parcial de las actividades de UP en el medio acuático que no cuenta con el respaldo de la propia Asociación Profesional de Turismo Activo de Cuenca, por las nulas garantías ambientales que presenta [16]. Todo ello redunda en una gran complejidad legislativa (al tener que acudir a legislaciones sectoriales) y una falta de información a los usuarios y la población local. Tampoco da seguridad jurídica a las empresas que desarrollan o quieren emprender actividades turísticas en el PNSC.
  • Gestión es Diagnóstico, Planificación, Seguimiento y Evaluación. ¿Qué NO se ha hecho?: la definición de la demanda turística existente; estudios de afluencia para zonificar el Parque; tipificación de visitantes y caracterización de la visita; estudio del impacto económico del UP y del retorno en la comarca; estudios de capacidad de acogida -para asegurar la conservación de los recursos naturales, los hábitats y los servicios eco sistémicos- ajustados a una zonificación del Parque por tipología de actividades y nivel de «agresión» sobre el medio natural y los entornos urbanos, etc.
  • Equipamientos de Uso Público: se han ejecutado proyectos y actuaciones sin un planeamiento riguroso previo por parte de la JCCM. El Inventario de Equipamientos de UP del PNSC destaca por su unicidad en el contexto nacional [14]. Con una sobre dotación de CI en relación con su superficie (la mayoría no han llegado a abrirse al público) (Ilustración 8) y la escasez o inexistencia de otros equipamientos necesarios. También se han distribuido de una forma asimétrica entre el PNSC y el AIS. Como demuestra el número de infraestructuras y su tipología en cada zona, lo que no favorece la integración coherente y el desarrollo turístico de los municipios periféricos [17].

Ilustración 8: Centro de Interpretación de Tragacete, en proceso de deterioro (Fotografía de APAM-CLM, 2014).
  • Información, Interpretación y Educación Ambiental: nuestro diagnóstico confirma importantes carencias en la comunicación de los valores de este espacio natural a los visitantes y a la población local y comarcal. Ha faltado coordinación entre las Administraciones con competencias en el territorio (JCCM, Diputación Provincial, Confederaciones Hidrográficas y Ayuntamientos) y las entidades de desarrollo local que han ejecutado proyectos en él [14]. Esto redunda en una falta de coherencia de la información transmitida dentro del PNSC. Será necesaria también una capacitación profesional adecuada para los trabajadores de los futuros programas de información.
  • Interacción entre usuarios, visitantes y población local: hemos detectado solapes y afecciones negativas incipientes entre las actividades de UP y otras actividades como la caza o las rutas en 4×4 [15] (Ilustración 9). Una regulación eficaz evitaría estos problemas y la desafección de la población local frente a la figura proteccionista del Parque.

Ilustración 9: Corte de un camino de uso público en Las Majadas por la realización de una montería (Fotografía de APAM-CLM, 2016).
  • Participación social: falta transparencia en la gestión, no se hacen públicas las memorias de actuación, soslayando así el derecho a la información ambiental. Incluso Ecologistas en Acción de Cuenca, como miembro de la Junta Rectora, no recibe con puntualidad estas memorias, a veces ni las ha recibido. Pensamos que la JR no es actualmente un órgano de participación eficaz. También sería conveniente dotar de un representante a algunas asociaciones como la Federación Castellano-Manchega de Piragüismo, que se ha significado por su compromiso con la conservación de los caudales ecológicos en el Parque.

4. Decidiendo el camino…

La gestión llevada a cabo en el PNSC nos hace albergar serias dudas acerca de la eficacia de las acciones de desarrollo rural ensayadas en esta comarca, en relación fundamentalmente, al desarrollo de un turismo sostenible ambientalmente y la consolidación de la población local. A pesar de que, dado el contexto socioeconómico actual, no es posible plantear un panorama poblacional fiable a corto plazo. Por los importantes cambios que se están produciendo con motivo de la crisis económica y que no permiten todavía evaluarse fielmente (emigración de jóvenes que no se ha reflejado todavía en el padrón, efectos a largo plazo producidos por la merma de actividades como los servicios sociales y el propio sector de la construcción). Estos cambios tendrán fuertes repercusiones sociales y también repercutirán en la conservación de los recursos naturales, empezando por el propio paisaje tradicional -principal atractivo turístico de la zona y cuya conservación está vinculada directamente a los usos agro-ganaderos y los aprovechamientos forestales tradicionales que se encuentran en retroceso-. Por todo ello, consideramos que no hay mucho margen de tiempo para actuar.

Hasta ahora, el intento de cambio de modelo productivo y de diversificación económica en torno al turismo en sus diversas facetas (rural, ecoturismo o turismo activo) se ha llevado a cabo de forma privada -más que potenciado y orientado por la Administración pública-; aprovechando la existencia de un entorno natural privilegiado para su práctica y en un contexto de abandono de las actividades productivas tradicionales. Ello, junto con la declaración de la figura de protección Parque Natural -utilizado en este espacio como marca turística más que como piedra angular para asegurar y compatibilizar la conservación, el desarrollo económico y la consolidación poblacional-, va a repercutir de forma importante en la propia configuración social del territorio y en las relaciones sociales que se establecen en él. Propiciará el surgimiento de nuevos grupos de presión dentro del creciente ámbito turístico, pero también reforzará a otros colectivos como cazadores o asociaciones deportivas, que demandarán mayor protagonismo y cuotas de decisión en las orientaciones y prácticas del desarrollo rural implementado en la zona.

Como garante de la conservación de los recursos naturales y con el deber de orientar las políticas de desarrollo rural, el Gobierno de Castilla-La Mancha debe definir un modelo de Uso Público para el PNSC ampliamente debatido y consensuado con la diversidad de agentes sociales implicados con intereses contrapuestos. Evitando así, la descoordinación que se ha producido en el pasado entre las diferentes iniciativas de desarrollo turístico. Por otra parte, si queremos que el futuro del PNSC sea participativo y sostenible ambiental y socialmente, la JCCM debe convertir a la Junta Rectora del mismo en un órgano con verdadera capacidad de actuación y más representativo. Es en la facilitación y extensión de la participación social donde radican las posibilidades de éxito del modelo de desarrollo rural sostenible basado en la declaración de Parques Naturales. Participación que debe estar apoyada en una gestión planificada mediante criterios científicos, dejando de lado la visión cortoplacista de las sucesivas legislaturas y manteniendo al P.N. de la Serranía de Cuenca al margen de los avatares políticos.

5. Referencias bibliográficas.

  1. Alcocer Navalón, V. (2007): «Turismo Rural. Una alternativa al Desarrollo Sostenible para la Serranía.» Revista Medioambiente Castilla-La Mancha, nº 14. JCCM.
  2. APAM-CLM (2016): «Numerosas quejas por el corte de dos caminos públicos debido a las cacerías» [Recuperado el 04/02/2016].
  3. Aparicio, A. E. (2004): «El turismo rural: una de las alternativas al desarrollo rural en la Serranía de Cuenca». Cuadernos de Turismo, 13. págs. 73-89. Univ. de Murcia.
  4. Decreto 99/2006, de 1 de agosto de 2006, por el que se aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de la Serranía de Cuenca, y se inicia el procedimiento de declaración del PNSC, (DOCM 159, de 04/08/2006).
  5. Ecologistas en Acción de Cuenca (2007): Atentado ecológico en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca» [Recuperado el 12/02/2016].
  6. Ecologistas en Acción de Cuenca (2009): «Se unen en defensa del Júcar» [Recuperado el 04/02/2016].
  7. Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha (2013a): «Los recortes presupuestarios acumulados en medio ambiente alcanzan los cien millones de euros» [Recuperado el 16/03/2015].
  8. Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha (2013b): «Los montes públicos en el punto de mira del tsunami privatizador» [Recuperado el 16/03/2015].
  9. Ecologistas en Acción (2014a): «Biodiversidad privatizada. La crisis ambiental como pretexto para la mercantilización de la naturaleza». Revista El Ecologista, nº 81.
  10. Ecologistas en Acción (2014b): «El TSJ de Castilla-La Mancha declara nula la desclasificación de los refugios de fauna» [Recuperado el 04/02/2016].
  11. Ecologistas en Acción de Cuenca (2015): «El Ayuntamiento de Las Majadas ordena la paralización de las obras de la pista a Uña» [Recuperado el 04/02/2016].
  12. JCCM. Consejería de Agricultura y Medioambiente (2007): «Serranía de Cuenca, nuevo Parque Natural». Revista Medioambiente Castilla-La Mancha, nº 14.
  13. Ley 5/2007, de 8 de marzo de 2007, de Declaración del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, (DOCM 60 de 20/03/2007).
  14. Pérez García, J.M. (2013): El Uso Público en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca: propuesta de Plan de Gestión y perspectivas de futuro. UNIA. La Rábida (Huelva). 341 págs.
  15. Pérez García, J.M. (2015a): “Diagnóstico sobre el Uso Público en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Contribución de los Agentes Medioambientales de Castila-La Mancha”. Guardabosques. Año XVII, Nº 67. págs. 10-23.
  16. Pérez García, J.M. (2015b): “Parque Natural de la Serranía de Cuenca y Desarrollo Rural Sostenible, una relación en cuestión». XII Congreso Internacional sobre Desarrollo Sostenible y Población. Universidad de Málaga. 9-25 Junio 2015. 25 págs.
  17. Pérez García, J.M. (2015c): “Bases para el desarrollo sostenible del uso público y las actividades turístico-recreativas en el PNSC». IX Congreso Internacional sobre Turismo y Desarrollo. Universidad de Málaga. 8-22 Julio 2015. 22 págs.
  18. V.V.A.A (2008): «Cabañeros/Valle de Alcudia. Alto Tajo/Serranía de Cuenca: cuatro espacios naturales privilegiados entre la decadencia del sector primario y el desarrollo turístico». Revista Medioambiente Castilla-La Mancha, nº 19. JCCM.