El día 30 de enero de 1948, hace ahora 63 años, fue asesinado en Nueva
Delhi Mohandas Karamchand Gandhi; y cada 30 de enero se celebra en muchos
centros educativos el Día Escolar de la Noviolencia y la Paz. La Historia
reconoce a este hombre absolutamente singular la entereza humana y la
habilidad de haber hecho mucho por la descolonización de la India sin que
se produjera una cruenta guerra. Su frágil figura, hoy que la amenaza de
una tercera guerra mundial nuclear sigue vigente, se agranda a medida que
pasa el tiempo.

Debemos recordar que Gandhi no sólo impulsó la independencia de la India,
sino que también propuso un modelo de producción económica de corte
ecológico contrario al industrialismo, luchó contra el sistema tradicional
de castas colocándose al lado de “los intocables”, trabajó denodadamente
por el diálogo interreligioso, optó personalmente por una vida simple y
comprometida, etc.

Para construir un mundo de Paz hay que tomar medidas de desmilitarización y desarme, y hay que llegar a ellas a través de la política, organizando
protestas sociales amplias y optando por la desobediencia civil si es
necesario. Y la Cultura de Paz, la revolución interior, la transformación
personal hacia el desarrollo de una ética personal generosa, pacífica y
solidaria, también, a la vez, son necesarias. Ética y Política no son
cosas independientes ni opuestas cuando de construir la Paz se trata. “No
hay camino para la paz, la paz es el camino”.

No deberíamos celebrar el Día Escolar de la Noviolencia y la Paz centrando
las actividades solamente en las escuelas; a la vez, sería bueno abordar,
adaptando debidamente las problemáticas a cada nivel educativo, algunos de
los problemas reales por los cuales no tenemos Paz aquí y ahora. “La Paz
no es solo la ausencia de guerras, sino la presencia de Justicia”, hay que
hablar de guerras y de Justicia.

El objetivo de fondo de este Día Escolar de la Paz y la Noviolencia es,
quizás, trasladar a los alumnos y alumnas un principio práctico y viable:
podemos solucionar los conflictos mediante métodos pacíficos; es posible,
urgente y necesario solucionar los conflictos de modo pacífico. Pero hay
que conocer los conflictos concretos en los que vivimos y en los que, por
ejemplo, España está inmersa. Celebrar el Día de la Paz y la Noviolencia
como un día donde se ensalzan algunos valores morales positivos y nada más
que eso, sería una celebración muy incompleta.

Citemos algún ejemplo… el gobierno español dice enviar a sus ejércitos al
exterior (Líbano, Somalia, Afganistán, etc.) en defensa ¿de la Paz?; ¿dar
cobertura a Estados Unidos -sin ir más lejos desde Rota- para que la
estrategia de amenazas nucleares de esa superpotencia continúe activa en
el Mediterráneo y Oriente Medio es una apuesta por la Paz?. Celebrar
correctamente, en las escuelas y en cualquier sitio, la Paz es, o debería
ser, acercarse conscientemente al conocimiento de los conflictos,
debatirlos, posicionarse en ellos, ver qué formas pacíficas de abordarlos
están a nuestro alcance… La comunidad educativa también conoce que hoy, en
medio de una grave crisis económica, no decrecen los presupuestos
militares. Cabe preguntarse: ¿es justa esta situación?.