Es la peor afección a un humedal de la provincia tras los incendios intencionados del Prat de Cabanes-Torreblanca.Se ha quemado más del 50% del corazón del Lugar de Interés Comunitario-LIC y zona húmeda catalogada y protegida. Este hábitat singular acoge la mayor población a nivel mundial del endémico samaruc (Valencia hispanica) y una de las más importantes de fartet (Aphanius iberus), dos especies de peces catalogadas en peligro de extinción tanto en la Comunidad Valenciana como en el resto de España y que se encuentran incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (RD 139/2011).

Además, existen poblaciones importantes de galápago europeo y leproso, siendo también un lugar de importancia para una variada avifauna, con dormideros de ardeidas, así como una variada población de paseriformes protegidos.

Todas estas especies se habrán visto afectadas gravemente por el incendio, tanto directa (muerte por afección directa del fuego) como indirectamente (destrucción del hábitat que les permitía realizar sus ciclos vitales).

UN MARJAL OLVIDADO POR LA ADMINISTRACIÓN

No es la primera vez que el marjal sufre un incendio. Los anteriores han sido intencionados en su gran mayoría y mucho nos tememos que éste también lo sea. Atentar contra la biodiversidad y los espacios naturales protegidos sale gratis casi siempre por lo que pedimos que se investigue y se depuren las oportunas responsabilidades, que se acabe con la impunidad de quienes atentan contra el patrimonio natural de todos.

Este espacio natural protegido siempre ha sido visto, por algunos, como un terreno perdido para el urbanismo y las infraestructuras. El Ayuntamiento de Peñíscola y las administraciones competentes, no han parado de permitir desecaciones y agresiones desde los años 60.

Construcción masiva de edificios en primera línea de playa, camping EDEN, polideportivo y campos de fútbol municipales, Colegio Jaime Sanz, construcciones y chalets dispersos en la zona sur, planificaciones de viales y carreteras en sus planes generales de ordenación urbana, canalización de la acequia Sangonera y carretera aledaña,…y para colmo el último proyecto de “Recuperación, repoblación y puesta en valor del frente este de la Marjal de Peñíscola” que crea nuevas agresiones en la zona este-sur con pasarelas y caminos por el humedal que generarán más problemas (basuras, incendios, facilidad de acceso, afecciones a las especies en época de cría, peligrosidad, etc.), que beneficios. ¡Parece ser que el humedal quiere ser convertido en una especie de zona verde o parque público!

Nos preguntamos hasta cuándo va a permitir la administración la degradación de la marjal de Peñíscola, si algún día va a actuar (vigilancia, paralización de agresiones y recuperación de zonas desecadas, proyectos de investigación, etc) o si va a dejar alterar y morir lentamente a este humedal de excepcional valor.