Las previsiones de creación de empleo que venden promotores y políticos se parecen a las cuentas del Gran Capitán.

El proyecto inicial del Nevada, que data del año 2001, contemplaba que el Centro Comercial de Armilla (Granada) se levantaría sobre una superficie de 140.000 metros cuadrados —en la actualidad cuenta con 275.000 construidos— y generaría un total de 1.200 empleos, 800 directos y 400 indirectos. Según anunciaba entonces la promotora, General de Galerías Comerciales S.A., se convertiría en el mayor parque comercial de Andalucía y en uno de los mayores de Europa, con una inversión de más de 210 millones de euros.

Después, cuando han venido los problemas, la cifra de empleos ofrecidos ha crecido para conseguir el favor de una población acosada por el paro.
Lo último, que no se traga nadie, es que una vez que se ponga en marcha y que funcione a pleno rendimiento, los distintos establecimientos que se ubicarán en el Nevada podrían generar más de 4.000 puestos de trabajo directos y otros 2.000 empleos indirectos.

La realidad es bien distinta

En la actualidad hay 174 grandes superficies en la comunidad andaluza, en las que trabajan 29.782 personas asalariadas.

En Granada hay 11 grandes superficies que ocupan a 1040 personas.
En la época de las vacas gordas, se calculaba que en el estado español se cerraban a diario 11 pequeños comercios de alimentación (García y Rivera, 2007).

El número de empresas dedicadas a la comercialización al detalle se ha reducido en aproximadamente un 6% y esta reducción se ha concentrado en las empresas de 4 empleados o menos (Encuesta anual de comercio 2005. Instituto Nacional de Estadística, a www.ine.es a 1 de enero de 2009). Se estima que mientras el año 1998 en el estado español había 95.000 tiendas (comercios de menos de 800 metros cuadrados independientes de cadenas y franquicias), en 2004 el número se había reducido a 25.000.

En esos seis años pues, han desaparecido 70.000 negocios

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Centro comercial Nevada
Estado actual pendiente de demolición

Lejos de lo que proclaman las administraciones, las grandes superficies no suponen una fuente de creación de empleo que contrarreste la pérdida de puestos de trabajo derivada del cierre de pequeños comercios que lleva aparejada la apertura de cualquier gran superficie.

De acuerdo a los datos que comunicó recientemente -27 de noviembre de 2010- el presidente de la Federación Provincial de Comercio de A Coruña, los más de 2.750 empleos propiciados por la apertura de centros comerciales en su ciudad, no han servido para compensar los más de 8.000 puestos de trabajo que ha perdido el pequeño comercio en la ciudad durante la última década

«Las cifras no mienten, las grandes superficies generan prácticamente la mitad de empleos que destruyen».»Estamos hablando de una pérdida de 5.000 empleos -continuó el presidente de la Federación Provincial de Comercio de la Coruña-. Así que, por favor no nos vendan este argumento falaz a vecinos, comerciantes y consumidores». «De estos empleos que aportan las grandes superficies la mayor parte son contratos temporales y parciales», «Nosotros, los pequeños comerciantes, lo podemos decir bien alto, el empleo que damos es estable».

Estas grandes superficies comerciales, que suelen contar con el respaldo de las instituciones políticas, suelen presentarse como generadoras de empleo, aunque no se nos explique la calidad de los mismos, ni la enorme destrucción de empleo que provoca al competir salvajemente con el pequeño comercio tradicional por medio de amplios horarios y ofertas atractivas, lo que lleva al cierre de dichos comercios (principalmente en el ámbito de la alimentación)

Aparte de la creación y destrucción directa de empleo, la actividad comercial tiene su repercusión en el tejido económico local del lugar donde se realiza. Mientras los pequeños comercios contratan una serie de servicios profesionales ofrecidos por trabajadores autónomos o por otros pequeños negocios (desde fontanería hasta representación legal, pasando por asesoramiento fiscal), las grandes superficies y las cadenas tienen estos servicios concentrados en sus oficinas centrales, lejos del espacio social donde se desarrolla la actividad comercial.

Además hay otro aspecto negativo en la actividad de las grandes superficies y es el destino de los beneficios generados por la actividad comercial de las grandes superficies.

No tiene un impacto muy positivo para la economía local. Las empresas transnacionales destinan los beneficios a inversión en los mercados financieros internacionales. Por el contrario, el tendero de barrio invertirá en productos financieros sólo después de haber cubierto sus necesidades a partir del intercambio comercial. Un estudio realizado por Friends of the Earth en el Reino Unido estimaba que el 50% de lo que gastamos en pequeños comercios retorna a la economía local mientras que la tasa de retorno del gasto en las grandes superficies es del 5% (La Trobbe , 2002).

Ante estos datos perfectamente comprobables, que no nos vengan con milongas: la apertura del Centro Comercial Nevada será la causa de mayor desempleo en la zona y una pérdida de riqueza local a favor de las multinacionales y de los políticos que las sirven.